Yo no puedo negar que estoy disfrutando mucho con el estado actual de los superhéroes en el cine y la televisión, son contadísimas las ocasiones en las que en tiempos recientes estas adaptaciones me han defraudado (aunque cuando lo han hecho me ha dolido en el alma) y en general me lo estoy pasando de miedo. El problema es que pese a que lo lógico sería que el cine y la tv sacasen sus ideas de la fuente original, el comic, en demasiadas ocasiones es este el que se inspira en su propia inspiración, algo que no siempre obtiene buenos resultados y que en muchas ocasiones solo sirve para irritar a los lectores de toda la vida y no a esos espectadores que pese a ir al cine ni se les pasa por la cabeza acercarse a los comics. Así que hoy vamos a ver unas cuantas ocasiones en las que el comic se ha inspirado en las películas que se inspiran en ellos para comprobar cómo esta extraña retroalimentación no suele ser la mejor de las ideas.
Las influencias entre el cómic, sus adaptaciones y viceversa no son nada nuevo. Muchos elementos del Superman actual nacieron en los seriales radiofónicos inspirados en los propios cómics y la serie de televisión del Batman de Adam West también tuvo una fuerte (y algo triste) influencia en los cómics. Saltando unas décadas más adelante nos encontramos, sin alejarnos de Batman, con que la serie de televisión de Bruce Timm y Paul Dini ejerció una influencia tan grande en Batman que personajes nacidos en ella como Harley Quinn o Rene Montoya dieron el salto a las páginas del comic. Y sin salirnos de aquella década podemos ver como seis años después del estreno del Batman de Tim Burton y durando aun la resaca de la “Batmania” el mejor detective del mundo abandonaba sus colores tradicionales para estrenar durante la saga “Troika” un traje completamente negro bastante inspirado en dichas películas…
Pero Batman no fue el único personaje del cómic en pasarse al cuero negro. En 1998 se estreno la película de Blade, el primer taquillazo moderno de una película basada en un cómic Marvel y al que la mayoría señalan como el primer peldaño de la escalera en la que ahora mismo estamos subidos. Aquella adaptación se tomo bastantes libertades con el cazavampiros que Marv Wolfman y Gene Colan crearon en los años setenta, pero si bien es cierto que hacía tiempo que Blade había abandonado su look “blaxploitation” a favor de una especie de mono de motorista de cuero negro y que sus cuchillos de madera habían dejado lugar a las espadas, Blade estaba a punto de abrazar por completo su adaptación. No hay más que ver a la izquierda como era Blade en el primer número de su serie de 1998 (el mismo año que se estreno su película), y que básicamente era un regreso a su traje original pero todo en cuero negro, y el aspecto que adaptó un año después del estreno de la misma. El cine había empezado a dar dinero de verdad y empezaba la fiebre por parecerse a él.
Si Blade había tenido un éxito moderado, el estreno dos años más tarde de la primera película de los X-Men fue todo un bombazo. Si, se habían tomado un montón de libertades con la historia de los personajes, habían mezclado un montón de etapas, Hugh Jackman nos parecía un mal Lobezno porque era bailarín y demasiado alto (que poco sabíamos entonces) y los trajes de todos los personajes eran horribles… Pero la película estuvo entre las diez más taquilleras de aquel año y dio el pistoletazo de salida. Los comics no podían quedarse atrás, y tan solo un año después Grant Morrison desembarco en las páginas de X-Men, rebautizada para la ocasión como New X-Men. ¿Y cuál fue la primera medida que tomo Morrison? La Patrulla-X abandonó sus coloridos uniformes para llevar todos unos trajes básicamente iguales entre si y mucho más discretos (aunque con algo más de color que en el cine) y la Escuela de Xavier se lleno de alumnos… justo como en las películas.
¿Se quedo la cosa ahí? ¡Ni mucho menos! Dos años después de X-Men, Sony estreno su primera película de Spiderman, protagonizada por Tobey Maguire y dirigida por Sam Raimi. De nuevo fue un éxito de taquilla que dejo claro a todo el mundo que los superhéroes eran una mina de oro y de nuevo la historia sufrió ciertos cambios al trasladarse a la gran pantalla. El origen del personaje, sus secundarios y personalidad se mantuvo bastante fiel al original, con cambios menores como que Mary Jane reemplazase a Betty Brant como el amor de instituto de Peter Parker. Pero el cambio que más lo alejaba del comic y que desato cierta polémica entre los lectores, fue que aquí Spiderman no tenía que inventar unos lanzaredes para desplazarse por la ciudad ya que estos ahora eran orgánicos regalo de la araña radioactiva que le dio sus poderes…. Y como no podía ser de otra forma, dos años más tarde y durante la saga «Disassembled» (¡gracias Straczynski!) Spiderman sufrió unos cambios en sus poderes que entre otras cosas le dieron esos lanzaredes orgánicos que tanta polémica levantaron y que esto reavivo con más fuerza.
Pero la mayoría de estos cambios fueron básicamente cosméticos y poco duraderos. Batman no tardo en volver a vestir de azul-gris/negro-gris, la Patrulla-X recuperó sus uniformes multicolores y Spiderman sus lanzaredes mecánicos. Parecía que esta moda de copiar del cine ya había pasado, ya que los siguientes estrenos cinematográficos surgidos del comic, Daredevil, Hulk, Punisher, Elektra, 4 Fantásticos, Motorista Fantasma y las secuelas de estas y las anteriores, no influyeron a los comics más que de una forma mínimamente anecdótica. Si, parecía que por fin los comics estaban libres de dejarse mangonear por sus versiones millonarias, pero en 2008 se estreno una película por la que nadie daba un duro y que lo cambiaria todo… Iron Man.
Mañana veremos como Robert Downey Jr, John Favreau y compañía revolucionaron el cine de superhéroes y dieron paso a esta edad de oro del cine de superhéroes en la que vivimos y que nos ha dado algunos de los cambios más radicales, y en ocasiones lamentables, que hemos tenido que sufrir por culpa del cine. Y es que si, estas películas nos han proporcionado grandes momentos, pero también han perjudicado un poco a una fuente original que ahora tiene que dedicarse a copiar de su copia, y eso es algo triste.