Putos cerdos.
No debe haber nada que joda más en este mundo que que te roben los huevos. Seas quien seas, que te roben los huevos es una putada que va desde lo molesto hasta la mayor de las tragedias. Y con esa tragedia comienza este Angry Birds, uno de esos juegos que justificaba la compra de un iPhone, pese a lo cerrado de la plataforma.
En realidad, Angry Birds pertenece a ese género tan entrañable de «asedio» que podemos ver en multitud de versiones en flash gratuito en la tipica web de juegos que van de lo malo a lo peor. cada nivel de Angry Birds será un puzzle en el que deberemos, mediante un tirachinas, lanzar los pájaros cabreados del título contra las fortalezas de los malditos cerdos verdes del espacio exterior y pasar el nivel aniquilando a todos y cada uno de ellos. Porque estos pájaros estan cabreados, y no están para tonterías, los cerdos deben morir. Y punto.
Y mientras que los malditos cerdos, marranos, gorrinos y demás escoria porcina consistira de monstruos grotescos y verdes que poco se diferencia una de otra (el tamaño, el bigote y el tamaño, mayormente) nuestros muchachos, los pájaros, dispondrán de distintas capacidades en su arsenal. Nuestros muchachos con plumas serán capaces de reventarse a si mismos, reventarse a si mismos para dividirse en versiones pequeñas en plan cluster bomb, reventar al vecino volviendo en plan boomerang o lanzarse en plancha en plan bola de demolición cabreada. Eso entre otras cosas, porque el cabreo de un pollo puede ser una de las cosas más peligrosas del mundo, que se lo digan a Link en Zelda o a Don Pollón en la tira que se publica en este mismo Brainstomping.
Gráficamente, y si es que os interesan estos detalles triviales cuando estan en juego nuestros huevos, os dire que como todos los juegos indys, el diseño esta muy bien cuidado y el cachondeo con las jetas de pájaros y cerdos está asegurado. Y, sin llegar a los niveles de calidad de World of Goo o Plantas contra Zombies, los pollos cabreados cumplen muy bien en lo sonoro y, pese a no despuntar en lo musical, los gritos de los pollos y las risas de los cerdos acompañan y aumentan el pique en el terrible conflicto que trata el juego.
Al ser la versión que he jugado y comento aquí la versión de PC (la de Windows, más bien, que no se si habrá versión de Linux y todo) no puedo comentaros las otras versiones. A estas alturas ya deberíais saber que no comento nada que no sea en PC, aunque cualquier día igual me veo generoso y comento algún juego de PSP o DS. Pero de momento, paso. Hay asuntos más importantes que tratar, como por ejemplo, los huevos.
Podrán quitarnos nuestras tierras, pero no nos dejarán sin huevos.