Sobre el papel, Community no me parece una serie que tenga ningún interés. Un abogado (Jeff Winger) es cazado ejerciendo sin licencia y se ve obligado a sacarse el título en un «Community College», donde tratará de liarse con una jipi 2.0 (Britta Perry) a base de crear un grupo de estudio de la asignatura «Español 101».
En ese grupo de estudio conoce a Pierce Hawthorne (un viejo millonario salido interpretado por Chevy Chase), Annie Edison (una empollona que no ha salido del cascarón, en un personaje interpretado por Alison Brie no muy lejano en principio del que interpretaba en Mad Men), la fundamentalista religiosa y madre divorciada Shirley Bennet y la extraña pareja de Troy y Abed, expertos en hacer que la serie se salga de madre con sus frikeríos constantes. El reparto se completa con un decano aficionado a travestirse de la forma más ridícula posible y el Señor «Tigre» Chang, un tiránico infraser que ríete tu de Gollum.
¿Qué es lo que tiene de interesante esta serie? Pues en principio y vistos un par de episodios no me pareció gran cosa. Sin embargo, a medida que va avanzando la serie la cosa se va saliendo de madre a niveles que series salidas de madre como «Aquí no hay quien viva» podrían soñar. Muchas veces el motor de esas situaciones es el personaje de Abed, una enciclopedia viviente de todo lo friki que es consciente que ve el mundo como si fuera una serie de TV, y mediante esa lógica es capaz de adivinar que va a pasar con tal precisión que deja a Hari Seldon como un simple aficionado. Si a eso le sumamos sus enajenaciones transitorias en las que se cree Batman (con una tremenda imitación a Christian Bale) o que en una fiesta de Halloween el colegio sufre una infección zombi, nos queda claro que Abed tal vez sea el personaje que mejor encaja en la serie.
Y es que no esperéis una serie sobre «estudiantes», porque lo de estudiar es una simple excusa para juntar a unos personajes totalmente distintos en situaciones absurdas como guerras de paintball, ataques de realidades paralelas y partidas de rol que acaban creando una serie tremendamente rara de gente muy distinta entre sí atada por unos lazos afectivos que en un principio son totalmente inverosímiles. Pero mejor no digo nada más, la serie merece la pena ser vista sin que yo os la reviente.
¿La única pega? Pues que el creador de la serie, Dan Harmon, ha sido despedido tras la última temporada por una bronca que ha tenido con Chevy Chase. No voy a entrar a meterme en los cotilleos sobre el asunto, lo importante es que la próxima temporada (la cuarta) durará la mitad de lo normal y los señores de arriba del canal en el que se emite ya estan cada vez más cerca de pulsar el botón rojo de su cancelación. Sin embargo, los fans de esta serie son tan tremendamente fanáticos que ya la han evitado más de una vez, asi que veremos en que acaba esto…