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Angel Martín, Todd McFarlane y el síndrome del huerto.

Corría el año 1991 cuando un treintañero Todd McFarlane decidió dejar Spider-Man para jugar al baseball con su hijo. Dejaba entonces toda la pasta que le pagaba la Marvel por escribir y dibujar al personaje (que en aquel momento, en plena fiebre especuladora, era un pastizal) para retirarse, para jugar con su hijo, para ser padre, ver crecer lechugas y todo eso, en plan Ángel Martín.

Dos hombres, un deporte y un huerto.

Meses después, Todd McFarlane presentaba junto a otros exdibujantes punteros de la Marvel a Image Comics, una editorial en la que los creadores tendrían propiedad sobre sus creaciones. La sangría no tardó en llegar, y durante el primer lustro de la década de los 90 tanto Marvel como DC perdieron a casi todo el talento que tenían disponible en la parte artística. Dibujante bueno (o más bien comercial) que les salía, dibujante que recibía una invitación para subirse al carro de Image y que les abandonaba para siempre. Daba igual que la mayor parte de la producción de la nueva editorial fuera basura, comercialmente el producto funcionó y permitió que años después se acabaran editando obras como The Walking Dead.  Y todo empezó con un tío que se fué a plantar lechugas, o a jugar el baseball con su hijo.

Spawn, primer título de McFarlane para Image, vendió casi dos millones de copias. Valía más por lo que puso en marcha que por su propia calidad…

Veinte años después, y salvando las distancias, un presentador de TV se cansa de hacer tele y decide dedicarse a ver crecer las lechugas de su huerto. Su nombre es Ángel Martín, tiene más talento del que muchos se han atrevido a reconocerle y se hizo famoso por ser un tipo desganado que nunca supo muy bien que hacía por ahí. Su programa, «Sé Lo Que Hicisteis», comenzó como otro de esos sosos programas de zapping en el que se comentaban los esperpentos que realizaban otras cadenas de TV, con la diferencia en que en este programa se hizo más hincapié en el humor y se trataba de mostrar realmente que se escondía detras del negociazo que otros canales tenían montado con el mundo del corazón.

El azote del tomate.

En un principio, Ángel era sólo uno de los guionistas y un colaborador de Patricia Conde, la presentadora oficial. Sin embargo, su sección empezó a cobrar fuerza sobre todas las demás al ser capaz de desenmascarar con la máxima habilidad la hipocresía y los tejemanejes de los «periodistas» del corazón. Y aunque en un principio el programa iba de eso, de «ver el otro lado del corazón», pronto el programa empezó a ver el otro lado de todas las teles. Sorprendentemente la idea de un programa que te suelte la verdad y te hable de forma clara y directa sedujo a la audiencia, hasta convertir a aquel programa de zapping y a aquel tipo bajito y desganado llamado Ángel Martín en la estrella absoluta del canal.

No pudieron comprarlo, no pudieron callarlo. Y lo peor es que en cada programa sólo venía a «soltar su rollo y largarse para casa.»

Pasa el tiempo, y el programa llega a durar hasta dos horas diarias. El equipo aumenta en tamaño espectacularmente, aumenta el número de colaboradores, reporteros, etcétera, y junto al éxito empiezan a llegar las demandas. Telecinco no quiere que emitan sus imágenes, y un juez les prohíbe expresamente que las emitan. Ya no existe el derecho de cita, y el juez entiende que un programa hecho a base de las barrabasadas de otros canales no tiene razón de ser. Los programas de zapping, que durante finales de los 90 habían surgido como setas y nunca habían tenido ningún complejo en fusilarse unos a otros, ya no son bien vistos por A3, T5 y sus «familias». Sé lo que Hicisteis pasa a ser un programa de zapping sin zapping, y empieza a rellenar su hora y media de programa a golpe de sketches. La sección de corazón se minimiza, los personajes propios del programa, sus esperpentos y las miniseries creadas dentro del mismo crecen como setas.

El equipo del programa fue a Telecinco disfrazado de tunos para pedirles perdón. Y eso sólo fue el principio.

Pilar Rubio, miembro fundador del programa y uno de los valores más fuertes del programa, es fichada por Telecinco. Algo se muere en el alma, el programa intenta cubrir la baja y capear el temporal, pero las cosas están cambiando. El programa tiene ya 4 años, todo el mundo empieza a hablar de que estan gastados. Durante ese año, el programa hace sus mínimos históricos. Los agoreros empiezan a decir que el formato esta gastado.

Pilar Rubio y Berta Collado, las primeras reporteras del programa.

Empieza el año. Ángel Martín anuncia que deja el programa, que esta cansado. Quemado, aburrido del programa. Aun así, el contenido de corazón del programa actualmente es casi inapreciable, y se ha convertido en un programa intensivo de humor y actualidad concentrado en media hora. ¿Por qué se va Ángel Martín?

No le mandó al paro Telecinco, se fué él solito…

Supongo que no se puede hacer todos los días lo mismo y machacarse los sesos constantemente para que se te ocurran ideas. O supongo que llega un momento en el que uno se da cuenta de que esta en la tele, y que la tele te va a usar todo el tiempo que pueda exprimirte hasta tirarte a la basura. Pilar Rubio dejó el programa porque vió que Telecinco le ofrecía trabajar de actriz y la convertía en la presentadora estrella del canal, por mucho que a cambio le pidiera tratar con gente con la que no trabajaría ni loca. Ángel Martín lo deja no para hacer más tele, lo deja para hacer otra cosa. Recientemente se había estrenado Buried, una película que cuenta con otro miembro de SLQH, Miki Nadal. Tal vez a Ángel se le han encendido las luces, y se ha dado cuenta de que hay que hacer otras cosas. Que él, con todo el talento que tiene y que no tiene nada que envidiarle a los Stiller, Ferrell y demás que lo petan en EEUU, podría hacer otras cosas en vez de exprimirse todos los días en TV.

Aunque es de locos dejar a semejante loca sola, hay que reconocer que la marcha del muchacho es comprensible…

Pero todo esto son especulaciones. Lo que si creo es que el último sketch de Ángel tirado en medio de un descampado, en calzoncillos (porque hasta su ropa era propiedad del canal) tiene mucho más de metáfora que de simple chiste. Ángel ahora se enfrenta  sólo a sus dragones, a empezar el siguiente capítulo de su vida. Y esperamos que, salvando las distancias, tenga tanto éxito como el tipo aquel que se fue a jugar al baseball con su hijo.

Buena suerte, enano.

 

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