Los seres humanos somos personas y tenemos limitaciones. Esas limitaciones también estan presentes a la hora de comunicarnos entre nosotros, pero gracias al desarrollo de nuestras civilizaciones, la humanidad ha conseguido ir puenteándolas. Así, gracias a los inventos de nuestros antecesores, hemos desarrollado nuevos lenguajes hablados y escritos, hemos llegado a alcanzar comunicaciones casi instantaneas a lo largo del planeta y mantener conversaciones en tiempo real hasta con gente que está en el espacio. Y luego llegó Jonathan Hickman y lo jodió todo…
Porque el hombre este ha desarrollado un lenguaje propio e indescifrable. Su experiencia en el diseño gráfico le ha permitido desarrollar arcanos pictogramas con los que, además de permitirle rellenar su trabajo con páginas en blanco con una frecuencia bochornosa, nos deja bien claro cuando un cómic lleva su firma, aún cuando la mezcla inmisericorde de conceptos en armonía discordante ya lo dejan bastante claro. Pero lo de Jonathan Hickman va más allá, porque si por algo se caracteriza es por ser un torrente creativo, un creador. Uno pensaría que, en un universo en el que ya existen los Celestiales, los Mutantes y hasta Galactus, la gracia está en construir sobre el legado que a uno le dejan. Pero Jonathan no es así, porque Jonathan es un Constructor, y construye siete veces al mes entre Infinity, dos números de Avengers, New Avengers, Manhattan Projects, East of West, God is Dead… Y eso porque este mes Secret se ha retrasado, que si no serían ocho. Porque si en su día a Warren Ellis tuvieron que prohibirle aceptar más encargos porque no daba a basto, Hickman puede con todo y hasta se va a Image y Avatar con tal de conseguir más y más trabajo con el que dar rienda suelta a su hemorragia creativa (que no cerebral ni diarréica).
El problema viene cuando lees sus cómics y te das cuenta de que… No te das cuenta de nada. Y eso en el mejor de los casos, que te puede dar un acceso de «fan tonto de Final Crisis» y decir lo de «no he entendido nada pero debe ser inteligente, asi que me ha encantado». En el peor, se te encienden todas las luces porque te das cuenta de que el muy cabrón abusa del estilo «decompressed» y no te ha contado absolutamente nada en 24/36 páginas, y eso si que suele pasar en sus mejores trabajos, los «creator owned». Pero estábamos hablando de Infinity, estábamos hablando de los Vengadores…
Lo creáis o no, la idea de Infinity es muy sencilla, y debería ser tan sencilla de ejecutar como lo fueron en su día Annhilation, Infinity War o hasta el más infame de los crossovers cósmicos, aquella cosa horrenda llamada Blood & Thunder que perpetró Ron Marz con Thor allá por los 90 profundos. Comparada con esta última, Infinity no es sencilla: mientras que Blood & Thunder cuenta la historia de Thor enajenado rompiendo cosas por el universo, Infinity cuenta como la raza de los Builders -que se ha sacado Hickman de la manga- se pone a conquistar el universo, cosa que provoca que los Vengadores abandonen la Tierra y Thanos (en una trama-pegote infame) aproveche para buscar/matar a su hijo bastardo oculto en la Tierra. Algo que ya podría haber hecho en sus tiempos de tener el Cubo Cósmico, el Guantelete del Infinito o los jueves impares de cada mes en los que consigue otro trasto que le da la omnipotencia.
El caso es que Infinity se divide en una serie limitada con el crossover principal que supuestamente te puedes leer independientemente y entenderlo todo, los cruces con Avengers -donde se trata la guerra contra los Builders esos- y los cruces con New Avengers -donde se cuentan las batallitas por esconderle a Thanos su hijo, al Doctor Extraño lo manipula un demonio con halitosis y se revela que hay montones de inhumanos «latentes» esparcidos por toda la tierra. Y luego estan lo que yo llamo «crossovers basura», que cuentan otra vez lo que ya esta contando Hickman -Avengers Assemble, Captain Marvel- y los «crossovers de pasaba por allí», como Mighty Avengers o Infinity Heist, que son historias que transcurren paralelamente a la trama principal y que en realidad poco o nada tienen que ver con el asunto (y que para colmo son mejores).
Y así es como llegamos al último número del crossover, el 20 de The Avengers. En la página de recapitulación, supuestamente tenemos un resumen para que el que no haya léido los números anteriores se entere de que va la cosa, pero tampoco es que se vaya a enterar mucho. En este caso te dicen que los Kree se han rendido a los Builders, y que hay un fulano amarillo creado por los Builders que se dedica a crear y que destruir cosas lo pone negro. Luego sale el Capitán América señalando al frente y llamando soldado a la gente, lo normal. Y entonces llegamos a la madre del cordero, lo que en tiempos se llamaba el Dramatis Personae:
La alineación de los Vengadores de Hickman esta compuesta por trece personajes (algunos de ellos libres, otros capturados por los malos), siendo sólo cuatro de ellos Vengadores clásicos (Capitán América, Carol Danvers, Viuda Negra y Ojo de Halcón), uno de ellos incorporación de la era Bendis (Spiderwoman), dos de ellos Nuevos Mutantes (Bala de Cañón y Mancha Solar), Shang-Chi (porque Hickman cree que Fumanchú es el jefe de los Builders) y los otros cinco pues… Son Manifold, Ex Nihilo (el tío amarillo), Abyss (que para ser la «gemela» de Ex Nihilo hasta parece persona), y los nuevos Nightmask y Starbrand, todos ellos creaciones de Hickman creadas sólo por circunstancias literarias y sin ninguna intención de que en un futuro le generen royalties, no. Los antagonistas son los Builders -también creados por Hickman- con sus tres «castas»: los Builders, los Alephs y los Gardeners. Y luego ya esta el consejo galáctico, compuesto por líderes de Imperios Galácticos inofensivos como los Skrull, los Kree, los Shi’ar (que tienen su propia Legión de Superhéroes y una flota a lo Star Trek), el Nido -una raza de Xenomorfos que hablan y cuyo único impulso vital es destruir e infectar, ¡no me jodas!- y el siempre entrañable Annihilus, el lider de la Zona Negativa, un universo entero. Y luego por ahi andan Mentor y ExNihila, el uno es el hermano marveliano de Brainiac 5 y la otra es una criatura más de los Builders esos.
Tras dos páginas de recapitulación más una de créditos y otra en blanco con un logo de esos raros de Hickman con un título molón -Las palabras del jardinero-, por fín empieza el cómic con un personaje que aparentemente no nos han dicho quién es en el resumen anterior -toma ya- y empieza con el nota haciendo más recapitulación todavía, saltándose la regla de oro del «show, don’t tell». Vamos, que Hickman es un iconoclasta y un rebelde… El caso es que nos cuenta que los Vengadores se han pegado contra la flota de los Builders y han rescatado a todos los que estaban capturados, circunstancia que aprovecha Hickman para mostrar a Mancha Solar y Bala de Cañón como perfectos protagonistas de Dos Tontos muy Tontos 3:
El rescate, que a priori parecía una cuestión complicadísima porque las naves de los Builders son poderosísimas y blablabla, se ha arreglado en cuatro páginas después de dos meses de marear la perdiz y encima permitiéndose el lujo de malgastar viñetas en conversaciones intrascendentes. Y una vez el Ex Nihilo Negro ha contado su historia, ya estamos en la siguiente página en blanco, «Al filo de la aniquilación», que nos manda a una bonita escena en la que los Kree se han rendido a los Builders y la flota del consejo galáctico está sobre la capital evaluando la situación. Los builders han perdido sus naves capitales y estan reagrupando su flota, y los líderes aliados se preguntan que puñetas hacer; no tienen capacidad para destrozar a su enemigo si no recurren a Annihilus o al Nido, pero el remedio podría ser peor que la enfermedad -que digo yo, ¿entonces para qué los tienen de aliados?-.
Mientras los aliados siguen sin saber que hacer a pesar de que a los kree sólo los esta «oprimiendo» un builder de mierda, Ronan el Acusador y la Inteligencia Suprema de los Kree estan charlando con el builder en cuestión, que les viene a dejar claro que aunque las cosas parecen irles mal a los builders, en última instancia van a ganar fijo. Y entonces va Gladiador de los Shi’ar y pide parlamentar con los Builders.
Tras otra página en blanco -Sin jueces estamos perdidos- nos encontramos con Ex Nihilo y Abyss encontrándose con Ex Nihila y todos los Nihilos, que están muy sorprendidos porque la Abyss de ExNihilo sigue viva, porque todas se murieron hace milenios; resulta que los Nihilos se dedicaban a crear vida y eso provocaba la existencia de un ying para su yang, una fuerza destructora. Cuando los builders los forzaron a dejar de crear vida, los abyss murieron y los Nihilos acabaron de sirvientes y asesinos de mundos para los Builders. La cosa acaba con todos los Nihilos cabreados y con pinta de querer cargarse a todo Builder que pillen por delante.
En el siguiente capítulo («Un hombre se arrodilla») el builder que está con los Kree acepta la tregua y se pavonea de que los aliados se van a rendir y se mola a si mismo. Gladiador se queja de que la tregua no servirá para nada, y el Capitán América le da la razón, argumentando que, aunque han obtenido algunas victorias, las cosas pintan fatal y sólo les queda rendirse. Y fín.
Vamos a dejarlo claro, Hickman debe de estar haciendo esto por la pasta. Cualquier otro proyecto «creator owned» le importa más que esto, pero Vengadores da dinero para pagar la hipoteca. Este cómic de Vengadores es un perfecto ejemplo de lo que esta suponiendo la saga, con números tan vacios de contenido que casi parecen escritos por el mismísimo Scott Lobdell. La narración esta repleta de escenas vacias, de una caracterización completamente contraria a lo que ya conocíamos de los personajes «no Hickman» y que rompe completamente la verosimilitud del relato. Porque no estamos hablando de conceptos ya arcanos como la «continuidad», estamos hablando de que la historia sea creible. Estamos hablando de un relato inconexo, escrito de forma intermitente a golpe de cambios de escenario sin ningún tipo de sentido del ritmo.
Hickman apabulla al lector constantemente con personajes nuevos que ni se molesta en desarrollar, cosa que provoca un total desconocimiento de los mismos y la más completa indiferencia hacia lo que les pase; ¿realmente me importa una mierda lo que le pase a Ex Nihilo, Abyss y toda esa gente? ¿Va a parecerme una rebelión de los ExNihilos esos algo épico o un deus ex machina? Porque alguno me puede decir que lleva hablando de los Nihilos ni se el tiempo, pero en 20 números de Vengadores Hickman ni se ha molestado en hacerme empatizar con Ex Nihilo ni sus primos -lamentable la forma en la que es derrotado en los primeros números de Avengers, por cierto-, con lo que a última hora llegue su clan y salve al universo conocido me parece la misma mierda que «lo hizo un mago».
En fín, que a diferencia de lo que pueda parecer en un principio, Infinity sí se entiende… Si te atienes sólo a Avengers y no al crossover principal. El guión del crossover puede estar perfectamente enmarañado, estirado y pasar por encima de los personajes (que supuestamente son los que mueven el drama y todo eso), pero en última instancia la historia es tan simple que da la sensación de que, como pasaba en su SHIELD, Hickman lo ha escrito para engañar al lector y se crea su falsa «profundidad». Y oye, para sentirme insultado no tengo más que enchufar la tele y ver Sálvame…