Comenzamos hoy este descenso a los abismos de la cordura llamado Batman: Odyssey, dos miniseries de seis y siete números respectivamente, en las que Neal Adams nos da una clase magistral de cómo tener un nombre y una posición importante en la industria te permite hacer lo que te dé la gana. O eso o es que Adams ha perdido la cabeza por completo, pero prefiero pensar que es la primera opción. Sea como sea, agarremonos bien a la silla que comienza este delirante viaje acompañando a Batman es la más insólita de sus aventuras.
A este tipo de escenas incomodas no nos quedara más remedio que acostumbrarnos. Cada número de esta serie comienza con un Bruce Wayne medio en pelotas hablándole a un misterioso interlocutor mientras nos cuenta la historia del Batman: Odyssey. Si toda la serie nos la narra Bruce Wayne medio en bolas, pero al ver esto se nos plantea una cuestión, ¿Nos está hablando a nosotros los lectores? ¿Le está hablando a un espejo? ¿A una cámara? Tiene algún misterioso interlocutor sentado delante de él. Habrá que esperar al último número de la serie para averiguarlo.
De ahí pasamos a una de las primeras aventuras de Batman, con un novato bruce Wayne aun inseguro del disfraz que lleva o de sus métodos de trabajo, ya que este Batman… Va armado con una enorme automática del calibre 45… Si, ya sé que Batman originalmente llevaba una pistola y todo eso, pero fue algo que se dejo atrás en los años 40 y que a día de hoy queda muy, muy raro. Pero lo que es más raro aun es verle quejarse de lo difícil que es trepar por la escalerilla del tren en el que se encuentra con una sola mano… ¿Entonces para que desenfundas la pistola antes de subir? Sigh, este Batman no es muy espabilado.
Resulta que Batman se encuentra en ese tren, en un país extranjero, investigando algo que ni el mismo sabe lo que es. Así es, el gran detective se ha enterado de que “algo” va a pasar en el tren y se ha subido a él a pasear por el techo a ver si ve algo sospechoso… El caso es que si que ocurría algo en ese tren, unos delincuentes estaban tratando de robar un camión cisterna lleno de gasolina que se encontraba camuflado como un vagón mas del tren. Lo de cómo piensan llevarse ese camión cisterna de un tren en marcha es algo que no se me ocurre como puede hacerse. Pero como ya he dicho este es un Batman novato y los delincuentes le ven venir desde lejos abriendo fuego nada más verle. A esto Batman no puede responder de otra forma más que… Disparando a los delincuentes con su automática del calibre 45… A estas alturas uno casi tiene ganas de llorar.
Nos queda el consuelo de que Batman afirma estar disparando solo para desarmar a los delincuentes, pero como para fiarse. Pero de nuevo la novatez de Batman se deja notar cuándo uno de los delincuentes le arranca la capucha de un tirón dejando su cara expuesta. Es entonces cuando uno de los criminales, que estaba oculto, le llama a gritos “Hombre Murciélago” (en español en el original) cuya traducción al ingles, “Batman” parece gustarle a Batman. Si, hasta este momento no tenía ni idea de cómo llamarse a sí mismo, recordemos que es un Batman muy novato.
Batman se gira desenfundando su segunda pistola dispuesto a enfrentarse con esta nueva amenaza, pero este criminal no se dejara derrotar tan fácilmente como sus compañeros, este amenaza con volar el camión cisterna con su escopeta lo que hace que Batman llegue a la conclusión de que a este no le puede desarmar, que a este le tiene que ejecutar… ¿Cómo? Mientras salta por el techo del tren esquivando los disparos de media docena de tiradores es capaz de disparar con la suficiente precisión como para desarmarles, pero quieto, de pie enfrente de ese tipo, apuntando con calma, no es capaz de disparar más que a matar… Que alguien me lo explique.
Y de ahí saltamos al futuro solo para descubrir que nos encontramos en una narración dentro de una narración. Batman esta medio desnudo contándole a alguien como una vez le conto a Robin lo de esa primera aventura suya con las pistolas. Este le pregunta emocionado que si le disparo a ese tipo, a lo que Batman le responde que no tenía otra opción, que si quería detenerle debía dispararle… Y que fue horrible cuando el pecho, cuello y cabeza de ese hombre desaparecieron en un estallido. ¡¡¿¿Batman le ha volado la cabeza a ese tipo??!!
Pues en realidad no, quien disparo a ese criminal antes de que Batman tuviera que decidirse fue “El Maniaco” un agente encubierto del gobierno Mexicano que también estaba investigando lo del tráfico de gasolina en ese tren, de hecho ese agente tenía mejor información que el propio Batman… Este agente secreto le dice a Batman que no es un asesino, que es un detective, un Sherlock Holmes y que si no es un asesino no debería llevar pistolas ¿Ese agente secreto a averiguado que Batman es un detective solo por verle disfrazado de forma extravagante mientras le disparaba a la gente? Menudas dotes deductivas…
Pero mientras Batman piensa que fue un idiota por llevar armas, Robin opina que el solo hecho de empuñarlas te da confianza, le gusta ese poder que le transmite el arma… Pero no tiene mucho tiempo para pensar en ello porque en ese momento parece Man-Bat de la nada y se lo lleva por los aires, lo que a estas alturas ya ni me sorprende. Mientras Man-Bat sigue arrastrando a Robin por los aires Batman sigue a su rollo dándole un discurso a Robin sobre lo malas que son las armas y este trata de escabullirse de Man-Bat. En esta serie uno no tiene tiempo ni de respirar.
Pero la aparición de Man-Bat en la Batcueva no es casual, está allí por petición de Batman, quien le había enviado a investigar algo para confirmar unas sospechas que tenia. Y de paso, ya que le tiene delante le echa una bronca monumental por seguir en su forma de hombre murciélago y no haberse tomado aun el suero que le devuelve a su forma humana. La bronca es tan fuerte que casi parece que vaya a pegarle, pero una oportuna llamada del Comisario Gordon evita que Batman siga atosigando al pobre Kirk Langstrom.
Batman y Robin se dirigen raudos al Batmovil para ir al encuentro con el Comisario Gordon en los muelles propiedad de Industrias Wayne. Pero mientras ellos se disponen a irse dejan atrás a un tristón Man-Bat que parece estar a punto de llorar y que confía en que puedan hablar con él un rato más tarde cuando vuelvan… El pobre se parece a más Calimero o Zoidberg más que Man-Bat.
Pero volviendo a nuestro dúo de héroes, de camino a su encuentro con el Comisario Gordon discuten de una forma poco habitual su plan de acción, Robin le dice a Batman que si está loco por ir a los muelles a detener el robo en los muelles en lugar de ir a la casa de la moneda donde el Riddler está atacando. ¿La respuesta de Batman? Que el Riddler le da igual, que es solo un payaso disfrazado y que acabaran enfrentándose a él, que lo ha deducido, a lo que Robin le responde que odia toda esa mierda a lo Sherlock Holmes. ¿No son encantadores?
Volviendo a la Batcueva nos encontramos con Man-Bat a punto de irse, solo y tristón para encontrarse, para su sorpresa y la nuestra, con que hay un segundo Hombre Murciélago más grande y amenazador que el mismo esperándole a la salida de la cueva. Este monstruo le grita y le amenaza preguntándole si pensaba contarle a Batman “lo de la cueva”, Man-Bat asustado le responde que no, y que de todas formas eso de la cueva tampoco debe ser tan importante, lo que solo cabrea más a su interlocutor, que le dice que Ra’s Al Ghul jamás dedujo la doble identidad de Batman, que lo descubrió por accidente gracias a la cueva… ¿Es cosa mía o esto es cada vez mas y mas confuso?
De vuelta al Batmovil, Batman y Robin siguen discutiendo sobre si había que ir a los muelles o a la Casa de la Moneda. Robin repasa la nota que el Riddler envió a la policía y sigue convencido de que es a la Casa de la Moneda a donde deben ir, pero Batman insiste en ir a los muelles, a una exhibición de dinosaurios que hay allí ¿Por qué? Batman no se molesta en explicárselo a Robin, quien al final tiene que callarse cuando están a punto de caer con el coche por una carretera a nivel cortada en dos solo para revelar que ahora el Batmovil tiene aeroruedas como los coches de Regreso al Futuro o los de Shield. ¿Por qué? ¡Porque mola!
Robin está emocionado, lo del coche volador le ha hecho olvidarse por completo de los muelles y la casa de la moneda. Pero Batman sigue empeñado en ir a los muelles y busca un sitio en el que aterrizar el coche… en el agua. Robin le grita que ahí no se puede aterrizar, que no hay más que agua, a lo que Batman le responde, literalmente, “¡Calla niño, tengo que concentrarme!” ¿No es un padre adoptivo encantador? Pero lo que Robin no sabía es que el nuevo Batmovil además puede convertirse en una lancha y amerizar tranquilamente.
En los muelles se encuentra el Comisario Gordon y sus hombres planeando como rescatar a los rehenes que han tomado los delincuentes que han asaltado esas instalaciones, momento que aprovecha Batman para hacer una de esas entradas suyas por sorpresa que dejan a todos con la boca abierta… exhibicionista… Batman, tras explicar al Comisario su plan de acción se marcha junto con Robin en sus capas alas-delta al otro extremo de los muelles para hacer algo que no debía valer la pena explicarle al Comisario.
Mientras, en el interior de una de los edificios de los Muelles, donde se encuentran los rehenes y sus secuestradores, estos le exigen a uno de los rehenes, al que llaman “Profesor” que les diga donde están escondidos los tanques de hidrogeno, que si no se lo dice le volara las rodillas. El profesor asustado no tiene más remedio que decirle que están justo a su lado ¿Qué hace el criminal? Disparar contra los tanques con su ametralladora…
No soy un experto en química precisamente, pero juraría que eso es bastante inflamable y que dispararle con una ametralladora no es una buena idea ¿Qué pasara a continuación? ¿Explotaran los tanques como seria lo lógico? ¿Sucederá algo absurdo que lo impida? Tendremos que esperar al miércoles que viene para averiguarlo, eso si alguien se ha quedado con ganas de ver como continua esta historia.