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Valvrave The Liberator: Superrobotos de nuevo cuño

Yo es que esto del anime me lo tomo con calma, no suelo ver ninguna serie al día ni nada parecido. Según me apetece veo una u otra serie, aunque tengan veinte años de diferencia entre ellas. Así es como mezclo mamarrachadas como High School of the Dead con maravillas como Urusei Yatsura -¡el puto mejor anime de la historia, oiga!. Pero esto del género de los superrobotos no solía tocarlo mucho, hasta ahora…

No, no tiene nada que ver con Evangelion. Ni con Gundam. Bueno, vale, tiene todo que ver…

Porque claro, para que llegue aquí un Gundam estás jodido. Para verte la serie original o su millón de spinoffs/secuelas tienes que morirte de asco, y lo que llega suele ser lo de peor calidad, como si las editoras españolas lo hicieran a posta. Y eso por no hablar de engendros como Robotech -mezclando dos series japonesas que no tienen nada que ver para hacer una yanqui sin pies ni cabeza-, que dejan claro que por estos lares interesarse por los superrobotos esos es de masoquistas o de idiotas. Asi que no sé como acabe viendo Valvrave The Liberator, supongo que en todo este follón cosas como esta tienen mucho que ver:

¿Un hardware que te obliga a renunciar a tu humanidad para usarlo? ¿Con una licencia de usuario tremendamente leonina? ¿Se les ha despertado a la buena gente de Sunrise la vena antiDRM? ¡Esto me tiene que gustar por cojones!

Lo cierto es que luego la serie es el típico rollo de tímidos chavales de instituto enfrentados a algo que se hace llamar el «Tercer Reich de Plata», que lo forma una mezcla extraña entre el susodicho Reich y la Rusia Soviética. La historia viene a desarrollarse en un futuro lejano, cuando el país de JIOR (Japón y lo que sería su Imperio del Pacífico) fracasa en su intento de permanecer neutral en la guerra entre las dos superpotencias, DORSIA y ARUS y es invadido por la primera. La gente muere y todo eso, y un chaval de instituto se encuentra con un mecha gigante llamado Valvrave que le asalta con ese DRM tan peculiar…

Niños de instituto y tetas por todos lados, el pan nuestro de cada día en el anime contemporaneo.

El chaval, Haruto, accede al contrato de la licencia de uso y acaba repeliendo la invasión de su instituto, pero poco a poco se va dando cuenta que como consecuencia del dichoso contrato de vez en cuando le dan yuyus y le da por atacar a la gente, morderla o hasta violarla. Todo muy normal. Lo importante es que la serie tiene robots gigantes pegándose contra flotas gigantes en el espacio, primeros planos de culos y tetas -bienvenidos al anime actual- y conspiraciones para dominar la galaxia mientras unos críos tratan como pueden de aguantar un clima bélico que los aplasta entre dos bandos. La serie acaba de terminar su primera temporada (12 episodios) y volverá para Octubre, asi que todavía estas a tiempo de ponerte al día y ver si te indigna el tema de la violación tanto como para dejar de verla o te das cuenta de que esa agresión sexual no debe de ser algo casual, si no la ventana a algo mucho más siniestro que puede hacer que tiene posibilidades de hacer que Valvrave the Liberator sea una serie bastante más interesante de lo que parecía en un principio. Y no es que la serie llegue al buen nivel de Cowboy Bebop, pero creo que tiene posibilidades…

Ah, y este es el roboto. Que a Mazinger y a Gundam se les podía dibujar de memoria, pero a este ya…

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