Smallville ha terminado como empezó, hecha una chapuza. A estas alturas poca gente ya la seguía, y más de uno se sorprenderá al oir que esta serie llegó a las 10 temporadas mientras otras más queridas y con más audiencia han palmado miserablemente por el camino. Estamos hablando de una serie que empezó en el 2001, que fue abandonada por casi todo el reparto, que ni sus propios creadores siguieron con ella. Y sin embargo, la serie y su protagonista, Tom Welling, siguieron adelante.
No voy a extenderme a contar toda la serie (que para eso os leeis los resumenes que hay por ahi) pero esto iba de contar la historia de Superboy sin traje y acabó cayendo en el mayor de los ridículos a través del peor de los esperpentos. Tramas dignas de «Pasión de gavilanes» se entremezclaban con situaciones y personajes de los cómics de Superman que asomaban tímidamente en versiones «lite», con trajes que daban bastante vergüenza ajena en la mayor parte de los casos. Mientras en sus primeras temporadas la serie casi intentaba rehuir sus orígenes y ser un culebrón adolescente, a partir de la marcha de Kristin Kreuk (la Lana Lang de la serie, que llegó a estar casada con Lex Luthor y a tener un aborto) Smallville se convirtió en «Metropolis», y todas las tramas ya no eran una versión light de Superboy, si no de Superman. Brainiac, Metallo, Doomsday, La Liga de la Justicia, el general Zod, Darkseid… Mientras Clark Kent y Lois Lane trabajaban como reporteros en el Daily Planet.
Era una serie de Superman sin Superman, un esperpento. Era un constante quiero y no puedo, y la única razón por la que sobrevivía en antena era porque constantemente le picaba al personal enseñando «algo» de Superman. Que si el escudo, que si la capa, que si ahora Clark lleva un uniforme con un S en el pecho… Smallville ya ni podía justificar su nombre, y mientras se abandonaba el granero para meter delirantes tramas que sonrojarían a los guionistas de Lois & Clark (aquella serie que sí tenía a Superman sin ningún complejo) Tom Welling seguía sin ponerse el traje y sin volar. En un episodio igual saltaba muy alto, en otro episodio igual era poseido por un extraterrestre chungo que se ponía a volar…
Y digo yo, ¿quienes eran los fans, los que seguían viendola? ¿Los acérrimos de Superman? ¿Quedaba alguna de las niñas que adoraban a Michael Rosenbaum, que creían que Lex Luthor era bueno y en el fondo era un incomprendido? ¿Veríamos gracias a ellas una serie de un Bruce Wayne preBatman en la que el joven Joker era su mejor amigo?
Tanto da. Smallville se ha acabado, justo antes de una película de Superman, ideal para que la Warner haga caja. A partir de aquí, para los que no quieran verse el último capítulo y les importen una mierda los spoilers, voy a reventar el último episodio y la pregunta que se hacen todos, ¿se pone el traje de Superman? ¿Vuela?
Volar si que vuela, sí. Cosa de 10 minutos antes del final, tiene una revelación de Jor El en su enfrentamiento contra Darkseid (un Darkseid muy desmejorado, todo hay que decirlo) y lo revienta en un par de segundos, en una de esas batallas totalmente anticlimáticas que caracterizaban a la serie (lo de pasarse toda la temporada cebando a un villano para resolver toda la trama de un puñetazo ya lo habían hecho cuando sacaron de Doomsday, vaya). Luego se pone el traje, que se lo da su padre, y entonces el tio sale volando con el traje en la mano y pasa esto:
Que bueno, uno podría decir que es una versión cutre de la cabina telefónica. A partir de aquí, es todo tener a Tom Welling haciendo de Superman, pero a Tom Welling sólo se le ve en este plan:
Y ya por fín vemos en un plano tela de fugaz nuestra primera imagen de Superman al completo, en el que el CGI canta tela y para colmo a Tom Welling no se parece mucho, si no más bien a …
Y ya tenemos la fiesta montada, con la escena de Superman salvando el Air Force One y todo eso. Son planos en los que el muñeco generado por gameboy se ve muy chiquitajo, y los primeros planos son como estos:
Y bueno, aquí tenemos el portentoso físico que le han metido al muñecajo, una pose muy icónica y todo eso que no se la cree nadie:
¡Mira mamá, es Brandon Routh!
Luego SuperCGman empuja un poco a Apokolips para que no choque con la tierra, y se queda ahi en el espacio mirando el sol, dando lugar al plano más cercano del personaje vestido de Superman, no se llega a ver la jeta del pavo, esta todo emborronado… Que sí, que han reutilizado el modelo de Superman Returns y estamos viendo a Brandon Routh. Eso sí, han añadido el escudo amarillo en la capa, así para disimular:
Y ya directamente lo que viene es el final, con Perry White gritando, Lois Lane frikeando, Jimmy Olsen sacando fotos y bueno, esto…
Ya veis que Tom Welling lleva una camiseta, y que el físico ya no lo da. Hace unos años, tal vez, pero tras una década uno ya no se puede quitar la camiseta tan a la ligera…
Con lo cual tenemos que Tom Welling nunca llegó a ponerse el traje, nunca llegan a llamarlo Superman y solo vuela los quince últimos minutos de la serie. De la hora y veinte minutos que dura el final, sólo pasa algo en los últimos 20 minutos, siendo el resto morralla culebronera en plan «no se si debemos casarnos, no puedo compartirte con el resto del mundo» y agonías emo en plan «si debo ser el héroe que debo ser, ¿debo olvidarme de mi humanidad pasada?» y blablabla. ¿Y Lex Luthor? Llega, dice que va a ser muy malo, pierde la memoria y en un flashforward se ve que llega a ser presidente de EEUU en 2018. Algo terrible, pero teniendo en cuenta lo que hacen los presidentes de por allí hoy día, como que tanto da… Además, eso ya lo contó Jeph Loeb en su día y fue una de las historias más decepcionantes de Superman que he leido nunca; más o menos como las decepciones que nos dió Smallville.
Sin embargo, voy a romper una lanza por la gente que ha hecho esta serie; Superman es un personaje con 75 años de historia, y la séptima parte de esa historia ha sido acompañada por Tom Welling y compañía, haciendo que un montón de niñas crezcan con fotos de Superman en la carpeta; ha contribuido en mayor o menor parte a que el género de superhéroes sea de masas hoy en día mientras Heroes, No Ordinary Family, The Cape o Wonder Woman se quedaban por el camino. Y que cuernos, volver a ver a Christopher Reeve hablando de Superman estuvo muy bien. Una pena que todo lo demás fuera un pelín desastre, pero ahí queda eso.