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Sobre Alan Davis y Excalibur

Escribo ésto para que nadie se asuste con el artículo de mañana, porque si hablo en el título del regreso de Alan Davis a Excalibur, me refiero a su vuelta a la serie tras tomarse un largo descanso en el que tuvimos que padecer a sustitutos como Chris Wozniak, y no de que Alan Davis vaya ahora a volver a hacer Excalibur. Porque ya lo ha hecho. Sí, éste mismo año. En el Marvel 85th Anniversary Special hay una historia situada en los orígenes de Excalibur, escrita y dibujada por Alan Davis, entintado incluído. Es el Davis revisitando a sus personajes de finales de los 80, personajes que en realidad no había creado él mismo pero que quedaron ligados a su trabajo para siempre.

No es un cómic «normal», se nota que se ha realizado como una fiesta personal de Davis y que ya no es el mismo dibujante de entonces.

Lo de Excalibur es algo curioso, porque allí donde La Patrulla X no te daba lo que querías pero sí lo que necesitabas, Excalibur te daba lo que querías y lo que necesitabas. Aquellas historias tan «británicas», de Chris Claremont tirando de los juguetes de Alan Moore, estaba protagonizado por algunos de los personajes más añorados de la Patrulla X aprovechando que la etapa australiana del grupo los había escindido de la serie. Kurt y Kitty eran dos primeras espadas de la era Claremont, Rachel era un personaje todavía a explorar que parecía hecho solo para una historia que ya había sido contada, mientras que el Capitán Britania y Megan eran dos personajes totalmente desconocidos para los lectores de aquí, porque todavía no se había publicado la etapa de Alan Moore del Capitán Britania y creo que ni siquiera teníamos la aparición de Brian Braddock en Marvel Team Up, que se publicaría un año después en un especial de Clásicos Marvel. Excalibur funcionó desde un principio, a pesar de su precio de portada más caro en EEUU y de que aquí había que desembolsar un precio excesivamente elevado por el prestigio de 48 páginas que daba inicio al grupo. Luego la serie en sí era más barata, de 24 páginas, y tenía un tratamiento más «elevado» al estilo de Classic X-Men, pero sin complementos. Era la serie «elevada» de los mutantes, pero no tenía nada de solemnidad y sí todo de cachondeo.

Pero el amor a los personajes sigue ahí, y lo cierto es que sigue sin haber nadie como Davis y Claremont para plasmarlos en cada viñeta.

Luego sí, luego tuvimos el baile de dibujantes y hasta de guionistas por los retrasos tanto de Davis como del propio Chris Claremont, y la serie hizon un lento fundido en negro hasta el regreso de Davis, ya en los tiempos de Scott Lobdell en los mutantes. Y sí, tras la despedida final de Davis, la serie se convirtió en morralla de fondo que estaba arrebatando a la Patrulla X dos de sus personajes más queridos, con lo que todos celebramos el final de la serie en el número 125, porque aquello nunca tuvo sentido sin Claremont y Davis. Lo peor de todo es que, visto en retrospectiva, Excalibur seguía siendo necesaria tal y como era, una serie de mutantes y no mutantes, de criaturas mágicas con grandes dosis de humor y esperanza en un mundo repleto de desastres como el virus del legado y demás barrabasadas que hacían los mutantes algo bastante ilegible. Para entonces, Davis ya estaba haciendo ClanDestine, una serie sobre una familia con poderes mágicos que encantó a la crítica y muy pocos lectores, con lo que acabó siendo cancelada en su número 8 (los cuatro números siguientes no existen) cuando Davis se cansó de rechazar las amables sugerencias de sus editores de integrarlos un poquito más en el universo mutante.

Visto en retrospectiva y aunque en su día nos parecían una combinación extraña, Excalibur era un grupazo.

Lo curioso es que ClanDestine podía haber vivido perfectamente en el Universo Marvel de los 80, pero no tanto en el de los 90. El optimismo y la vitalidad de la serie, no por ella exenta de momentos bastante oscuros, pegaban poco con la época ultraviolenta por la que pasaban los cómics en aquel momento. Davis recuperaría a los personajes en varios especiales que sí, los cruzaban con la Patrulla X, pero el público no se interesó y aun así lo intentó de nuevo hacia 2007, pero nada de nada. Hasta hizo otro intento en 2011, pero el público pues… En fin, el público es soberano, pero no por ello infalible. Daos cuenta que Davis hasta tuvo su propia etapa como guionista de Uncanny y X-Men a finales de los 90 y aun así hubo gente echando pestes de él lo más grande, a pesar de que su etapa es más que recuperable y que con ella disfruté bastante, con los mutantes skrull del Profesor Xavier y arreglando todos los cabos sueltos mutantes que pudo, excepto el dichoso virus del Legado. Que cruz de virus…

Si algo demostró la saga de las dimensiones alternativas, es que no te valía cualquier dibujante para hacer ese tipo de historia.

Y no me olvido de JLA The Nail y otros proyectos especiales, su trabajo en los 4 Fantásticos -que fue breve pero que dejó más que claro que Scott Lobdell daba para lo que daba- y demás cómics que hacían que te alegraras de que su nombre apareciera entre los autores de los cómics del mes. Sin embargo, y tras el último intento de que volviera Clandestine, Alan Davis decidió dejar de escribir por una buena temporada porque le quitaban demasiado tiempo para dibujar, con lo que tuvimos una gran pérdida. Y sí, afortunadamente hace poco que ha vuelto a escribir alguna cosilla que ha firmado Jonathan Hickman para que vendiera más (sigh) hasta que nos encontramos con este breve revival de Excalibur en un especial que de otra forma ni me habría molestado en leer. Porque vaya, ¿un especial del aniversario de Marvel? ¿Con una portada horrorosa? Solo el saber que dentro hay una historia de Alan Davis hizo que me picara el interés, más teniendo en cuenta que era de Excalibur. Pero vamos, que si con esto no os he vendido el cómic…

 

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