En el anterior artículo vimos como esta moda de adoptar a los comics elementos estéticos y narrativos de las películas y series de televisión que se basaban en ellos mismos es algo que se remonta prácticamente a la edad de oro de los comics. Pero aunque esta sea una práctica tan antigua, como es lógico siempre ha dependido del éxito de dichas adaptaciones, por lo que ha ido apareciendo y desapareciendo dependiendo de ellas. Y teniendo en cuenta la era en la que vivimos, en la que las adaptaciones de comics al cine y la televisión casi amenaza con saturar al público, es comprensible que sea también el momento en el que estos cambios son más evidentes y en ocasiones frustrantes…
De los seriales radiofónicos de Superman a la catástrofe creativa con todo lo que no fuesen los X-Men, Spiderman o Batman. Casi cada estreno había influido de una forma u otra en los comics, a veces para mejor, a veces para peor y en otras ocasiones apenas influyó en ellos, Como sucedió con los Batman de Nolan que pese a ser grandes películas (dos de ellas al menos) su influencia en los comics no se dejo notar demasiado mas allá de, algo más tarde darle un poco mas de protagonismo a Lucius Fox y convertirle en el fabricante de equipo de Batman. Pero en 2008 llego la película que lo cambio todo, Iron Man, una película de la que antes de su estreno muchos no nos fiábamos. Una película de la que muchos no se fiaban. Su director, Jon Favreu, era un actor al que muchos recordábamos por su participación en Friends y por haber interpretado a Foggy Nelson en la película de Daredevil, y cuyo currículo como director se reducía a tres títulos (que habían recibido buenas críticas eso sí). Su protagonista, Robert Downey Jr, pese a su reconocido talento, era un actor que no estaba en su mejor momento y al que muchos consideraban veneno para la taquilla. ¿Y qué paso? Que sali del cine ilusionado como un niño pequeño y Marvel había encontrado una mina de oro, el MCU (Marvel Cinematic Universe) había nacido.
Iron Man nunca había sido un comic superventas precisamente, por eso choco un poco cuando lo escogieron para protagonizar una película, pero el tener a la mayoría de sus pesos pesados, Spiderman, 4F y X-Men, en manos de otros estudios, obligo a Marvel a recurrir a personajes de un perfil más bajo, lo que afortunadamente para ellos y para nosotros, dio pie a lo que podemos disfrutar hoy en día. Y si la película había sido un éxito tal vez se pudiese aplicar al comic la misma fórmula para repetir dicho éxito, por lo que en muy poco tiempo la personalidad de Tony Stark se transformo en la de Robert Downey Jr, y de pronto el héroe empezó a ser mas sarcástico e irónico de lo que había sido nunca. Pero esto fue solo el comienzo, el Stark del comic no tardo demasiado en empezar a llevar un visible reactor en el pecho a imagen y semejanza del de la película, sino que Pepper Potts volvió a su vida para ocupar el mismo lugar que Gwyneth Paltrow.
Y si no se podía rescatar para el comic al villano cinematográfico, Obadiah Stane/Iron Monger, porque llevaba años muertos y no había forma de deshacer aquella grandísima historia de Denny O’Neill, no costaba demasiado sacarse de la manga a Ezekiel «Zeke» Stane/Iron Monger II para que repitiese los pasos de su padre (pero Matt Fraction no es O’Neill y no supo sacarle jugo al nuevo villano)
Otro cambio provocado por esta película, pero que tardo un poco más en desarrollarse, fue la introducción del Nick Furia cinematográfico, basado en la versión Ultimate, y la de uno de sus agentes de Shield, Phil Coulson. Durante una temporada las cosas en los comics siguieron como siempre, Nick Furia era el de toda la vida, a veces dirigía Shield y a veces a su grupo personal de guerreros secretos y los agentes de Shield que le acompañaban eran también los de siempre. Pero cuatro años después del estreno de la primera película de Iron Man hicieron acto de aparición dos nuevos personajes en una serie limitada titulada “Battle Scars”, El sargento Marcus Johnson y su amigo “Cheese”. Para cuando termino la miniserie descubrimos que Marcus era en realidad Nick Furia Jr, que por el camino se había quedado calvo, tuerto y con barba y que el verdadero nombre de Cheese era Phil Coulson. No tardaron demasiado en estar en todas partes al mismo tiempo que en Marvel se dedicaban a hacer limpieza con la vieja Shield, culminando todo en original Sin, donde no solo se quitaron de en medio al verdadero Nick Furia, sino que incluso se libraron de Dum Dum Dugan por la puerta de atrás en una miniserie paralela. Todo ello para dejar vía libre al Nick Furia negro y a un Coulson que tras su éxito en cine y televisión está a punto de protagonizar su propio comic titulado Agents of Shield…
A Iron Man le siguieron unas películas de Hulk y de Punisher (esta última en otro estudio y fuera del MCU) que no tuvieron el éxito esperado. Tras ellas tuvimos X-Men: Wolverine Origins de la que prefiero no acordarme y la secuela de Iron Man que supero en taquilla a su predecesora. Ya en 2011 se estreno X-Men First Class, película que no afecto demasiado a los comics y los dos nuevos estrenos de Marvel Studios. El primero de estos estrenos fue la primera película de Thor, cuya mayor influencia en los comics fue el Loki de Tom Hidlestone. El éxito de su caracterización del personaje en esta película y en los Vengadores provoco que el Loki del comic, que en aquellos tiempos era un niño (Kid Loki, siempre te recordaremos) acabo volviendo al a edad adulta pero no precisamente con el aspecto y personalidad que tenía el dios de las mentiras cuando le dibujaban genios como Kirby o Buscema…
Captain America: The First Avenger fue el siguiente estreno de Marvel, y pese a que esta película no fue un éxito al nivel de Iron Man pero funciono lo bastante bien como para plantearse secuelas y plantar la semilla de una futura película de los Vengadores. La cinta era bastante fiel al cómic, y le debía mucho a la miniserie “Sentinel of Liberty” de Nicieza y Maguire, siendo los mayores cambios en la historia del personaje (además de la inevitable unión de los orígenes del héroe y el villano) el papel jugado por Peggy Carter y Howard Stark en el origen del héroe. Peggy funciono tan bien aquí y en el cortometraje que protagonizo a continuación que cuatro años después ha dado pie a la serie de televisión de “Agent Carter” que se estrenará el mes que viene y en la que Howard Stark tendrá un papel secundario, lo que como no, ha provocado que ya tengamos cómic de estos dos personajes viviendo aventuras juntos, algo que antes de las películas jamás había existido…
Y tan solo un año después llego el plato fuerte, el estreno de los Vengadores. Marvel había reunido a los personajes que había presentado en las películas anteriores, más un nuevo Hulk tras la negativa de Edward Norton a continuar con el papel, para derrotar a Loki y reventar la taquilla. El éxito de la película fue impresionante, se convirtió en la película más taquillera del año y en una de las más taquilleras de la historia del cine, y aparte de cimentar la popularidad de estas versiones de Loki, Nick Furia y Coulson y lo que ello supuso para sus contrapartidas en el cómic, también provoco que el Capitán América abandonase su clásico traje para llevar uno muy similar al de la película, consiguiendo el dudoso honor de ser un diseño que no funciona bien en ninguno de los dos medios.
Si, las películas que tanto nos hacían disfrutar habían comenzado a afectar negativamente (en algunos casos) a los cómics en los que se inspiraban y en unos pocos años pasamos de tener que soportar cambios que eran poco más que estéticos a ver como la historia de los cómics se reescribía para adaptarse a lo visto en la gran o pequeña pantalla. Pero esto no había hecho más que empezar, el cine y la televisión daban beneficios inmensamente superiores a los proporcionados por los cómics y no iban a detenerse ahí ni muchísimo menos. En el próximo artículo veremos la continuación de esta escalada de cambios y como Warner/DC se sumo a la moda haciendo que también sus cómics se transformen de un día para otro en calcos de sus homólogos de imagen real.