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Vuelve el ¡Universo! de Monteys

Esta semana estamos de celebración, ya que el genial cómic ¡Universo!, de Albert Monteys, ha regresado a su hogar en Panel Syndicate después de una larguísima ausencia. Y este ha sido un regreso por todo lo grande, recordándonos no solo las enormes posibilidades que sigue ofreciendo el género de la ciencia ficción, sino también el desbordante talento de un autor completísimo que no baja nunca el nivel de su trabajo y que sigue siendo uno de los autores imprescindibles a los que hay que seguir.

¡Ha vuelto cuando mas le necesitábamos!

Cuando a finales de 2014 se publicó el primer capítulo de ¡Universo!, aquello fue toda una revelación para mí, ya que, pese a que conocía de sobras el trabajo de Albert Monteys por su trabajo en Mondo Lirondo, El Jueves y la añorada Orgullo y Satisfacción, tenía una visión muy incompleta de lo que era capaz de hacer. Sabía que se desenvolvía de maravilla en el humor, el costumbrismo y la crítica político-social, y que su engañosamente simple estilo caricaturesco y minimalista era una delicia para la vista, pero su trabajo en ¡Universo! me abrió los ojos y de qué manera.

Que grande fue descubrir esto

Monteys no solo era capaz de crear escenarios y criaturas tan complejas como imposibles, sino que estaba dotado de una imaginación increíble que le permitía tomar elementos del género fantástico más que gastados y crear con ellos unas historias originalísimas y apasionantes. La serie tuvo el éxito que se merecía, dio el salto de lo digital al papel siendo recopilada en un bonito tomo y Monteys siguió demostrando su talento en otras obras como Matadero Cinco, Solid State o los cómics infantiles que realizó junto al Hematocrítico bajo el título conjunto de Leyendas del Recreo.

Y de paso recomiendo de nuevo leer Matadero Cinco

Y cuando parecía que ¡Universo! ya había cumplido su ciclo dentro de la carrera de Monteys, esta semana saltó la sorpresa, y seis años después de la última entrega tenemos entre nosotros el séptimo capítulo de esta serie. Bajo el largo título de “Explicando Historias en la colonia perdida de Kepler-36”, que casi nos remite a los clásicos del pulp, nos encontramos con un cómic en el que, partiendo de unos cuantos lugares comunes del género de la ciencia ficción, Monteys construye una historia que en la superficie parece algo ligero y humorístico. Pero a medida que intuimos lo que nos está queriendo contar realmente aquí, todo se vuelve tan aterradoramente inquietante que resulta muy difícil dejar la lectura hasta llegar al final.

Y no sabe lo que le queda por vivir en el resto de la semana

Precisamente esto es lo que más me llamó la atención en su día sobre ¡Universo! y que me ha alegrado comprobar con esta nueva entrega que Monteys sigue dominándolo, su habilidad para crear algo tan original partiendo de unas bases que a estas alturas, tras más de un siglo de ciencia-ficción, parecían agotadas. Por ello este cómic es el mejor ejemplo tanto de la frescura de un género que sigue teniendo muchísimo que ofrecer, como de que estamos ante un autor tremendamente imaginativo que sabe huir de los tópicos de siempre para ofrecer a su público algo nuevo. Porque, sin querer revelar demasiado de este nuevo capítulo, historias sobre colonias humanas perdidas y aisladas y cómo evolucionan estas abundan bastante dentro del género. Y por eso tiene tanto mérito como este ha tomado una idea tan clásica como esta para utilizarla como base, y combinándola con un muy ingenioso uso del metalenguaje, crear un relato tan apasionante que da nueva vida a ideas muy viejas.

Es que de aquí podría salir una novela entera

Pero no debemos olvidar que Monteys es tan buen dibujante como escritor, y si aquí ha sido capaz de sorprendernos y angustiarnos con su guion, con su dibujo ha conseguido maravillarnos (sorprendernos un poco menos que ya sabemos lo bueno que es). En sus manos esta colonia de Kepler-36 parece un lugar auténticamente vivo y desgastado por el tiempo, en el que cada elemento y personaje, incluso lo que aparece de fondo, cumple alguna función y son mucho más que simple relleno. Gracias a esto, nos podemos hacer una idea de muchos de los aspectos que conforman esta sociedad primitiva pero con vagos retazos de un pasado mucho más avanzado. Además, nos encontramos con un uso muy certero e imaginativo de la composición de página, alternando viñetas página para establecer situaciones, multitud de viñetas muy comprimidas para narrar algo concreto o directamente prescindiendo de estas y de los fondos para destacar algún elemento de la historia. Un dominio de lo gráfico que se extiende al uso del color, prescindiendo en ocasiones del coloreado naturalista para resaltar momentos emotivos puntuales o flashbacks, y un uso de la “luz” envidiable.

Si es que da gusto leer comics así

Está por ver si este regreso a los mundos de ¡Universo! será algo puntual, una especie de pequeño paréntesis nostálgico antes de ponerse con nuevas obras, o si Monteys planea retomar una periodicidad más o menos regular con sus entregas. Y aunque no me quejaría si hace al menos suficientes como para llenar un segundo recopilatorio, haga lo que haga en el futuro, ya sea colaborando con otros autores o en solitario, lo estaré esperando con unas ganas tremendas porque se trata de uno de esos raros autores que jamás defrauda, y a esos hay que atesorarlos. Pero mientras esperamos a ver con qué nos sorprenderá en el futuro, que todo el mundo corra a la página de Panel Syndicate para hacerse con esta nueva entrega de ¡Universo! por el módico precio de la voluntad, que se trata de una lectura que vale mucho la pena.

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