Civilization V es probablemente el más rompedor de la saga, más incluso que aquellos hijos bastardos de la serie Call to Power, que en realidad fueron bastante continuistas. Personalmente, creo que muchas de sus novedades deberían haber coexistido con las reglas/interfaz del original, para que cada jugador elija a placer lo que prefiera. Por el lado negativo tenemos que en esta quinta parte se han simplificado demasiadas cosas que son seña de identidad de la saga y no mejoran precisamente el juego, mientras que en lo positivo tenemos un tipo de combate distinto y más táctico que se agradece pero que acaba detestándose cuando tienes que mover tropecientas unidades una por una.
Pero tampoco podemos decir que vayamos a tener ejércitos de doscientas divisiones; nuestras capacidades de producción son bastante más limitadas que en anteriores juegos de la serie, y se puede librar perfectamente una guerra desplegando simplemente cosa de 15 unidades (no como en la cuarta parte, que se recurría al «zergeo» masivo al poder acumular unidades en una sola casilla). Además, se recupera con todo su esplendor la figura del arma de asedio, y nuestros arqueros y cañones podrán atacar a distancia, llegando incluso a poder aniquilar unidades enemigas por completo, a diferencia de la cuarta parte.
Esta vez las ciudades podrán defenderse solas, teniendo ya de serie la capacidad de bombardear al enemigo y de resistir más o menos por su cuenta un asedio de dos o tres unidades sin tener que recibir el apoyo de otras unidades. Esto permite relajarse más al principio de la partida, pudiendo dedicarse a crecer sin necesidad de manufacturarse un ejército de desharrapados sólo para poder sobrevivir a los bárbaros (que ahora crean sus propios campamentos de la nada, son muchos y son muy hijos de puta).
Ahora funcionamos por hexágonos, y tratamos de jugar al Panzer General.
Lamentablemente, el juego depende demasiado de la «automatización» y algo se ha perdido en pos de simplificar la interfaz de usuario. Todas las barras de lujos, ciencia y demás han desaparecido, con lo que las ciudades ya no tienen su propia «felicidad», siendo así una estadística a nivel global. Si los ciudadanos estan cabreados, estarán todos cabreados a nivel global, con lo que tendremos una penalización en la producción total. Al habernos quitado la posibilidad de aumentar el nivel de la barra de lujos, nos quedan dos posibles soluciones que van desde conseguir recursos como oro, perlas o demás pijaditas que les entretengan a los ciudadanos o también podemos recurrir a los tan sobados edificios de entretenimiento como los coliseos (que se construirán a paso de burra porquelos obreros se niegan a trabajar) y poco más. Y es muy jodido tratar de conquistar el mundo y tener de sopetón una bajada de producción porque los niños se te han mosqueado más que un mico con ladillas.
Otra cosa que ha cambiado son los principios de gobierno. Si antes eran más o menos una serie de opciones en cada área (gobierno, religión, economía y tal) que podías combinar más o menos a tu gusto, ahora lo que tienes es un sistema de talentos que recuerda demasiado al World of Warcraft (vicio lamentable que nos persigue allá donde vayamos, ¡máldita sea!). Según vamos avanzando en la partida, nuestros edificios culturales nos permitiran ir ganando puntos de cultura que aumentarán marginalmente el tamaño de nuestras fronteras (si queremos que aumenten a un ritmo decente, tendremos que pasar por caja) y que nos harán subir de nivel permitiéndonos adquirir estos talentos, que se subdividen en 8 subconjuntos con nombres genéricos en plan «libertad», «mecenazgo» y cosas así, aunque igual no porque yo juego en inglés. Lo cierto es que estos principios son inamovibles, y no hay trainer que valga para cambiarse los talentos (por lo menos, que yo haya visto). El que consigue antes todos los talentos de 5 ramas distintas puede lograr terminar el «proyecto utopia» y ganar una victoria cultural.
Se ha ido el espionaje, se ha ido la religión, se han ido las corporaciones y las guerras comerciales. Realmente, el juego se ha simplificado en algunas cosas y se ha complicado en otras, pero en realidad lo que ha pasado es que se ha puesto todo patas arriba y seguramente no tengamos un juego completo hasta dentro de un par de expansiones. ¿Que un juego más continuista en algunos aspectos habría sido mejor? Sí, y no. Porque digo yo que será mejor sacar un juego con menos posibilides pero que sea jugable, que no un engendro plagado de bugs como los que saca Parchedox (Paradox Interactive, responsables de juegos como Europa Universales o Hearts of Iron conocida por sacar juegos que no son jugables hasta tres años despues de su lanzamiento). Aunque lo ideal sería sacar un juego completo, vaya…
En fín, que habrá que ver como evoluciona la cosa. Cierto es que tampoco me ha dado mucho tiempo a jugarlo, y tal vez el tedio del tramo final de partida o lo cuesta arriba que se me hace la victoria por conquista espacial (te pasas mil años para poder tirar la puñetera nave espacial, leñe) desaparezca mágicamente una vez aprenda a jugar el juego al 100%. Aunque, de momento, pues sí, la sombra de Civilization IV es extremadamente alargada.