No, tranquilos, no me he vuelto loco, yo sigo encantado con que se hagan adaptaciones al cine y a la televisión de todos los comics habidos y por haber, superhéroes incluidos. Pero como suele pasar casi siempre esto no es algo que este siendo del gusto de todo el mundo. La moda del cine de superhéroes en la que vivimos hoy en día le está sentando muy mal a unos cuantos, y si se tratase solo de unos cuantos amargados que protestan desde su casa porque las cosas no son como a ellos les gusta no le daríamos mayor importancia, pero cuando quienes despotrican contra este tipo de cine son reconocidos directores de cine, críticos, etc, la cosa cambia un poco. Así que con este panorama ahora soy yo quien se va a quejar pero de estos amargados a quienes les molesta tantísimo el éxito que tiene este tipo de cine.
Gente amargada ha existido siempre, personas cuyos prejuicios les impiden disfrutar de según qué cosas o que sencillamente no les gusta algo en concreto y en lugar de hacer como la gente normal y simplemente ignorar ese “lo que sea” necesitan contarle al mundo que les molesta. Y alguno podrá decir que eso es lo que hacemos aquí a menudo, pero no es lo mismo poner por los suelos una obra en concreto que meterlo todo en el mismo saco solo porque algo determinado te disguste. Aunque mucho me temo que como suele suceder detrás de estas críticas se escondan otros sentimientos, envidia, complejos, etc. Eso es algo que esta gente jamás admitirá, pero no hay más que saber leer entre líneas para darse cuenta de que este odio de algunos hacia el género superheroico va más allá de un “me aburre este tipo de cine”.
El año pasado sin ir más lejos tuvimos que presenciar el triste espectáculo de ver a un famoso director de cine español, cuyo nombre pasamos de mencionar para no darle publicidad, que empezó afirmando que la recaudación de una película no significa nada, para a continuación dedicarse a definir al cine de superhéroes (y por extensión al de acción) de “taradez”, de “imbecilidad”, “producto del capitalismo subnormal” y que “no puedo soportar que sigan existiendo James Bond y Spiderman, y otros gilipollas de su calibre”. Tras esta muestra de crítica madura y sosegada el famoso director se dedico a reivindicar precisamente el tipo de cine que él hace y a quejarse de que algunas de sus películas, que él considera de las mejores, no solo no han recibido ningún premio, sino que además han recibido malas críticas… En parte tiene algo de razón, es cierto que el resultado en taquilla y la calidad de una película no siempre tienen mucho que ver, pero de ahí a insultar a un tipo de cine (no una película concreta, TODO en bloque) que a el no le gusta va un trecho largo…
Una crítica así era difícil de superar, pero el tiempo nos ha demostrado que si alguien podía superar esto tenía que ser un profesional del tema. Hace unos días un “critico profesional” nos advertía del peligro de la sobredosis del cine de superhéroes. Este personaje está convencido de que por culpa de los superhéroes la industria del cine se ha convertido en “barracas de feria tecnológicas” y que los protagonistas de Guardianes de la Galaxia (película que aun no ha visto) le tiran de espaldas, porque no hay critica mas fundamentada que la que se basa única y exclusivamente en el cartel de la misma… De ahí nos recuerda que es una película basada en un comic que no ha leído nadie y a la que “no hay que acercarse ni embutido en un mono ignífugo”. El desvarío continúa y acaba vaticinando de forma apocalíptica de la “progresiva cretinización del espectador” y de que la humanidad acabara convertida en lo que vimos en “Idiocracy”… ¿Por culpa del cine de superhéroes? Alguien debería pasarse al café descafeinado… o mejor al agua directamente.
Pero aunque la opinión de directores y críticos más o menos reconocidos sea la que más llama la atención, yo no puedo evitar acordarme también de otro grupo de personajes que también critican esta aparente saturación de superhéroes ante la que nos encontramos, pero que por su anonimato no obtienen la repercusión que a más de uno le gustaría tener, los propios espectadores. Entre estos obviamente podemos encontrarnos con los “miniyoes” de los arriba citados, los que repiten como loros los “argumentos” de sus gurus, pero esos no son los más divertidos. Los realmente divertidos son esos a los que lo que les jode no es exactamente el éxito del cine de superhéroes, sino de una parte de este…
Esta gente habla prácticamente de ese mismo futuro apocalíptico en el que la gente estará aborregada por culpa del cine de superhéroes… pero al mismo tiempo ponen en un altar la trilogía de Batman de Nolan. Gente que insiste en que las productoras deberían dejar de hacer adaptaciones de superhéroes antes de saturar el mercado… pero que esperan con ansiedad el estreno de Batman v Superman. Presuntos aficionados del comic que insisten en que no tienen nada en contra de Marvel pero que consideran cada cosa que haga la Warner como un peliculón y cuyas películas favoritas basadas en los comics de la competencia son siempre las que hacen la Fox o Sony… Y que como no podía ser de otra forma recibirán cualquier critica contra las películas que le gustan a el (las de “su” editorial) de un ataque prejuicioso… Pero es lo de siempre, quienes más hablan de los pocos prejuicios que tienen son los que están llenos de ellos. Y si, esta gente seguramente no tendrá las mismas motivaciones que los “profesionales” para opinar así, tienen motivaciones mas patéticas, pero hay que admitir que a su modo son divertidos y una curiosidad que no quería dejar de mencionar.
¿Pero tienen razón estos individuos? ¿De verdad vivimos en un momento de la historia del cine en el que este va a ser destruido por los superhéroes? ¿Van a cumplirse las predicciones de estos profetas del apocalipsis? ¿Soy idiota por disfrutar de este tipo de películas y querer que se hagan más? Las respuestas a todas estas preguntas las tendremos mañana mismo en la segunda parte de este artículo, cuyas dos partes y sin motivos escondidos, quiero dedicar a Diógenes, porque sé que no le gusta eso de leer mucho texto seguido y le encanta esperar un día para terminar de leerse los artículos… Hasta mañana.