Una vez más llegamos al final de un año y una vez mas Diógenes me niega esas merecidas vacaciones a las que todo el mundo tiene derecho a disfrutar fuera de Diogenesgrado… Así que nada, mientras nuestros lectores disfrutan de un merecido descanso en sus hogares y en familia, a mi me toca leer el ultimo email del año con mis instrucciones para el blog y veo que me toca hablar de lo mejor y lo peor que hemos podido ver este año en televisión (que yo siempre entiendo como “lo que más me ha gustado a mí y lo que no”). Supongo que dentro de lo que cabe podría haberme tocado un tema peor, ya que en el terreno televisivo hemos tenido un año de lomas movido con unos cuantos estrenos de lo más interesantes, unas despedidas de lo más dolorosas y muchas cosas buenas y malas de las que hablar, por lo que sin más preámbulos vayamos al grano antes de que Diógenes me diga que me estiro mucho con las entradillas…
En el lado malo de este 2014 que estamos a punto de despedir podemos encontrar tanto series que no entiendo como acabaron emitiéndose como las pequeñas tragedias que supusieron ciertas cancelaciones. Hace unos meses tuvimos que decirle adiós a Revolution, aquella serie post-apocalíptica cuyos guionistas tardaron en encontrar el enfoque correcto para ella y cuando lo encontraron decidieron que lo mejor era estirar las tramas lo más posible para rellenar la temporada. De forma poco sorprendente esto supuso el cansancio de los espectadores y su brusca cancelación dejando algunas de sus tramas más importantes en el aire… En el aire también se quedo Almost Human, otra serie de ciencia-ficción que se estreno y cancelo en 2014 y que merecía haber tenido más suerte, ya que la historia prometía mucho y la relación entre los personajes de Karl Urban y Michael Ealy era muy buena, pero entre que la ciencia ficción parece que cuesta que cale entre el público y que la serie empezó algo blandita, nos privo de saber cómo continuaría todo…
Pero si algo malo, horrible, ha sucedido en el mundo de las series de televisión este año ha sido la cancelación de Boardwalk Empire. El drama de la HBO sobre los gangsters en la era de la prohibición y protagonizado por Steve Buscemi tuvo un más que brusco final, con un salto temporal que nos dejo sin ver algunos de los momentos más interesantes de aquella época como el ascenso al poder de Capone, para llegar a un final apresurado en el que aunque se cerraron todas las tramas, algunas de ellas lo hicieron de una forma un tanto brusca. Y algo mas brusco, pero no tan doloroso, fue la cancelación de The Newsroom, el drama de Aaron Sorkin sobre el mundo de los informativos cuya visión idealizada y optimista del mismo no acabo de funcionar entre el público. Esta serie a la que muchos han acusado de ser algo ñoña (y si, en ocasiones lo era y mucho) se merecía haber tenido más suerte, aunque solo fuese para hacernos olvidar durante un rato que en el mundo real no es tan fácil hacer lo correcto como en los mundos de Sorkin.
En el lado tibio de este análisis nos encontramos con series que pasaron sin pena ni gloria, estrenos tan flojos que apenas merece dedicarles tiempos, cancelaciones que no nos han dado mucha pena y series que misteriosamente han sido renovadas y que he terminado viendo más por inercia que por otra cosa. El esperado regreso de Michael J. Fox a la televisión se reveló enseguida como una comedia familiar del montón sin nada que destacase en ella más que el poder ver de nuevo en activo a su protagonista. El drama fantástico Dominion, sobre ángeles arrasando la tierra, resulto ser solo un poquito más interesante que la película de la que era secuela, y aunque tiene algunos puntos interesantes más le vale mejorar mucho en esa segunda temporada que inexplicablemente le han conseguido para que yo siga viéndola. En la misma categoría encontramos Extant, la serie de Hale Berry sobre alienígenas e inteligencia artificial y cuya mezcla de temas hizo que no se centrasen demasiado en ninguno de ellos, pese a ser mucho mejor que Dominion y tener más margen para mejorar, mucho tendrá que hacerlo en su segunda temporada (pero conociéndome acabare viendo las nuevas temporadas de ambas)
En esta misma categoría nos encontramos con The Strain, el drama de horror creado por Guillermo del Toro y basado en su serie de novelas del mismo título y que ha tenido más momentos de vergüenza ajena de los deseados. La idea de la serie, pese a no ser muy original, es buena y con potencial y ha tenido momentos interesantes, pero el desarrollo de las tramas ha oscilado más de una vez hacia lo ridículo e incompresiblemente, tratándose de una temporada de tan solo trece episodios, ha tenido más de uno de relleno. Pero como a nadie le sorprenderá a estas alturas, también estaré al pie del cañón para ver la segunda temporada, aunque sea con mi paciencia mermada. Ascension es otra serie que prometía mas de lo que ha cumplido, pero no ha sido precisamente mala, solo que a sus creadores les ha faltado encontrar el equilibrio entre todo lo que querían contar, pero tiene posibilidades de mejorar y mucho. El problema es que viendo de qué forma tan apresurada la ha estrenado y quemado SyFy no sé yo si llegaremos a ver una segunda temporada, que parece que estamos ante otro caso como el de High Moon.
Y a muchos les parecerá sacrílego esto que voy a decir, pero en este mismo lado “tibio” del análisis del año tengo que meter True Detective. Si, a nivel técnico la serie ha sido impecable, y el trabajo de Woody Harrelson y sobre todo de Matthew McConaughey ha sido impresionante, pero pese a ello este drama no ha terminado de llenarme y me ha dejado algo frio. Quizás ha sido ese mensaje deshumanizador y pesimista que ha tenido casi toda la serie lo que me ha hecho no conectar con ella, pero pese a todos los puntos a su favor que tiene y al gran trabajo de todos los que han participado en ella, no soy capaz de ponerla entre lo que más he disfrutado este año.
Y como recordar lo mucho que me hundió esta serie, vamos a cortar aquí y a continuar mañana con las cosas que me alegraron el año televisivamente hablando, que hubo mas de una serie y de dos que valió la pena en este 2014 que dejamos atrás.