Y aquí estamos, el final de verdad, la última entrega de Batman Odyssey. Parece que fue ayer cuando me decidí a analizar número a número esta serie escrita y dibujada por Neal Adams, y puedo asegurar que en algún momento se me ha hecho eterno. Pero ya hemos llegado al último episodio, por fin todas las cartas estarán sobre la mesa y sabremos cual era el plan maestro de Adams todo este tiempo, así que sin mas dilación saltemos al siguiente párrafo y veamos de una vez como termina Batman Odyssey.
Los villanos incrédulos no son capaces de creer lo que acaban de presenciar y Batman tras ejecutar a Sensei a sangre fría se encara con ellos, las reglas han cambiado, mientras se maten entre ellos no pasara nada, les detendrá e irán a la cárcel como siempre. Pero si uno de ellos mata a un civil les perseguirá hasta darles caza y ejecutarles, dará igual cuanto corran y cuanto se escondan, no habrá lugar en la tierra en el que puedan esconderse de la ira de este nuevo Batman. Tan serio esta Batman que incluso el Joker es incapaz de sonreír.
Entonces Batman se marcha con sus compañeros asegurándole a Robin que todo es un espectáculo… ¿Qué puñetas está pasando aquí? Pues aun tardaremos un poco en averiguarlo porque nos toca saltar a un ¿Flashforward del flashback principal? Como cuesta seguir la línea temporal de este comic… Nos encontramos dos semanas después en el apartamento de David y China Woo, si, la mujer se llama es china y se llama China. Bruce Wayne les lleva en representación de la agencia de adopciones “corazón del Nilo” a su nuevo hijo ¿De dónde ha sacado Bruce Wayne ese bebe?
Sea como sea volvamos al presente, donde Clark Kent le pregunta a Batman que si cree que el entorno puede influir en la “criminalidad” de una persona, a lo que él le responde que tanto como el que un alienígena crezca criado por gente amable y buena… Clark lo pilla y le dice, en lo que parece un brusco cambio de tema, que Robin debió sorprenderse bastante al ver como Batman ejecutaba a Sensei ¡Como para no estarlo!
Y si Robin se sorprendió, pero se sorprendió al descubrir que Batman no había matado a Sensei, como el dijo, era todo un espectáculo, balas de fogueo y cargas explosivas bajo la camisa de Sensei crearon la ilusión de que este había fallecido. Es entonces cuando Batman cumple su parte del trato y le entrega a Sensei lo que había estado buscando todo el tiempo, las gotas del liquido misterioso que se encontraba en el corazón de la fuente del Nilo y que le entregaron los cíclopes Y que aunque no se especifica directamente deben ser el origen de los fosos de lázaro, ya que una vez ingerido por Sensei este rejuvenece a lo burro… porque… ¡Sensei es el bebe que adoptaron David y China Woo! Este giro de guion no me lo vi venir. Se ve que Sensei estaba ya cansado de la vida que llevaba y quería otra oportunidad para cambiar, y hay que admitirle que lo ha conseguido.
Tras esto regresamos una vez más al presente donde Clark Kent se dispone a marcharse. Bruce le recuerda que nada de eso puede publicarse hasta que el haya muerto, pero Clark le dice que aun así puede escribirlo y guardarlo como crónicas de sus aventuras y que puede que algún día le den un pulitzer por él. Pero antes de irse Bruce le pregunta que si va a “hacer su cosa” hacer el “swoosh” lo que emociona a Robin, pero antes de marcharse, que mira que le cuesta, quiere saber si ellos creen que lo de los sombreros volverá a ponerse de moda, mientras se pone uno que ha comprado en un anticuario. A veces parece que están todos drogados…
Sea como sea Clark se pone su traje de Superman y se despide asegurando que ha sido un honor escuchar esa historia, todo mientras un Robin muy ansioso habla con Alfred sobre como en cuando esos dos acaben de hablar Superman hará su “swoosh”. Finalmente este sale volando de la Batcueva haciendo Swoosh… y fin.
Y así es como acabo esta historia, hay que admitirle a Neal Adams que el destino que le ha deparado a un villano como Sensei ha sido como poco original, del resto de la historia casi que no sé ni que decir… Algún cabo suelto que otro ha quedado, pero supongo que todo lo raro que ha pasado y ha quedado sin una explicación clara lo podemos achacar a los planes rebuscados de Sensei. Solo quiero añadir que pese a todo siento un gran respeto y simpatía por Neal Adams, ya que pese a la locura que ha sido este comic y a sus teorías sobre geología, sigue siendo uno de los mejores dibujantes que ha dado el comic de superhéroes y uno de los principales activistas a favor de los derechos de los profesionales del comic. Pero por favor, que a partir de ahora haga como en “The First X-Men” y se busque la ayuda de un guionista. Aunque claro, aun no he tenido oportunidad de leer esta, así que a saber que me encontrare allí…
Y la próxima semana cambiaremos un poco de aires y nos iremos de viaje por el tiempo y el espacio de la mano de un viejo conocido, Steve Englehart y sus Nuevos vengadores, que dios nos pille confesados…