Retomamos hoy nuestra narración de las aventuras que vivieron la Visión y la Bruja Escarlata en los añorados años ochenta. En esta ocasión saltamos dos años, hasta 1987, para descubrir lo que les sucedió en su segunda miniserie juntos. Bill Mantlo había sido reemplazado por Steve Englehart, y eso supuso que los disparates y situaciones absurdas se propulsasen hasta el infinito. Pero Marvel debía confiar en él, ya que en lugar de una miniserie de cuatro episodios le dieron una de doce, el primero y el último doble. Aquí seguiremos la edición española, que dividió en dos esos números dobles, por lo que tenemos por delante catorce entregas mas en las que asistiremos a los problemas cotidianos que salpicaron la vida de estos vengadores hace ya tantos años.
Antes que nada pongámonos en situación. Visión había sido gravemente dañado en una batalla con los Vengadores y estos para repararle, en lugar de llevarle a un hospital de New Jersey, le dejaron en la mansión conectado a la computadora de los Eternos de Titán autoreparandose. Esto le volvió un poco desquiciado y le dio por tratar de dominar el mundo, sus compañeros le detuvieron, el se libero de una parte de su mecanismo que le impedía ser 100% humano (mentalmente) y se tomo un permiso con su esposa la Bruja para pensar en lo que había sucedido. Pero antes de eso el gobierno de los estados Unidos decidió tenerle en observación para asegurarse de que no le diese por volver a tratar de dominar el mundo. Es justo en ese momento cuando nos reencontramos con nuestros queridos personajes.
La investigación estaba al cargo de Henry Peter Gyrich, y cualquiera que leyese comics de los Vengadores o de la Patrulla X en aquella década recordara que era un poco cabrón. No se fía para nada de la Visión y quiere interrogarle una y otra vez hasta asegurarse de que no es un peligro. Visión empieza a desbarrar y empieza a contar lo que por aquel entonces creíamos que era su autentico origen. Pero mientras eso sucedía, la Bruja Escarlata fue perdiendo la paciencia hasta el punto de que Gyrich y compañía debieron dar gracias de que no le diese por decir algo así como “No más burócratas”.
En lugar de eso simplemente avanza cabreada librándose de todos los que tratan de impedirle el paso, soldados armados, sistemas de defensa automatizados, incluso del Centinela, un superhéroe gubernamental. Derrite la puerta tras la que se encontraba su marido y amenaza con destruir el lugar si no les dejan irse en paz. Discute con Gyrich y acaba dimitiendo de los Vengadores, de paso también dimite al a Visión que no dice ni una palabra, que ya se sabe quien tiene los pantalones en esa relación. Y finalmente la Bruja se despide de Gyrich en una escena que ya se puede considerar casi mítica.
Tras esto no les queda otra que buscarse otra casa, ya que la que tenían fue quemada en una aventura en los Vengadores por unos vecinos que les odiaban. ¿Y donde se van a comprar la nueva casa? Pues en Leonia otra vez. Se ve que eso de vivir rodeados de vecinos que te odian y que ya te han quemado una casa les excita o algo así. Así que hacia allí se dirigen en su coche vintage, y de uniforme, todo sea por llamar la atención.
Una vez de vuelta en Leonia se meten en la inmobiliaria anunciando que quieren comprar una casa, dejando a todos los empleados boquiabiertos y sin palabras ¿A todos? No, el valiente Norm Webster no se deja amilanar y se ofrece a conseguirles una. Puede parecer que este vendedor de casas no es un personaje importante, pero lo es y mucho como ya descubriremos más adelante. Que menudos huevos tenía Englehart. As que nada, Norm les enseña una casa y sin verla por dentro ya la compran, ni regatean el precio ni nada. Luchar contra el mal se les dará bien, pero comprar casas no tanto…
Mientras tanto la acción da un salto hacia la costa oeste de los Estados Unidos, al rancho de Palos Verdes que sirve como base a los West Coast Avengers, o como los llamábamos entonces “Los Nuevos Vengadores”, antes de los tiempos de Bendis y Luke Cage. Ojo de Halcón trata de localizar a Visión y la Bruja para que les ayuden a pegarse con Ultron, que ha secuestrado a Hank Pym, y como OdH es un cabezota no se le pasa por la cabeza llamar al resto de los Vengadores, ya que quiere resolver esto él solo.
De vuelta a Leonia, Norm se va a buscar los papeles de la casa y Visión y la bruja se quedan allí admirando la construcción, el jardín y… ¡Los Zombis que les atacan! Eso de tener plagas de termitas en la casa nueva o de mosquitos es algo para la gente convencional. Los superhéroes tienen plagas algo más espectaculares y peligrosas.
Los muertos vivientes parecen imparables y Visión decide intentar detenerles con su truco de hacerse intangible, atravesarles con el brazo y solidificarse un poco. ¿Alguien recuerda lo que le sucedió la última vez que probo eso en su primera miniserie? Pues le volvió a pasar, y debería dar gracias de que esta vez no perdió un brazo, que igual se lo llevan de nuevo a New Jersey. Y en ese momento de distracción para la Bruja uno de los zombis la noquea por la espalda ¿No le había pasado esto también en la anterior miniserie?
Sea como sea, los muertos vivientes se llevan a la bruja a la guarida de su amo. Este se cabrea bastante al ver que se han confundido, él quería a la Visión y no a la Bruja. ¿Y quién es este malvado villano que controla a los zombis? Pues no es otro que Garra Negra, el sacerdote vudú famoso en el mundo entero por ir disfrazado de pollo… En serio, lo hacía, se vestía de pollo.
¿Qué malvados planes tiene garra Negra preparados para la Visión y la Bruja Escarlata? ¿Conseguirá la Visión despertarse a tiempo para salvar a su esposa? ¿Aprenderá de una vez a no meter su brazo en el cuerpo de los extraños? ¿Y Norm Webster, qué planes tiene Englehart para él? Todo eso y más lo descubriremos en la siguiente entrega de esta apasionante saga.