Hay un trailer de la Guerra de las Galaxias, yeyyy… Hmpf. Bueno, a ver, hay que tener cuidado y ver si es La Guerra de las Galaxias o Star Wars. La Guerra de las Galaxias mola, Star Wars es como la empezaron a llamar cuando sacaron las precuelas y todo se fue al carajo.
Una voz chunga nos dice cosas de la Fuerza. ¡Eso ya lo vi en el trailer de La Amenaza Fantasma! ¡Y lo peor es que lo decía Darth Maul!
El teaser -que no es un trailer, es un teaser- está entretenido, pero también decían lo mismo del de La Amenaza Fantasma y así nos lució a todos el pelo. Un stormtrooper negro -vamos, que no es un clon-, androides bola, un jedi oscuro con un sable con guardas… Y XWings, y TIE FIghters, y el Halcón Milenario… Vale, igual me lo trago. Igual esto tiene sentido, y va a alguna parte. Al final a los mandos de la nave están JJ Abrams y Lawrence Kasdan y el segundo ha demostrado ser mucho más que competente, siendo el primero el que más dudas nos puede provocar. La verdad es que todos hemos sentido cierto alivio al ver este teaser, porque no lo hemos odiado y a algunos hasta les ha encantado.
No podemos esperar que una nueva película nos encante. La Guerra de las Galaxias es una experiencia muy de su época, tiene que pillarte a calzón quitado, sin haber visto a todos los Eragones que la han fusilado vilmente. Y a la vez no se le puede negar el valor que tiene por si sola, con un Imperio Contraataca que sigue siendo una película estupenda se la enseñes a quien se la enseñes. La excusa de los precuelistas -porque al final los fans de esto han acabado divididos gracias a los desmanes de Lucas- es que los que rechazan las precuelas son nostálgicos que nunca estarían satisfechos, que es una cuestión puramente sentimental. Pero lo cierto es que las precuelas no aguantan un primer visionado ni un segundo, todavía estoy esperando que alguien me explique todos los desaguisados que se realizaron en eso que llaman Episodio I. Y II. Y tres, pero a ese todos le perdonan porque al final sale Darth Vader lloriqueando.
Asi que ahora, después de ver el trailer y suspirar con alivio, estamos ante una situación que George Lucas nos prometió que jamás ocurriría: Vamos a ver una trilogía nueva y puede que este bien. Que sea buena. Podemos dar saltitos en el sitio, sacar los sables de plástico del armario o volver a sacar el CD del TIE Fighter y volver a servir al Imperio, pero en medio de toda esta excitación hay una mancha, un borrón. Somos viejos y tenemos una catarata en el ojo llamada escepticismo, la de aquel ser inocente que hace quince años se fue al cine esperando una catársis y salió rascándose la cabeza y diciendo «podía haber sido peor…»
Esto es como el Batman de Nolan, nos gustaba porque hasta entonces todo lo que se había visto de Batman en el cine eran los engendros de Schumacher y dos películas sobre las neuras de Tim Burton y la Warner. No esperábamos nada de Begins, y de repente Nolan nos hace un Año Uno. Hasta le perdonamos que Batman dejara morir a Ra’s, justificándolo con que era obvio que iba a resucitar en un pozo de Lázaro. Y luego llegó The Dark Knight y le dejamos soltar sus chorradas de caballo blanco caballo negro, y para cuando llego la tercera la hostia fue monumental, porque nos habíamos negado a ver que el rey iba desnudo y que Nolan siempre ha tenido una asignatura pendiente en el montaje y en el desarrollo emocional de los personajes. Ahora estamos igual, dispuestos a recibir con los brazos abiertos lo que nos sirva Disney para poder borrar de nuestra memoria los Jar Jar, QuiGon y Yoda saltando como una pulga. Sólo espero que cuando en diciembre nos toque a todos dictar sentencia, por lo menos podamos disfrutar un poco.