Recuerdo como conocí al Deus Ex original. Me lo enseñó un amigo, y me dijo que le habían dicho que el juego era muy bueno, pero el no acababa de entenderlo. A continuación empezó una partida, avanzó contra el primer enemigo y zas, de repente estaba con la cámara a la altura del suelo al recibir la primera bala. Su enemigo estaba muerto, pero su personaje estaba herido en ambas piernas y tenía que avanzar arrastrándose. «No lo entiendo» -me dijo- «se supone que puedes jugarlo como el Doom o puedes esconderte, pero si lo juegas como el Doom siempre te pasa esto».
Claro, el Deus Ex original parecía un juego «de matar». Es cierto que tenía un bonito diagrama del cuerpo de nuestro personaje a la izquierda representando cuanto daño habías recibido en cada parte, pero estaba hecho en primera persona. Para nosotros, que hasta entonces si algo era en primera persona debía ser un Quake, un Half Life o un Duke Nukem y ni siquiera nos sonaba Thief, aquel juego era un absoluto misterio. Y hombre, que el estudio creador del juego fuera la Ion Storm de John Romero y su atroz Daikatana, no ayudaba…
Me gustaría decir que supe ver las cualidades del juego aquel día y evangelicé a mi amigo, pero mentiría como un bellaco. Yo aquel día iba a enseñarle el «nomeacuerdodequejuegoera», asi que se lo instalé y nos pasamos el rato con lo-que-sea, pero ya no me acuerdo ni que juego era aquel ni nada. El caso es que, mira que puta es la memoria, recuerdo a mi amigo desinstalando el Deus Ex, su cara de frustración y todo eso, pero el resto de la tarde la tengo ya en blanco. Y supongo que no me acordaría de nada más si no fuera porque mi mi amigo decidió librarse del juego. Le había cogido tanta tirria que me lo dió. Era raro en él, uno de aquellos tipos con síndrome de Diógenes que acumulaba todo en los armarios de su casa, pero el juego no le había gustado NADA DE NADA. Asi que hala, pa mi.
¿Os podeis creer que me lo instalé nada más llegar a casa y me pase horas y horas jugando, descubriendo un clásico que esta considerado por muchos como el mejor juego de PC de la historia? No, ¿verdad? Pues tenéis razón, no lo hice. No se que puñetas estaría haciendo en aquellos tiempos, pero ni de coña me lié a jugar a Deus Ex. Lo que sí sé, es que tiempo después lo instalé. No recuerdo la razón, pero un día me encontré metido de lleno en la conspiración ciberpunk de la UNATCO, la FEMA y el Área-51 en el año dos mil cincuenta y pico.
Hay que reconocer que Deus Ex flojea bastante en el apartado artístico. Asi como Jedi Knight, Half Life y demás han sobrellevado bien los años por una dirección artística inspirada, Deus Ex es un juego feo de cojones al que los años le han sentado fatal. Y no digamos ya la historia, un esperpento de conspiranoias totalmente mezclado a lo loco en el que empiezas con suaves tejemanejes de la ONU para pasar luego a oscuros departamentos de la CIA hasta llegar a los Templarios, los Illuminati y el Area 51. Con un par, oiga.
Pero es que la gracia de Deus Ex no esta en los gráficos, la historia o la BSO (que por cierto, es cojonudísima y fusilada en Mass Effect), la gracia está en la libertad que te dan. Y no estoy hablando de la típica eleccion de RPG de «¿Te quedas con el dinero del lechero o se lo devuelves?», no. Estoy hablando de elecciones dentro del juego en sí, intentar hablar las cosas con un NPC, noquearlo, asesinarlo o robarle lo que necesitas sin que te vea y largarte. Y todo eso en unos escenarios laberínticos enormes en los que te pierdes como nada.
Podemos personalizar nuestro personaje con las habilidades típicas de RPG en plan manejo de distintos tipos de armas, cerrajería, hackeo, sigilo, etcétera, pero también tendremos «aumentos», trabajos de chapa y pintura cyborg que nos dan superfuerza, un par de tipos de invisibilidad y demás. ¿Lo malo? Que nunca podemos tenerlos todos, y nos fuerzan a elegir entre dos para cada parte del cuerpo. Cabrones.
Los que jugamos a aquel juego, creimos que ése era el futuro. Los Thief, System Shock y demás parecían marcar el el camino, y aunque más tarde saldrían títulos como Vampire Bloodlines (el juego que más se pareció a Deus Ex y que si no fuera por sus bugs de salida otro gallo le habría cantado) los videojuegos de la primera década del siglo XXI se convirtieron en algo soso y, como diría alguno, «consolizado». Todo era avanzar y avanzar, matar y matar con algún video chulo y voces de famosos, pero ahí nos hemos quedado. Los sandbox como GTA o Assassin’s Creed de vez en cuando han hecho algún amago de ir más allá (y hasta han prometido que lo harían cual políticos en campaña, para luego incumplirlo) pero las cosas no han avanzado.
Y entonces llegó Deus Ex: Human Revolution.