Hay veces en las que una primera impresión sobre algo es horrible, que aun recuerdo la primera vez que vi una portada del Starman de Robinson y pensé que DC se iba al garete… que inocente era. Algo así es lo que me paso hace unos meses cuando comenzaron los estrenos de las nuevas series de televisión y me encontré con el tráiler de una de las nuevas series de la Fox, Sleepy Hollow, aquello no me inspiro demasiada confianza, un montón de actores desconocidos (y el gran Clancy Brown en un papel secundario) en una historia que parecía querer seguir los pasos de Once Upon a Time y Grimm trayendo al presente relatos clásicos fantásticos. Aquello no me intereso lo mas mínimo y pase de ella, pero tras meses de escuchar a Diógenes ponerla por las nubes y aprovechando el parón de algunas de las que seguía, me decidí a darle una oportunidad… Y al final ha resultado que Sleepy Hollow es una de las series con las que más he disfrutado en los últimos tiempos.
Basado muy libremente en el relato de Washington Irving, nos encontramos en 1781, en una América que aun está luchando la guerra por su independencia y con Ichabod Crane (Tom Mison), quien aquí es un profesor de historia en Oxford que deserta del ejercito Británico para unirse a los coloniales de George Washington y ayudarles a independizarse del yugo de su país natal. Pero al mismo tiempo que se desarrolla la guerra contra el Imperio Británico, en segundo plano se desarrolla una guerra más temible por la supervivencia de la humanidad, ya que George Washington está luchando para impedir que el demonio Moloch libere sobre la tierra a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis y desate el fin del mundo. Crane resultara ser fundamental en esta guerra secreta y se convertirá en la principal arma de Washington contra el mal. Pero durante su última misión, localizar y eliminar a un misterioso mercenario alemán, Ichabod morirá a sus manos no sin antes asestarle con su último aliento un golpe aparentemente fatal a su enemigo decapitándole en el acto. Pero esto no es el final para ambos ni mucho menos…
Doscientos treinta años después nos encontramos en el pequeño pueblo de Sleepy Hollow, una de esas tranquilas poblaciones en las que nunca sucede nada. Pero pese a la aparente tranquilidad del pueblo, el Sheriff Corbin (Clancy Brown) tiene sospechas de que algo raro está sucediendo, sospechas que se ven trágicamente confirmadas cuando al acudir a una llamada de rutina se encuentra frente a frente con el mercenario alemán al que Crane decapito hace más de dos siglos. Este, que ya sabemos que no es solamente el jinete sin cabeza, sino que es la muerte encarnada, decapita a Corbin y escapa de allí dejando a una muy confusa Teniente Abby Mills (Nicole Beharie), quien no sabe si creer lo que ha presenciado. Pero el Jinete no es el único que ha regresado, en una cueva en las profundidades del bosque Ichabod Crane despierta de un largo sueño en un mundo que no tiene nada que ver con el que conoció y con la misión de evitar el fin del mundo y rescatar el alma de su esposa de las garras del demonio. Pero Crane no estará solo en esta misión, ya que descubrirá que su destino y el de la Teniente Mills están entrelazados y que sobre los hombros de ambos recae la responsabilidad de derrotar a Moloch y sus Jinetes e impedir el Apocalipsis…
Decir que la serie me ha sorprendido agradablemente es quedarme corto, la serie me ha encantado, pero es que cuando uno descubre que entre sus creadores se encuentran Alex Kurtzman y Roberto Orci, quienes co-crearon Fringe junto con JJ Abrahams, esto ya sorprende menos. La serie es divertidísima y pese a que personajes como Crane tenían todas las papeletas para resultar un incordio, consiguen todo lo contrario. Pero claro esto también es merito del gran reparto de la serie, encabezado por unos casi desconocidos Tom Mison y Nicole Beharie, quienes han demostrado (sobre todo Beharie) ser dos actorazos como la copa de un pino. Pero si los protagonistas están muy cuidados, los secundarios no se quedan atrás, contando con un reparto casi de lujo que incluye a gente como John Cho, Clancy Brown o a John Noble. Todos estos (y los guionistas claro) han conseguido equilibrar el humor, la acción, la aventura y un poquito de horror de forma que la serie sea una delicia de visionado. Y por si esto fuese poco uno de los compositores de la banda sonora no es otro que Brian Tyler, el mismo que compuso entre otras la banda sonora de Iron Man 3 ¿Se puede pedir más? Bueno, supongo que se podría pedir solucionar un par de problemillas menores que aun tiene la serie…
Porque el que la serie sea buena, que lo es y mucho, no por ello está exenta de pequeños defectos. Uno de los principales, y que puede resultar algo cargante para los que no somos estadounidenses, es esa pasión casi religiosa con la que nos describen la guerra de la independencia y a sus héroes. Que yo puedo entender que Estados Unidos es un país relativamente “joven” y que al no tener una historia tan extensa como le sucede a otras naciones, estén muy orgullosos de lo “poco” que tienen, pero es que hay momentos en los que se les va la mano. Washington se nos presenta casi como un héroe mitológico perfecto que no lucha solo por liberar a su pueblo de la tiranía británica, sino que trata de salvar a toda la humanidad, mientras que los Británicos por su parte son representados en su mayor parte como monstruos sanguinarios y aparentemente aliados con el demonio que pretende provocar el apocalipsis.
Crane no se queda atrás y da la impresión de que participo en mayor o menor medida en cada suceso de importancia de la guerra (tanto la oficial como la “secreta”) Y esto es algo que como nos recalcan prácticamente en cada episodio acaba poniendo un poco de los nervios al espectador. De su papel también resulta mosqueante como a un profesor de historia que adora su país de adopción se limite a sorprenderse por los avances tecnológicos y en moda, o se escandalice por algunas de las cosas por las que hay que pagar (y cuanto hay que pagar)hoy en día, y no le haya dado por averiguar el rumbo que han seguido los estados Unidos en los últimos siglos. Que por no querer meterse en política están desaprovechando la oportunidad de oro para que Ichabod se escandalice al descubrir el papel que ha jugado en los últimos siglos de historia mundial el país por cuya independencia traiciono a su patria y derramo su sangre. Que dudo que a alguien como Crane le hiciera gracia descubrir cosas como el intervencionismo político en Europa y Sudamérica, las guerras en las que ha participado a lo largo y ancho del mundo. A lo mas que se han atrevido hasta el momento es a mostrar a Crane arrepentido de haber apoyado el derecho de todo americano a portar armas de fuego, confiemos en que esto signifique que en la segunda temporada le veremos más interesado, e indignado, en estos temas.
El otro pequeño problema de la serie es el papel de Katrina (Katia Winter), la esposa de Crane. Pese a ser una bruja extremadamente poderosa y que fue capaz de salvar la vida de su esposo, su papel en la serie es el de damisela en apuros de manual. Hasta ahora, a falta de ver la “season finale” y dejando a un lado los flashbacks anteriores a la “hibernación” de Crane, su participación en la serie prácticamente se ha limitado a estar en peligro, para angustia de su marido que se devana los sesos para poder rescatarla de su prisión. Que a estas alturas aun se utilice esto como recurso argumental es un poco lamentable, por suerte esto se compensa con el papel que ocupan en la serie las hermanas Mills, que son cualquier cosa menos damiselas en apuros.
¿Qué más puedo decir? Que si alguien aun no está viendo esta serie ya está tardando en hacerlo, que es de lo mejor que se ha estrenado este año y puede que aun haya algunos que no se acercasen a ella por los mismos prejuicios que tenía yo al principio. Eso sí, se me ha olvidado añadir otro pequeño defecto de la misma, su primera temporada solo tiene trece episodios (aunque gracias a ello no ha habido relleno) y ya ha terminado, por lo que ahora me tocara esperar hasta Septiembre para poder disfrutar de su segunda temporada. Igual debería enterrarme en una cueva y despertarme dentro de ocho meses…