Ya comentábamos ayer lo de la plaga de coprófagos que nos rodean. Toda esa gente que nos rodea y disfruta alimentando su cuerpo o su mente con toda la mierda que pueden. Hoy vamos a centrarnos un poco más en los segundos, porque sinceramente, los primeros dan demasiado asco como para entrar en detalles. Así que veamos unos cuantos ejemplos de todos estos comemierdas con los que tenemos la desgracia de compartir el planeta.
Es importante resaltar, que esta gente no se conforma solamente con “alimentarse” de mierda. Cuando encuentran algo que vale la pena, algo “digerible”, ya sea un gran manjar o algo simplemente nutritivo, se indignan. Ellos quieren que todo sea mierda, no les basta con ser ellos unos comemierdas sino que quieren obligarnos a los demás a serlo.
¿Cuantas veces nos hemos encontrado alguno de nosotros con alguien sorprendido, cuando no indignado, al darse al enterarse de que no vemos el reality show de moda? Y es que si ya es bastante malo tener que convivir con esta gente, cuando pretenden encima que compartas sus gustos y tú también comas mierda, es cuando te dan ganas de mandar las formas a la porra y emprenderla a estacazos con toda esta gente.
Yo puedo vivir perfectamente sin saber que fulanita se ha tirado a menganito bajo las sabanas en directo. No necesito saber que alguien se echo a llorar desconsoladamente cuando fue expulsado de la casa/academia/bus/granja/isla/loquesea. Y desde luego no necesito que me traten de vender el rollo de experimento sociológico, estudio del ser humano, espectáculo más real que la vida misma… Si quiero algo así me voy al campo a una granja de marranos y me siento a verlos revolcarse en su propia mierda, si voy a ver mierda prefiero que sea natural de verdad.
Otro ejemplo lo tenemos en la reciente gala de los Oscars. Como ya comentamos por aquí es tradición que Diógenes y yo la veamos, apostemos por el resultado de los premios e invariablemente el me haga trampas y yo acabe perdiendo dicha apuesta. Este año, después de unas cuantas galas, han vuelto a contar con Billy Crystal en las labores de presentación, lo que ha hecho que la gala vuelva a ser algo divertido de ver. Pues por ahí hay más de uno y más de dos de estos comemierdas a los que esto no les ha gustado. Que si Crystal es muy clásico y muy formal, que si los premios aburren y deberían eliminar todos los técnicos, que si la gala necesita más espectáculo, mas diversión, mas luz y color… ¡Claro, y también tres matrimonios contándose sus miserias en el escenario y José Luis Moreno presentándolo! Los Oscars son lo que son, premios de cine, los premios técnicos son muy importantes, es el apartado que diferencia una gran película de una mediocre, son imprescindibles. Si eso te sobra y lo que quieres es ver una mamarrachada con “espectáculo” y “diversión” ponte a ver Glee.
Y en el mundo del comic no nos libramos. Tenemos a los gourmets de la mierda que se relamen con cada obra gafapastosa de guion aburrido e ilegible, esos comics que parece que ha dibujado un niño de tres año pero que cuentan con buenas críticas de los otros comemierdas con gafas de pasta. Pero aunque la mierda venga en tapa dura, cueste un dineral y te la envuelvan con un lazo, sigue oliendo mal.
También están los comemierdas menos elitistas, esos que se indignan cuando les dices que no te gusta la actual JLA y te preguntan que porque no te gusta Jim Lee. Pues no sé, igual es porque ha habido cientos de dibujantes muchísimo mejores que él, gente que sabía lo que era la anatomía, la composición, la perspectiva, la teoría del color, que podían diseñar un personaje sin que este pareciera un clon de algún otro diseño tuyo anterior y cuya imagen ha conseguido mantenerse invariable durante décadas. En un mundo en el que existen y han existido gente como Joe Kubert, John Romita, Los hermanos Buscema, Phil Jiménez, Tony Moore, Chris Samee, etc… no voy a ser capaz de considerar un buen dibujante a alguien como Jim Lee o a sus compañeros de Image. Si te gusta la mierda vale, toda para ti, pero no me la intentes hacer tragar.
Si, es difícil vivir en un mundo repleto de mierda, siempre temes acabar pisando alguna. Pero peor es vivir con la gente que te empuja sobre ella y trata de metértela por la boca. Alguien debería hacerles comprender que la mierda es algo que se expulsa y no algo que se consume.