Pues sí, porque en Rogue Legacy uno hace lo que hace para que sus hijos no tengan que volver a pasar por lo mismo. Imaginaos un Castlevania en el que cada uno de los Belmont tuviera la oportunidad de matar a Drácula para siempre, y que cada uno que muriera en el camino legara a sus hijos sus poderes. Y tu jugando en el papel de todos y cada uno de ellos. Pues eso es Rogue Legacy.
Porque el juego es chungo como un roguelike, pero en realidad es más parecido a un Castlevania -metroidvania- que a cualquier otra cosa. El juego empieza allá por el año 700 con nuestro personaje asesinando al rey de un castillo, cosa que por lo visto provoca que todo se llene de monstruos y el hijo de nuestro protagonista tenga que meterse a cargarse todo bicho viviente y restaurar el honor familiar, pero con una pega; cuando nuestro hijo entre por primera vez al castillo, tendrá que darle todo su dinero al portero, un tal Caronte que ya no se conforma con un par de monedas, no…
Nuestros hijos podrán ser paladines, magos, ninjas y no sé cuantas clases más que podrás ir desbloqueando y actualizando a cambio del dinero que saques del castillo mediante el árbol de talentos. En dicho árbol (que funciona a base de construir la mansión familiar) también desbloquearemos mejoras al ataque, crítico y demás chorraditas que le encanta subir al personal o conseguir nuevas habilidades para ganar más dinero o no tener que pagarle tanto a Caronte cada vez que resucitas -cosa que en realidad no compensa nada, porque el 25% de 1000 no deja de ser 250, y si puedes sacar 1000 de una sola visita al castillo 250 no te van a solucionar la vida…
Además, nuestros hijos tendrán sus peculiaridades, pudiendo padecer gigantismo, enanismo, Colon Irritable, síndrome de Touret -usease, decir tacos como una persona normal- que provocarán efectos positivos o negativos. Y todos ellos tendrán como objetivo el de acabar con todos los monstruos finales del juego y acceder a la sala en la que descubriremos la terrible verdad sobre nuestra familia… Aunque eso nos cueste un porrón de generaciones, frustraciones a porrillo -el juego no es más permisivo que el típico Rogue, pero también tiene sus puntos cabrones- y horas y horas de farmear dinero para conseguir mejor equipo, encantamientos o nuevas habilidades. En conclusión, que si te gusta el rollo Castlevania con una vuelta de tuerca un tanto cafre, échale un ojo al Rogue Legacy, que te vas a pasar un buen rato y encima los desarrolladores son buena gente. O por lo menos lo parecen, que no les he visto la etiqueta de Activision o EA por ninguna parte…