Retomamos hoy este análisis de la película de Green Lantern donde lo dejamos ayer. Viendo que si bien es verdad que no es la mejor adaptación de un comic de superhéroes a la gran pantalla, tampoco es tan mala como nos hacía presagiar el primer tráiler ni como algunos cenizos (cof, cog, Diógenes, cof cof) se empeñaban en decir.
Por suerte la película, tras una parte en la tierra que va del aburrimiento a la vergüenza en algunos momentos puntuales mejora y mucho cuando Hal se va al espacio. Es en esta parte de la historia donde de verdad estamos ante una película de Green Lantern. Oa esta impresionante y los miembros de los Corps casi dan miedo de lo reales que parecen. Ya cuando aparece Tomar-Re como guía de Jordan por el planeta consiguieron emocionarme, cuando aparece Killowog llamando “Poozer” a Hal y comienza a entrenarlo a ostias ya casi me hicieron llorar y para cuando todos los Corps se reúnen para escuchar el discurso de Sinestro alzando sus anillos y disparando al cielo me ganaron por completo.
Y no olvidemos a Sinestro, Mark Strong hace un gran trabajo con lo poco que le han dejado hacer. Transmite al a perfección ese aire de seriedad, disciplina y superioridad que caracteriza al personaje, lo malo como comentaba más arriba, es que su paso al mal es tan convincente como el de Anakin Skywalker en las precuelas, se hace malo porque si, porque sus jefes no le dejan hacer lo que quiere. Que sobre estos hablaría, pero es que casi no salen. Vale que los Guardianes no son los seres más habladores y activos del Universo, pero podrían haber hecho algo más que quedarse sentados en sus tronos mirando a los demás personajes desde las alturas. No digo que den saltos y luchen como Yoda en el ataque de los clones pero al menos podrían haberse movido un poco, que Ganthet mostrase algún leve signo de emoción, algo.
El problema es que toda esta parte de la película se hace cortísima, y gracias a lo “bien” trabajado del guion da la impresión de que el entrenamiento para ser Green Lantern dura solo unas pocas horas. Supongo que era demasiado caro sobreimpresionar en pantalla un pequeño rotulo que dijese “dos meses después” en a escena en la que Hal volvía a la tierra… Que ese es otro problema de la película, la sensación de que todo en ella ocurre a saltos, casi como si faltase metraje entre escenas. Los personajes van de un lado a otro y casi ni te das cuenta de cómo. A ver si es verdad eso de saldrá una edición extendida en DVD y se arreglan estos fallos.
Así que entre unas cosas y otras nos plantamos en el final, primero con una pelea contra Hammond en la que este muere de la forma más tonta, quizás por no tener ni la mitad de poderes que tiene en el comic. Tras este aparece Parallax, convertido en una especie de pulpo de humo gigante que poco o nada tiene que ver con el de los comics, pero a estas alturas ya como que ni importa. Al menos la pelea no está mal, Parallax parece realmente capaz de cargarse al menos la ciudad y Hal se luce mostrando todo un despliegue de creaciones de su anillo, lo que demuestra que esta película hubiera funcionado mejor en plan Space Opera reduciendo al mínimo la parte terrestre de la misma.
¿Conclusión? No está a la altura ni de los Batman de Nolan ni a la de Iron Man o Thor. Pero al menos es mucho más entretenida que el Superman de Singer o que el Motorista Fantasma, Daredevil, 4F y demás. Podría haber sido muchísimo mejor, pero también podría haber sido mil veces peor. Confiemos en que si hacen una segunda parte se busquen otro director y otros guionistas y mantengan a los tipos de los efectos especiales.