Seth MacFarlane es alguien cuyo trabajo siempre he encontrado algo irregular, Padre de Familia me encanta pero nunca he podido engancharme a American Dad o a the Cleveland Show. Pero tras verle presentar la gala de los Oscars de este año pensé que ya tocaba darle una oportunidad a su debut como director de cine y verme Ted. Tras verla puedo decir que hacía tiempo que no me reía tanto con una película.
Yo al principio era muy reacio a verla por lo absurdo de su punto de partida. Un niño pequeño pide el deseo de que su osito de peluche sea real, lo consigue y la gente acaba aceptando como algo normal que dicho osito se pasee por ahí hablando como si tal cosa. Era demasiado estúpido como para funcionar, o al menos eso era lo que pensaba yo. Seth MacFarlane me ha demostrado que estaba muy equivocado. La película tiene tanto humor, consigue que te rías tanto, que a los pocos minutos de comenzar ya te da igual lo absurdo de la propuesta y solo quieres seguir riéndote. A eso ayuda bastante un Mark Wahlberg, que tras verle en esta película y en “The Other Guys” creo que no debería abandonar nunca el género de la comedia. Su papel de treintañero inmaduro cuyo mejor amigo es un osito de peluche parlante y que pese a todo consigue ligarse a Mila Kunis es de lo mejor de la película. Aunque queda un escalón por detrás del autentico protagonista, el propio Set MacFarlane como la voz de Ted.
Ted pese a que no deja de ser un poco el Brian Griffin de “Padre de Familia” convertido en osito es lo mejor de la película. Lo que comienza siendo un ser tan inocente y amigable como solo pueda ser un osito de peluche acaba convertido en un porrero machista y malhablado cuya mayor ambición en la vida es tirarse a tías buenas, con las que sorprendentemente tiene un éxito tremendo, y beber, drogarse y ver películas con su amigo John. No es un modelo de conducta precisamente.
Pero la vida de John y Ted no puede seguir indefinidamente de la misma forma que hasta el momento, alguna vez tendrán que madurar y seguir adelante. Lo que sucederá cuando John se vea obligado a escoger entre el amor de su vida y su mejor amigo. Todo ello sin sospechar que un peligro inadvertido se cierne sobre ellos de la forma más inesperada… Eso sí, todo visto desde la óptica de MacFarlane, así que nadie espere un profundo drama de épicas repercusiones.
Eso sí, esta no es una película para todos los públicos. El Humor de MacFarlane parece que no tiene término medio, o te gusta o lo odias. Se trata de un humor muy grueso, burro, negro… aquí no hay humor sutil ni finas ironías, solo una burrada detrás de otra, una historia que cuesta creer que se mantenga y dos o tres cameos inesperados que dejaran a más de uno con la mandíbula por los suelos. Pero si conectas con este tipo de humor, y eres algo nostálgico de los años 80, pasaras una hora y pico a carcajada limpia.
La segunda parte de esta película parece estar ya en marcha, por lo que solo nos queda esperar un poco para ver de nuevo a esta peculiar pareja en nuestras pantallas haciéndonos reír con el particular humor grueso de la factoría MacFarlane. Hasta entonces tendremos que conformarnos con sus series de animación y quién sabe, igual hasta le dé una segunda oportunidad a las que no han conseguido convencerme hasta el momento…