Si, mucho ha llovido desde que hable de estas series de televisión aquí en Brainstomping y, unas mas y unas menos, estas cuatro series han ido cambiando y con ello la opinión que tenia de ellas. En algunos casos el cambio ha ido a mejor, o al menos a “menos malo”, y han conseguido que siga viéndolas mientras que en otros he acabado tirando la toalla y las he dejado de lado. Así que vamos a ver qué es lo que ha cambiado en estas series aunque sea un poco por encima.
Pese a mis reticencias iníciales hacia esta serie he acabado enganchándome a ella, pero no exactamente porque la calidad de la misma haya subido espectacularmente. A lo largo de los episodios me he dado cuenta de que el parecido con Sherlock Holmes es bastante superficial y que si veo la serie como vería cualquier otra de investigadores excéntricos que colaboran con la policía, como Monk o el Mentalista, la serie es bastante disfrutable. Es un poco triste que para disfrutar de esta serie uno tenga que olvidar que se supone que es una adaptación de ese gran clásico literario, y que ni la revelación de que Moriarty está detrás de algunos sucesos en la vida de este pseudo Holmes consiga provocar alguna emoción, pero es así. Aunque al menos la serie es mínimamente entretenida, que es mucho más de lo que se puede decir de otras.
Cuando esta serie se estreno pensé que era una copia descarada de Fabulas y mi opinión no ha cambiado, pero pese a ello he terminado por engancharme también a esta serie. ¿Qué ha cambiado en ella? Por un lado la trama avanza un poco más rápido de lo que nos tienen acostumbrados las series actuales, las “sagas” no duran ni una temporada completa y encima se han sacudido un montón de complejos de encima. Los personajes, pese a seguir atrapados en el mundo real, ya recuerdan quiénes son y vuelven a tener sus habilidades y poderes y los guionistas han decidido que en el pueblo de Storybrooke cabe de todo. Ya no se limitan a los cuentos de hadas clásicos y por la serie han desfilado el Sombrerero Loco, el Capitán Garfio y el mismísimo Víctor Frankenstein. Así que ahora mismo de esta serie uno puede esperar casi cualquier cosa, la pena es que los efectos especiales siguen siendo en ocasiones algo cutres y alguna actuación algo cutre, pero ver a Robert Carlye haciendo de brujo malvado sigue siendo impagable.
Esta serie es probablemente la que ha sufrido un cambio más radical de todas las que he visto en muchísimo tiempo. Originalmente era una bonita serie muy emotiva en la que Martin Bohn (Kiefer Shuterland) había dejado su carrera de periodista y trabajaba de recoge maletas en un aeropuerto para poder cuidar a su hijo autista Jake. Este era un genio con los números y eso le permitía “predecir” el futuro y usaba su habilidad para que su padre ayudase a los demás. Cada episodio era una bonita historia muy humana en la que Martin ayudaba a reunir familias, y cosas así, mostrándonos como todos estamos interconectados y que los actos de una persona provocaban una reacción en cadena que podía terminar por ayudar a otra persona al otro lado del planeta. En la segunda temporada esto ya no es así, ahora hemos descubierto que una despiadada mega-corporación quiere secuestrar a Jake y a otros como él para aprovecharse de sus habilidades, que estos niños no es que sean genios de las matemáticas, es que tienen poderes y son capaces de comunicarse telepáticamente. Hay un cura asesino en serie que tiene las mismas habilidades de Jake y que quiere matarles a todos por considerarles aberraciones ante los ojos de Dios y Martin ya no es aquel entrañable padre incapaz de matar a una mosca, ahora se empieza a parecer a otro personaje…
Pero aun así la serie pese a que esta casi irreconocible sigue siendo bastante disfrutable. (Y acabo de darme cuenta de que nunca escribi un articulo sobre esta serie, pero en su lugar he enlazado otro muy relevante…)
Pero de todas las series que estaba viendo últimamente esta es la que más ha cambiado y para peor, o al menos ha cambiado la forma en la que la veía. Y es que ahora mismo Walking Dead me aburre mortalmente. Curiosamente esto ha coincidido con un momento en el que el comic ha conseguido que pase de entusiasmarme a aborrecerlo, así que supongo que eso ha influido algo en mi hartazgo de la serie. Pero aun así la serie se ha convertido en la clásica en la que la trama no avanza prácticamente nada y que te da igual lo que le pase a los personajes. Y encima los cambios que han introducido en ella para no aburrir a los que ya han leído el comic no aportan mucho, y es que hacer que un personaje muera un poco antes o un poco después de cuando moría en el comic no es que sea una gran sorpresa, si encima la historia solo parece moverse en uno de cada tres o cuatro episodios ya es que no te dan ganas de verla ni gratis. Por todo eso es por lo que al final he dado de lado por completo a esta serie pese a que inicialmente era una de mis favoritas. La de vueltas que da la vida.
Así que si algo he aprendido de todo esto es que si te aburres mucho y sigues viendo una serie por inercia puedes acabar descubriendo que esta ha cambiado y acaba siendo entretenida, y que por mucho que te emocione un episodio piloto puedes terminar por aborrecer esa serie. A lo mejor no es la mejor forma de ver televisión, pero tampoco le vamos a pedir a las cadenas de televisión que todas sus series tengan el nivel de seriones como Mad Men, Boardwalk Empire o Breaking Bad. Así que yo seguiré con mi método actual, que igual con suerte para cuando estas series lleven tres o cuatro temporadas resultan ser buenísimas, si no las cancelan primero.