1966, el primer SR-71 “Black Bird” entra en servicio, y en su pugna por ganar la carrera espacial, la Unión Soviética consigue posar en la luna un cohete teledirigido, hazaña que meses más tarde repetirán los Estados Unidos, (aunque los soviéticos se les adelantarán en conseguir llegar hasta Venus) y todo ello mientras la Revolución Cultural de Mao comenzaba en China y en Estados Unidos se instalaba el primer corazón artificial y se ilegalizaba el LSD. La televisión por su parte vivía el estreno de Star Trek y el Doctor se regeneraba por primera vez en su historia, mientras en los cines a Sean Connery aun no le había llegado su primera despedida del personaje de James Bond. El mundo cambiaba rápidamente y los prodigios tecnológicos tanto en la realidad como en la ficción estaban a la orden del día. Y en ese mundo que se movía tan rápidamente un joven artista estaba a punto de hacer historia dándole su sello personal a un personaje que Stan Lee y Jack Kirby habían creado tres años antes, Jim Steranko y Nick Furia se habían reunido y el comic de superhéroes ya no sería el mismo.
Y si el mundo no paraba de moverse y cambiar Steranko no fue menos. Este descendiente de inmigrantes ucranianos nacido en Reading, Pensilvania que adoraba los comics y que soñaba con dibujarlos y con ser arquitecto (Steranko siempre ha tenido muchas inquietudes) fue un poco de todo en su vida; boxeador amateur, esgrimista, gimnasta, faquir, artista en fugas, músico, pandillero, raterillo, ladrón de coches e incluso armas… y lo que más nos importa a nosotros, dibujante autodidacta. Aunque el camino que le llevo a trabajar en el mundo del comic no fue un camino directo precisamente. Tras su etapa en circos ambulantes y grupos de música varios, Steranko comenzó a trabajar en el mundo de la publicidad diseñando panfletos para una imprenta de su ciudad natal y más tarde para una agencia de publicidad (si, se podría decir que Steranko fue todo un Mad Men)
Pero el interés por los cómics no le había abandonado y eso le llevo a visitar las oficinas de DC Comics donde el mismísimo Julius Schwartz le hizo de guía y le regalo un guion completo, el primero de ese tipo que había visto Steranko, y que le motivo a hacer sus primeros pinitos en la profesión. Sus inicios en el mundo del comic, que alternaba con su trabajo de publicista, fueron bastante humildes, trabajando durante una temporada como entintador en el estudio de Vince Colletta y dibujando para Harvey Comics dentro de la línea de superhéroes de corta vida de la editorial. Allí fue donde Steranko publico su primer trabajo como profesional con un personaje de creación propia en Spyman nº1 (1966), un superespia que trabajaba para una organización secreta y que se podría decir que ya profetizaba cual sería su personaje estrella.
Aquel mismo año Steranko se presento en las oficinas de Marvel para enseñar su trabajo, pero aquel día los jefazos estaban ocupados y enviaron a Roy Thomas (un simple escritor de plantilla en aquellos tiempos) a echarle un vistazo y despedirle educadamente. Pero cuando Thomas vio el trabajo de Steranko quedo tan impresionado que corrió a enseñárselo a Sol Brodsky y le dijo que Stan Lee tenía que ver aquello, este estuvo de acuerdo y Stan lee se reunió con Steranko. De aquella reunión Steranko salio con el encargo de terminar y entintar los bocetos de Kirby en una serie que se publicaba dentro de la cabecera de Strange Tales, Nick Fury, Agent of S.H.I.E.L.D.
¿Pero quién era Nick Furia? Su primera aparición la encontramos de la mano de Stan Lee y Jack Kirby en las páginas del comic bélico “Sgt. Fury and His Howling Commandos” (Mayo de 1963) con historias ambientadas en la Segunda Guerra Mundial y enfrentando a Furia y sus hombres contra los planes de los nazis. Aquel mismo año debuto también la versión “moderna” del personaje en Fantastic Four #21 (Diciembre de 1963). Furia era en el “presente” un espía que trabajaba para la CIA y que ya llevaba su característico parche para cubrir el ojo que había perdido durante la guerra.
Pero para entender los verdaderos “orígenes” de Furia hay que tener en cuenta que el mundo del espionaje en la ficción había cambiado bastante desde los tiempos de la novela y el cine negro sobre todo gracias a dos nombres, Ian Fleming y su mítica creación James Bond. Atrás habían quedado el contrabando de secretos militares y los agentes dobles, con Bond el espionaje consistía en diabólicas organizaciones terroristas tratando de dominar el mundo y el era lo único que se interponía entre el mundo libre y ellos. Las novelas de Fleming habían sido todo un éxito y sus adaptaciones al cine protagonizadas por Sean Connery no se quedaron atrás, habiéndose estrenado por aquel entonces sus cuatro primeras películas (a una por año) y en las que ya se encontraban todos los elementos que hicieron famoso a Bond y a los que tanto les debe Nick Furia (y casi podriamos decir que «y viceversa»).
Stan Lee y Jack Kirby tomaron todos esos elementos y los llevaron mas allá, ya que no olvidemos que los sesenta fue una década en la que coexistieron cosas como Bond, Star Trek y una revolución tecnológica que parecía no tener límites. La combinación de ese moderno tipo de espionaje cinematográfico, la ciencia-ficción y el género superheroico funcionó muy bien, la serie era divertida y emocionante, pero aun le faltaba algo, y ese algo era Jim Steranko. Tras dos números entintando los bocetos de Kirby, Steranko paso a dibujar el cómic por completo incluyendo la portada, antes de un año ya se ocupaba también de escribir sus propias historias y terminó por ser incluso el colorista para poder tener así el control total del resultado final.
Los cambios en la serie no tardaron en notarse, si con Kirby Furia era un tipo ancho y de aspecto tosco y rudo, con un físico propio de un jugador de futbol americano, con Steranko la figura de Furia se estilizo (y para qué negarlo, se acerco bastante al físico del propio Steranko) y le dio una elegancia de la que hasta entonces había carecido. Bueno, elegancia y según sus propias palabras, también su corte de pelo, su sastre y su apartamento. Pero los cambios no se quedaron ahí, porque si por algo se caracterizo Steranko en esta serie fue por estar siempre moviéndose, siempre innovando y buscando formas nuevas de contar las cosas. Los delirios tecnológicos de Kirby (que arte tenia este hombre para crear artilugios imposibles) también fueron llevados mas allá. Lo que con este parecía la pesadilla de un ingeniero, con Steranko se convirtió en la fantasía de un diseñador industrial, las maquinas seguían siendo enormes e imposibles, pero ahora casi parecían obras de arte.
La forma de narrar las historias también cambio de forma drástica a medida que el estilo de Steranko fue evolucionando (el contraste entre sus primeros números y los últimos es brutal) y este se dedico a experimentar. La composición dejo de ser aquella rígida cuadricula tan típica del cómic de superhéroes y Steranko no se canso de jugar con ella, de forzarla y retorcerla utilizando todos los recursos a su alcance. Probo formas nuevas de introducir los títulos de los capítulos, y escribió historias mudas, tomo inspiración del Op Art (Optical Art), de la psicodelia del ilustrador de ciencia-ficción Richard M. Powers e incluso de Dalí creando un estilo que el denominó «Zap Art». Utilizó fotomontajes, collages, una puesta en escena muy cinematográfica en la que utilizaba toda, doble o incluso a cuádruples páginas… Está claro que no se puede acusar a Steranko de haber sido un conformista.
Y todos los cambios que Steranko introdujo en la serie no podemos olvidar tampoco como esta se “sexualizó”. No hay más que recordar la llegada al comic de la Condesa Valentina Allegro de la Fontaine, que parecía surgida del sueño húmedo de un guionista de James Bond y con un vestuario digno de la Emma Peel de los Vengadores británicos. Aunque el mayor ejemplo de esta “sexualización” de la serie lo podemos encontrar en aquella famosa escena en la que Nick y la Condesa están solos en su apartamento, y desde el Comics Code le obligaron a censurar una viñeta por considerarla demasiado sugerente. La solución de Steranko fue reemplazar aquella viñeta por otra que a primera vista parecía más inocente pero que era aun más directa y explicita que la original, pero los censores del Comics Code nunca se caracterizaron por su inteligencia o por su perspicacia.
El éxito de esta etapa motivó que el personaje abandonase Strange Tales para contar con su propia serie, “Nick Fury, Agent of S.H.I.E.L.D.”. Pero tras tres años ocupándose de contar las aventuras del superespía por excelencia la presión de las fechas de entrega pudo con Steranko (que recordemos escribía, dibujaba, entintaba, rotulaba y coloreaba la serie, algo que compatibilizaba con su trabajo como Director de Arte en una agencia publicitaria y su grupo de música) y tras tener que incluir Marvel un numero de relleno en el nº4 de la serie para cubrirle, Steranko dejo la serie en el nº5 (1969) y tras eso solo haría unas cuantas portadas. Aunque esto no fue el final de su colaboración con Marvel, también tuvo una brevísima etapa en la Patrulla-X (X-Men: 50 y 51, Noviembre y Diciembre de 1968), serie en la que puso como condición para encargarse de ella que le dejasen rediseñar el logo) y otra no mucho más larga en Capitán América (Captain América (110–111, 113 – Febrero, Marzo, y Mayo de 1969)
La ruptura con Marvel llego cuando Steranko escribió y dibujo una historia que homenajeaba a H.P. Lovecraft para “Tower of Shadows – nº1 (Septiembre de 1969) Stan Lee ya había tenido choques en el pasado con él, y para este numero inicialmente rechazó la portada y más tarde atacó incluso la composición de página, los diálogos e incluso el titulo («The Lurking Fear at Shadow House») las cosas no llegaron a buen puerto y Steranko dejó de colaborar de forma regular con Marvel pero nunca abandonó del todo ese mundo del cómic que siempre le había apasionado. Steranko llego a crear su propia editorial (Supergraphics, en 1969) , volvió ocasionalmente a la casa de las ideas, para quienes fundo y edito la revista oficial de fans de Marvel, el FOOM (1973) y publico su “The Steranko History of Comics” (de la que solo salieron dos de los seis volúmenes planeados inicialmente)
Pero Steranko seguía sin ser capaz de estarse quieto y aprendió a pintar para dedicarse a la ilustración de portadas para libros, escribió una novela ilustrada (Chandler: Red Tide en 1976) y se encargo de adaptar al cómic la película Outland/Atmosfera Cero (1981). De ahí paso al mundo del cine y la televisión, donde se encargo de diseñar posters de películas e incluso del diseño de producción y personajes para “Indiana Jones: En busca del arca perdida” o el Dracula de Coppola e incluso tuvo tiempo para escribir un episodio de la serie de televisión Justice League Unlimited («The Ties That Bind») Realmente este hombre no sabe estarse quieto.
Cuarenta y cinco años después, su influencia se sigue dejando notar en el cómic y todos aquellos que se han encargado de contar nuevas historias de Nick Furia se han tenido que enfrentar a las lógicas comparaciones, por lo que en cierto modo podría decirse que Steranko le hizo un daño irreparable al personaje, ya que desde entonces nadie ha sido capaz de estar a su altura. Algo que en Marvel parecen haber querido solucionar quitándose de en medio al verdadero Nick Furia de la forma más ridícula y chapucera que uno pueda imaginar, para reemplazarlo por ese que tiene la cara de Samuel L. Jackson, pero eso ya será material para otro artículo.
En la actualidad Steranko dista mucho de estar retirado y a sus ocasionales colaboraciones con alguna portada (genial ese rediseño de la portada del Detective Comics 27 donde se dedica a corregir los errores de su poco apreciado Bob Kane) se suman una serie de proyectos que afirma tener entre manos con varias editoriales y que no deberían tardar en ver la luz. Conociéndole podemos estar seguros de que va a valer mucho la pena estar atento a lo que sea que salga de las prodigiosas manos de este artista con mayúsculas que nunca fue capaz de conformarse y que siempre quiso ir un poco más allá. Aquí esperaremos con ganas esos proyectos y mientras tanto mataremos el tiempo disfrutando de sus batallitas en twitter.