The Darkness II es con muchísima diferencia lo mejor que se ha hecho con The Darkness, el personaje de cómic creado por Garth Ennis y Marc Silvestri allá por los terribles años oscuros de los 90.
Porque claro, la cosa empezó cuando a Garth Ennis, un tío que venía de hacer historias que mezclaban lo místico con lo tarantiniano en Predicador y Demon, le encargaron escribir los primeros números del último engendro de Top Cow productions, el estudio de Image que dirigía Marc Silvestri. En un principio, Ennis se planteó la serie como un favor personal para un amigo que iba a escribirla a posteriori, pero el trabajo que hace (sobre todo en los primeros números) no es muy esforzado; los diálogos no tienen el nivel de los suyos de siempre y la tendencia de Silvestri y sus amigos de masacrar a golpe de página doble todo guión que se les pusiera por delante sin tratar de contar algo parecido a una historia seguramente llevó a Ennis a pasar de todo y cobrar el cheque.
Tras el éxito inicial de la serie, The Darkness pasó a un segundísimo plano a principios de la década pasada, y no fue hasta el videojuego que sacó Starbreeze en 2006 para las consolas de sobremesa que el personaje volvió a tener algo parecido a un éxito. Guionistas como Phil Hester o Paul Jenkins han reciclado al personaje (o eso dicen), y así es como nos llega The Darkness II, un juego escrito por Paul Jenkins y realizado por Digital Extremes.
The Darkness II tiene un estilo de celshading curioso y bastante inteligente que remite al cómic original, pero sin usarlo como excusa para ocultar chapuzas. El juego es un FPS «con tentaculos» en el que nos pasaremos el rato reventando a gente de la forma más gore posible con nuestros dos tentáculos (izquierdo para agarrar, derecho para rajar) y vaciando cargadores sobre el personal que se nos coloque lejos de nuestro alcance. Como Jackie Estacado es una criatura de la oscuridad, sus poderes desaparecerán si se pone bajo una luz directa, con lo que a las típicas rutinas de cubrirse de los disparos, tendremos también que escapar de la luz.
Es un juego bastante lineal, pero la mezcla que usa de poderes y disparos acaba haciendo entretenido un juego que de otra forma habría sido bastante soso (como ya le pasó a Homefront, por ejemplo). A medida que vayamos masacrando gente iremos ganando puntos de oscuridad que podremos utilizar para ir comprando nuevos poderes, con lo que se gana en personalización de la partida (aunque me parece un poco suicida el no elegir algunos de ellos, pero bueno).
En fín, que es un juego recomendable para pasar una tarde tonta que, sin ser una obra maestra, divierte bastante y hasta hace parecer interesante un cómic que no lo es en absoluto.