Como estos cambios del clima otoñal nos afectan a unos más que a otros, hoy de nuevo quiero sencillamente dejarme llevar y hablar de otro estreno muy reciente que, al igual que ayer, proviene de Japón: Dragon Ball Daima. Una serie muy esperada, ya que Dragon Ball sigue siendo un fenómeno mundial, pero también porque la implicación en esta del tristemente fallecido Akira Toriyama fue mayor de lo habitual en los casos de estas secuelas animadas. Y aunque el vacío que este ha dejado es muy grande, sin duda uno de los mejores homenajes que podemos hacerle es disfrutar de su trabajo.
Este primer episodio de Dragon Ball Daima ha resultado ser un tanto peculiar, ya que no solo se trata de una secuela directísima de Dragon Ball Z, situada en ese corto periodo de tiempo que transcurrió entre el final de esta y el comienzo de Dragon Ball Super, sino que nos hemos encontrado con lo que a grandes rasgos ha sido un prólogo de lo que está por venir. Una decisión curiosa que puede resultar muy frustrante para los espectadores más ansiosos que querrían poder verse la serie del tirón sin esperas (como uno que yo me sé). Pero pese a que yo también hubiese querido que Goku y compañía tuviesen más peso en este primer episodio, puedo llegar a entender la decisión de ponerles momentáneamente a un lado.
De esta forma, todo el protagonismo ha recaído en los antagonistas de esta nueva saga: Gomah, el nuevo Rey del Reino Infernal; su ayudante Degesu; y la hermana de este, la Doctora Arisu. Unos personajes que, tras contemplar la batalla final de Z, en la que Babidi, Dabura y el propio Majin Buu fueron derrotados por los héroes de la Tierra, y descubrir que allí también existen unas Bolas de Dragón bastante más desprotegidas que las de su reino, deciden viajar hasta allí para hacerse con estas. Algo tras lo que se encuentra una curiosa motivación, ya que el Rey Gomah lo que quiere de Shenron es que convierta a todos esos guerreros, Goku y sus amigos, en niños pequeños para que no sean una amenaza para él en el hipotético caso de que un día decidiesen invadir el Reino Demoníaco.
Pero, aparte de que esta fórmula, que no ha sido del gusto de todos, ha servido para presentarnos a este grupo de antagonistas (me niego a llamarlos villanos de momento), y que dispongan de cierto espacio para poder contar con una presentación más o menos adecuada (aunque aún nos queda muchísimo por saber de ellos), esto ha servido para otro propósito. Y es que a través de esta especie de prólogo, en el que durante buena parte del mismo estos personajes se han dedicado a ver a través de unas pantallas el final de Dragon Ball Z, lo que nos ha quedado claro de ellos es que son tremendamente ridículos. Gomah es un personajillo miserable y cobarde que monta todo este embrollo solo porque tiene miedo de algo que es probable que nunca suceda (no me veo yo a Goku y compañía dedicándose a invadir otras dimensiones porque sí). Su leal asistente Degesu, a ratos, parece muy fuera de lugar en esto de la villanía, y su hermana, la Doctora Arisu, parece la única realmente inteligente de este grupo (aunque técnicamente ella aún no forme parte del mismo).
Y, aparte de ridículos, lo que son también es tremendamente familiares, ya que estoy plenamente convencido de que no soy el único que al verlos juntos ha pensado inmediatamente en Pilaf, Shu y Mai, los primeros villanos importantes de Dragon Ball. Un parecido que no es muy sorprendente, ya que sabemos de sobra lo muchísimo que le gustaba a Toriyama reciclar ideas. Pero esto me da a mí que va un poco más allá de querer reutilizar viejos arquetipos, y que se trata de una especie de declaración de intenciones de lo que nos vamos a encontrar aquí.
Porque con los tráilers y la premisa ya quedaba claro que con esta serie querían recuperar la esencia de lo que fue el primer Dragon Ball, aunque para ello tuviesen que retomar otra vieja idea: la premisa de Dragon Ball GT, y aplicársela a todo el reparto de personajes, para devolvernos a un Goku niño acompañado esta vez por todos sus compañeros (y me muero de ganas de ver a ese Vegeta retaco). Y que para esta nueva etapa hayan creado unos personajes que nos remiten tan directa y descaradamente a los inicios de la saga, me hace confiar en que todo esto va a ir en la dirección correcta.
Así que ahora queda esperar a que en el capítulo que se emitirá este mismo viernes podamos ver por fin las consecuencias del deseo del Rey Gomah, cómo reaccionarán los distintos personajes a su rejuvenecimiento (aunque Goku seguro que seguirá siendo el mismo) y cómo dará comienzo esta nueva aventura con tintes tan clásicos que probablemente llevará a nuestros protagonistas a hacer precisamente lo que Gomah más temía: visitar su reino. Un reino que no me cabe duda que, pese a llamarse demoníaco, acabará recordando más a aquel mundo que parecía tan grande y que Son Goku comenzó a explorar hace tantísimos años.
Entre Dragon Ball Daima, el remake de Ranma ½ y Dandadan, este último tramo del año está más que bien servido de prometedores animes, algunos tirando de nuestra nostalgia, otros apelando a un humor de lo más clásico, pero todos igualmente divertidos en sus respectivas direcciones. Así que igual lo que toca es seguir explorando qué nuevos estrenos se han producido o están por llegar para ver qué más vale la pena descubrir en esta temporada de anime, que cosas como Trillion Game u Orb: On the Movements of the Earth tienen bastante buena pinta.