Terminamos con este número dos de Wizard -anda que no le hemos sacado jugo, y encima sin M’Rabo acusando de exprimir la vaca- con unas páginas raras sobre el Drácula de Martin Powell y un repaso al Badlands de Steven Grant, sobre la muerte de Kennedy. No voy a decir nada sobre el asunto, porque son páginas que pegan muy poco en el «estilo Wizard», solo decir que hay que reconocer que durante toda su historia la revista siempre tuvo un par de páginas dedicadas al cómic independiente, no de superhéroes, aunque fueran más testimoniales que otra cosa. Seguramente el mayor pecado de la revista no fue tanto de qué hablaba si no cómo hablaba de ello, porque siempre que no hablaba de superhéroes o manga, los artículos eran bastante más «normales». Cosas.
Pero volvemos a la chicha, a lo rancio, al morbo, y volvemos con Wizard Comic Watch o lo que es lo mismo, el listado de cómics que «van a subir mucho de precio» y toca especular con ellos. Destacan esta vez el número dos de Los Nuevos Titanes, por la primera aparición de Deathstroke y afirman que «con su nueva serie regular a partir de junio, este cómic es uno a tener en cuenta.» El siguiente en la lista es el 266 de Uncanny X-men con la primera aparición de Gambito, «un diamante en bruto». «Su aspecto novedoso (¡ES UN SEÑOR VESTIDO DE ROSA CON GABARDINA!), una habilidad de combate que rivaliza con la de Lobezno y la capacidad de supercargar metal en una sustancia explosiva, lo han propulsado a lo alto de las listas de popularidad». Y ahora digo yo, si Pryde of the X-Men hubiera salido adelante, nadie se acordaría de Gambito. Ea.
Lo siguiente que tenemos es una entrevista a Sam Kieth en la sección «Future Stars», aunque les honra reconocer que para entonces Kieth ya tenía una trayectoria bastante larga, porque había hecho los primeros números de Sandman, Epicuro el Sabio y llevaba trabajando en esto de los tebeos casi diez años. En esta ocasión le entrevistan por su trabajo en Marvel Comics Presents con una historia de Lobezno, una de esas que Forum no serializó como complemento pestoso si no que la publicó en un prestigio aparte, los muy aguilillas. No debió de vender demasiado bien, porque no volvieron a arriesgarse así con el hasta publicarle su The Maxx de Image. Las preguntas que le hacen son curiosas, mezclando datos biográficos con «¿cuál es tu presentador favorito de Jeopardy?», «¿a qué personaje te pareces?» (dice que un cruce entre Peter Parker y Warlock) y bueno, ya como más interesantes habla de que es bastante autodidacta, que tomó algunas clases de dibujo al natural y que sus mayores influencias son Crumb, Shelton, Byrne, Starlin, Wrightson -nos ha jodido- Frazetta o un tal Walter Simonson. Que no sé si os suena pero es buenísimo.
Acto seguido le preguntan cuales son sus dibujantes favoritos y el tío va y dice que Jim Lee y Todd McFarlane, el primero porque «resperta los fundamentos de Lee y la composición de página y diseño de McFarlane». Ugh. También se felicita por haber dibujado a sus personajes favoritos sin tener que pasar por hacer cosas como «Quasar». Estoy convencido de que a Gruenwald este comentario le encantó y a partir de entonces le ofreció muchísimo trabajo, sí sí sí. Que le gusta más trabajar con un argumento básico -un «plot»- que con un guión completo, pero solo cuando tiene buenos guionistas, vamos, que cuando son malos prefiere que se lo den todo hecho y meter el piloto automático. Aun así, aviso a navegantes, no podemos olvidarnos de que Kieth es un tipo que estuvo trabajando con los primeros guiones de Gaiman en Sandman y acabaron llevándose fatal, porque Kieth consideraba que el personaje era tan suyo como de Gaiman y en la pelea el que acabó perdiendo fue Kieth, que por eso dejó DC y se largó a Marvel. Vamos, que ésto puede que sea una simple puya contra Gaiman, que es conocido por hacer guiones muy completos.
Y en las preguntas y respuestas tenemos que casi todo son preguntas sobre mutantes con joyas como «¿Quién es Cable?», a lo que responden que «solo futuros números de X-Force lo explicarán», cuando para entonces ya se había publicado el X-Factor de Claremont y Portaccio explicando toda la historia de que mandaban a Nathan Christopher Charles Summers al futuro con el virus tecnoorgánico, ¡y en aquel cómic ya le ponían una plasta cibernética en el ojo al niño y aparecía el brillito en el ojo por todos lados, con lo que recuerdo que al leerlo ya di por hecho que era el dichoso Cable! Pero bueno, supongo que a la gente hay que dárselo todo masticado. Otra pregunta que se hacen es si «ahora que Byrne está guionizando X-Men, ¿dibujará algún número?», siendo curiosamente el tipo que lo pregunta visiblemente más mayor que todos los demás. Vamos, que este muchacho tiene el buen criterio de decir «ya que nos tenemos que joder, por lo menos que no dibujen los otros dos». Y la respuesta es… «Todo el mundo está más que contento con el trabajo de Lee y Portaccio (…) A pesar de que muchos coleccionistas consideran la etapa de Byrne como la mejor de la serie, Byrne ha dicho repetidas veces que nunca volverá a dibujar la serie. Ahora que esta escribiendo ambos títulos puede que alguien le convenza para dibujarla, pero solo el tiempo nos lo dirá.»
Y bueno, lo que nos dijo el tiempo es que Byrne acabó hasta las narices de que Portaccio y Lee entregaran sus dibujos tardísimo y acabó siendo despedido de la serie cuando se negó a escribir los diálogos de un número en solo dos días. Que anda que no tuvo que ser duro para Byrne el pasar de ser una estrella que llega para poner «los mutantes en su sitio» a que te echen a patadas como si fueras un Chris Claremont cualquiera…