Ante todo, pedir disculpas a todo el mundo por lo que ha pasado la semana pasada. El año que viene intentaré perder la apuesta de los Oscar con todas mis fuerzas, por muy grande que sea la ineptitud de M’Rabo; cada vez estoy más seguro de que pierde a propósito, para poder hacer su semana de memes memos, vegetales y demás cosas absurdas.
Hoy me gustaría hablar de un tema que se nos ha escurrido entre tanto vegetal y tanta historia, el anuncio de la Playstation 4: Un cacharro basado en la arquitectura x86, con un micro+GPU AMD y ocho gigas de RAM DDR5. ¿Nos suena de algo, sabemos de que estamos hablando? Cualquiera que sepa un poco de hardware puede darse cuenta de que estamos ante un simple PC. Un PC que tendrá unos cuantos chips dedicados a funciones concretas, pero a fín de cuentas será tan PC como los Mac de hoy en día, que no dejan de ser PCs que, al igual que la futura PS4, funcionan con un sistema operativo basado en Linux.
Esto quiere decir que, al igual que lo que algunos hicieron en Mac en su día, con un poco de paciencia y habilidad saltándose el DRM se le podrá instalar un Windows. Esto también puede funcionar a la inversa, «engañando» al sistema operativo de PS4 para funcionar en PC, todo depende de lo mucho que este centrado dicho sistema en su hardware específico (cosa suele dificultar la tarea hasta hacerla imposible). También es una muy buena noticia para la gente a la que le interesa la retrocompatibilidad; una hipotética PS5 seguramente continuaría el modelo de PS4, con lo que el hacer compatible la consola con su antecesora sería una cuestión de software, y no de hardware como se hacía en modelos anteriores (y que los encarecía tremendamente).
Sin embargo, estamos hablando de un trasto inexistente. Y digo que no existe porque PS4 no se ha mostrado en ninguna parte, sólo tenemos un mando haciendo funcionar varias demos sobre un PC. A nivel de hardware es cierto que Sony ha tenido buenas ideas (las únicas que podía tener, dados los tiempos que corren), pero aún esta por ver las especificaciones finales del sistema y a que precio llegará al mercado. Todos estos juegos estan construidos en kits de desarrollo provisionales, con lo que tanto el sistema operativo como el hardware estan sujetos a cambios. No dudo que no sean parecidos al resultado final (el resultado gráfico que dan es parecido al de un PC de gama media) pero si que tiene pinta de que los días en los que cada nueva generación de consolas suponía una revolución total y absoluta han terminado. Muchos de los consumidores son incapaces de ver las diferencias entre lo que van a jugar y lo que estan jugando ahora, y eso era algo que no ocurría en el salto de PSX a PS2 o de Atari 2600 a NES; por los foros de medio mundo vemos como el personal es incapaz de decirte en que mejora gráficamente Killzone 4 a su antecesor, con lo que personalmente empiezo a preguntarme si había realmente necesidad de un recambio generacional. Si las cosas siguen así (y van a seguir así, no hay más que ver que bastiones de lo gráfico como Nvidia no planean sacar nuevas tarjetas para PC durante este año) el salto de PS4 a PS5 va a ser irrisorio o, muy probablemente, no lo daremos hasta el 2030… Cosa que nos lleva a otro tema mucho más siniestro; la muerte de las consolas.
Y es que PS4 ya lo anuncia claramente con su «retrocompatibilidad» vía Gaikai; los juegos en streaming ya están llegando al mundo de las consolas. Puede que algunos se rieran de Onlive (la competencia y precursor de Gaikai) cuando se presentó hace unos años, afirmando que las conexiones no aguantarían la constancia y la velocidad que se necesita para que las instrucciones que damos a nuestros juegos se ejecuten en un ordenador de miles de kilómetros, pero los MMOs eran precisamente eso en muchos aspectos y las cifras de World of Warcraft venían a decirnos que la cosa parecía funcionar. Sony ha apostado fuerte por el streaming y de entrada ya afirma que toda retrocompatibilidad será a través de el. Con la mejora de las conexiones y de la tecnología, seguramente el plan de futuro de la compañía sea el de vendernos versiones digitales exclusivas en streaming, ejecutadas en un hardware mejor que el de nuestra consola y que, a largo plazo la harán total y absolutamente prescindible. Y ahí es donde van a morir las consolas.
Porque, si en unos años al comprarnos un televisor Sony con «certificado Playstation» tenemos un acceso directo a nuestra cuenta de PSN que nos permite ver todas nuestras películas y juegos en la nube, pronto lo físico ya no tendrá ningún sentido. La propia Sony, tras su victoria pírrica en la última guerra de formatos, es consciente de que el Bluray es un estandar que cinco años después todavía no ha conseguido asentarse. Lo físico tiene los días contados, y la compañía japonesa se ha dado cuenta de que la nube no solo es la solución para sus problemas en videojuegos, también le resuelve la papeleta en sus divisiones cinematográficas y musicales; un negocio a lo iTunes se carga el problema de la segunda mano, y ni siquiera le permite al usuario dejar su colección en herencia. Pagamos por acceder al archivo en la nube, nunca nos permitirán poseerlo.
Y así es como Sony ha podido presentar su flamante Playstation 4 como una consola que no lleva tecnologías contra la segunda mano; no le hace falta, con el tiempo todo el mundo se pasará a Gaikai. Microsoft, por el contrario, no ha presentado ningún tipo de tecnología de streaming parecida, con lo que acaban teniendo que acudir a copiar literalmente el modelo steam o itunes en su nueva tienda de Windows 8; es por eso que para la Xbox futura tendrán que abandonar la idea de poner ese DRM abusivo y empezar a pensar en comprarse Onlive (si es que a estas alturas merece la pena). En cualquier caso, y por si alguien no se había dado cuenta, la consola de meter el cartucho y jugar tiene los días contados…