Regresamos una semana más a los abismos de la locura de Batman y Neal Adams. Tras un primer número en que ya han quedado claras las bases de esta serie, solo nos queda agarrarnos al asiento y tratar de no caernos de culo al ver lo que sucede en cada número, así que sin más preámbulos vayamos con el numero 2 de Batman: Odyssey.
Si, Bruce sigue sin camiseta y contándole su vida a su misterioso interlocutor. En una charla que nos sirve para descubrir, así como quien no quiere la cosa, que Ra’s Al Ghul es el que financia a los criminales de los muelles. También desvaría sobre como no pudo terminar de contarle a Robin lo de su primera aventura y lo de la “segunda bala” Pero a estas alturas como que nos da un poco igual.
Ya en la segunda página se confirma algo sobre lo que dudaba la semana pasada, al final sí que no explota el hidrogeno, al menos no siempre. El coche al que el secuestrador enajenado disparo con su ametralladora no ha volado por los aires y quiere saber por qué. Lo que sigue son cuatro, si CUATRO, paginas en la que ese criminal discute con el tipo al que ha secuestrado y con Batman sobre si el hidrogeno puede explotar o no.
Por el hidrogeno de ese coche está mezclado con algo llamado Hydride/Hidruro que impide que explote, el criminal insiste en que si el Hinderburg reventó también lo hará el coche y que Batman le está mintiendo, pero este le dice que solo miente cuando le conviene… Pero tras cuatro páginas de discusión absurda, ¿a qué conclusión llega el criminal?, pues a que ese coche va a explotar como sea, así que le pide a sus compinches un poco de explosivo plástico (Con Batman de pie a su lado) para poder reventar el dichoso coche. ¿Están todos fumados?
Es entonces cuando por fin los demás delincuentes se deciden a disparar, las balas vuelan por todas partes, Robin va dando saltos por ahí y los lectores ya hemos perdido la fe en esta historia. Durante la confusión Batman aprovecha para llevarse de allí al científico secuestrado y a su hija y ponerlos a salvo. Batman le llama estúpido por llevar a su hija al trabajo ¡Ni que el hombre ese supiese que les iban a secuestrar! Todo esto hace pensar a la pobre niña que Batman no es un hombre muy agradable, a lo que su padre le responde que eso no le hace falta para su trabajo. Pero Batman no tiene tiempo para charlas, le manda callar y sale corriendo pensando en cómo dejar confusos a sus enemigos. A ellos no sé, pero yo llevo confuso desde el número anterior.
Robin le grita a Batman, este se da la vuelta y uno de los matones le pega un tiro en el brazo, su compañero le dice que no se conforme con eso, que ponga el arma en automático y siga disparando. Lo que sigue es una ensalada de tiros a la que solo alguien con factor curativo como Lobezno podría sobrevivir. Porque seamos serios, vale que Batman suele llevar un traje blindado, pero si salen chorros de sangre cada vez que recibe un impacto igual es que las balas le están dando, docenas y docenas de balas…
Entonces Batman cae al suelo ¿Muerto, inconsciente, quien sabe? Y aprovecha para tener un flashback en el que nos termina de contar su primera aventura, la que quedo a medias en el número anterior. Volvemos a encontrarnos en el techo del tren, Batman esta frente al maniaco, ese peculiar agente del gobierno Mexicano. Resulta que ese tipo, que había ejecutado a los tipos que estaban asaltando el tren ha sacado un detonador y amenaza con volarlo mientras los asaltantes y el maquinista saltan en marcha, diciéndole a Batman que la idea era separar los vagones de pasajeros antes de reventarlo, pero que Batman se lo impidió y que ahora morirán todos los que se encuentran a bordo ¿Pero qué coño está pasando aquí? ¿Este tío no era de los buenos?
Batman corre hacia el maniaco y le arrebata el detonador, pero es demasiado tarde, la cuenta atrás se ha puesto en marcha y ya no se puede detener. Batman no tiene tiempo de buscar los explosivos y desactivarlos, así que trata de desenganchar el vagón de pasajeros para salvarles. Pero los vagones no se separan lo bastante deprisa, Batman tiene que llevar a todos los pasajeros hasta el ultimo vagón para que la explosión no les de de lleno ¿Y cuál es la mejor forma de conseguir que lo hagan? Desenfundando sus automáticas y disparando como un loco contra el techo del tren.
Pero no todos le hacen caso, una viejecita ha pensado que si se encogía en su asiento y no hacia ruido Batman pasaría de largo. Este al verla pierde toda su enajenación y se convierte en todo amabilidad, explicándole que se tiene que ir de allí y levantándola en brazos para ponerla a salvo, todos ello mientras el resto de pasajeros huye al verle correr de nuevo hacia ellos, porqué claro, es el tío loco que hace unos segundos estaba pegando tiros mientras les gritaba…
Finalmente el vagón con los explosivos revienta, el resto del tren, aunque separado, aun estaba lo bastante cerca como para verse afectado por la onda expansiva y descarrila. La locomotora vuela por los aires y aplasta el primer vagón de pasajeros estando a punto de matarles, Batman y la ancianita son lanzados por una ventana como una bala de cañón. Milagrosamente todos los pasajeros parecen haber salido con vida, incluyendo a la ancianita, que parece más preocupada por los celos de su marido si se entera de que Batman la ha besado en la mejilla que por la explosión y descarrilamiento que casi le cuesta la vida. ¿En este comic nadie está en su sano juicio?
De pronto de entre los restos sale el revisor del tren llamando asesino a Batman, preguntándole que cuanta gente ha matado a tiros en el vagón de pasajeros… La viejecita le dice al revisor que Batman les ha salvado la vida, pero este ya directamente acusa a Batman de haber volado el tren por los aires, que ha tenido que ser el… El tipo pierde todo el control y dispara a Batman acertándole en el brazo, tras lo cual cae al suelo inconsciente. Batman se tambalea sorprendido de que ese tipo creyese de verdad que él era el malo y se ríe al comprobar que el tiro se lo han pegado “exactamente en el mismo sitio” que es una gran coincidencia… y se desmaya también.
De ahí volvemos al presente y al Bruce descamisado que explica como su traje además de estar blindado esta relleno de sangre falsa para que cuando le disparen parezca que le han dado, pero que solo se lo pone en ocasiones especiales en las que espera que le disparen… que supongo que dado su trabajo eso será siempre. ¿Lo de la coincidencia del lugar del disparo? Ni puta idea, en los flashbacks del número anterior nadie le acertaba en el brazo y tampoco en los de este, así que ni idea de a que se refiere ¿Se nos revelara en el próximo número? Quién sabe.
Y de ahí volvemos al otro Flashback, al principal, a ese en el que está ambientada la trama principal de este comic. Ya sabemos que Batman lleva un traje blindado relleno de sangre falsa, así que sabemos que muerto no está, que simplemente está tirado en el suelo fingiéndose muerto por no se sabe que extraños motivos. Es entonces cuando uno de los criminales que se apelotonan a su alrededor le insiste al tipo que primero acertó a Batman que le pegue un tiro en la cara, solo por asegurarse, a lo que este le responde que para que, que ya está muerto y que no tiene sentido dispararle en la cara… Algo me dice que esto no acabara bien para ellos, pero para eso tendremos que esperar al siguiente numero.
Solo llevamos dos números y la historia ya está perdiendo todo sentido. No queda claro a donde quiere ir a parar Neal Adams o si tiene algún plan detrás de todo esto. Las pistas las va dejando caer por ahí como a lo loco y la línea temporal es algo confusa con tanto flashbacks dentro de flashbacks. Uno casi podría esperar que esto mejore, pero visto lo visto me da a mí que a partir de aquí ya solo podemos ir cuesta abajo y sin frenos, pero sea lo que sea ya lo veremos aquí semana a semana. Hasta la próxima.