Pese a que suelo fiarme poco de los eventos, también es cierto que tengo que leer al menos el primer número de cada uno para comprobar si es algo que despierta en mí un mínimo de interés o si es algo de lo que prefiero pasar. Aunque a veces hay algún evento que, debido a quienes están implicados en ellos, ya gozan de un poco más de confianza, que es lo que me ha sucedido con el Absolute Power de DC Comics del que se están encargando Mark Waid y Dan Mora. Dos autores de quienes llevo ya un tiempo disfrutando muchísimo de su trabajo conjunto en Batman/Superman: World’s Finest y su visión tan clásica e icónica de los héroes de DC. Y tras haber leído el primer número de este Absolute Power, es posible que estemos ante uno de esos eventos que, como poco, serán entretenidos. Por ello, vamos a ver qué nos ofrece esta historia advirtiendo como casi siempre de los SPOILERS.
Como suele suceder a estas alturas, casi todas las historias dentro del género superheroico tienen unos precedentes fácilmente rastreables, y esta no es una excepción. A grandes rasgos, Absolute Power tiene un poco de la Civil War de Marvel, con el gobierno buscando acabar con la “amenaza” de los superhéroes, estos pasando a la clandestinidad y con alguno que otro pasándose al otro bando y convirtiéndose en cazador de sus compañeros. Pero lo que hace interesante esta historia es el otro aspecto de la misma, el que esos superhéroes tienen que hacer frente al ataque del gobierno desprovistos de sus poderes, algo que, salvando las distancias, recuerda un poco a JLA: Act of God aunque sin las connotaciones religiosas de aquella miniserie. Precedentes a los que hay que añadir que este evento aúna diferentes hilos argumentales que se han desarrollado en tiempos recientes en las series de los Titanes, Green Lantern, Batman, Superman y el propio World’s Finest de Waid y Mora.
Pero en estos casos importa más cómo lo cuentas que lo que cuentas, por lo que aunque Absolute Power parta de unos cimientos algo explotados, la historia que nos presentan aquí Waid y Mora tiene potencial para ser interesante, aparte de que siempre he sentido una debilidad personal por esas historias en las que los héroes se encuentran en desventaja enfrentados a todo. Y de momento en ese aspecto el cómic está cumpliendo, con todos los héroes de DC impotentes ante el ataque en todos los frentes que ha desatado contra ellos Amanda Waller, primero poniendo a la opinión pública contra ellos mediante noticias manipuladas y a continuación despojándoles a todos tanto de sus poderes como del acceso a sus habilidades místicas o anulando sus tecnologías, teniendo que huir la casi indefensa comunidad superheroica del ataque del ejército de Amazos que ha lanzado Waller en su busca.
Y curiosamente ahí, en el papel de Amanda Waller, reside uno de mis pequeños problemas con esta historia, aunque es más algo contra DC en general que contra el trabajo de Waid y Mora. Esta era un personaje que me encantaba en el Escuadrón Suicida de John Ostrander y Luke McDonnell, aquella funcionaria del gobierno que había conseguido ascender pese a tenerlo todo en contra (mujer, madre y negra) y que tenía que navegar entre los aspectos más sucios de su gobierno para realizar su trabajo. Un personaje que solía tener momentos de cierta humanidad aunque a veces esta quedaba eclipsada por su ocasional falta de escrúpulos.
En contraste a eso, en tiempos recientes Waller ha sido tratada prácticamente como una supervillana, una megalómana y a ratos casi omnipotente, que parece estar en todas partes, saberlo todo y que lo mismo hace tratos con los líderes corruptos de organizaciones políticas extraterrestres que con invasores alienígenas, peligrosas inteligencias artificiales o da órdenes al presidente de los Estados Unidos. A lo que hay que añadir lo de secuestrar y amenazar con asesinar a la familia de una superheroína para que esta trabaje para ella, que ya lo de poner bombas en los supervillanos del Escuadrón Suicida era moralmente reprobable, pero esto ya va demasiado lejos. Una evolución que, al menos para mí, hace de ella un personaje menos interesante y que espero que tras este evento rebajen un poco su estatus para que vuelva a ser un personaje más manejable, aunque con Waid de por medio no sé si atreverme a esperar eso ya que a él le gusta demasiado eso de los villanos malvadísimos, así que tocará esperar con cautela.
Y el otro aspecto que me preocupa de esta historia es ese que le debe demasiado a la Civil War de Marvel. Igual que allí, aquí también encontramos a algún superhéroe que otro que se ha pasado a trabajar para el gobierno y ayudar a capturar a sus compañeros porque estos suponen un peligro para la sociedad. Algo que en Marvel manchó durante demasiado tiempo a unos cuantos personajes y me preocupa que suceda lo mismo ahora, especialmente teniendo en cuenta el personaje en cuestión. Porque la idea de que Oliver Queen acepte trabajar para Waller, quien a todos los efectos está actuando como esos fascistas contra los que tanto tiempo él mismo ha estado en contra, a mí al menos me provoca rechazo, pese a que no sería la primera vez que este acaba haciendo el trabajo sucio del gobierno como hacía de vez en cuando en la etapa de Mike Grell y Ed Hannigan. Y como Waid es un guionista algo irregular, capaz de lo mejor y lo peor, no sé qué esperar de esta situación, así que confío en que estemos ante el Waid bueno, el que tanto me ha hecho disfrutar junto con Dan Mora en World’s Finest, y que Ollie aquí simplemente se haya apuntado al bando de Waller para traicionarla y desmantelar sus planes desde dentro.
Pero de lo que estoy absolutamente seguro es de que no me va a defraudar en lo más mínimo es del trabajo de Dan Mora. Desde que le descubrí en Klaus junto con Grant Morrison, he seguido de cerca su carrera y ha sido todo un placer ver los pasos agigantados a los que ha ido mejorando, tanto dentro del género fantástico como en el ya mencionado Klaus o en Once & Future, o dentro del género superheroico en series como World’s Finest o Shazam. Algo que ha hecho de este uno de mis dibujantes favoritos del momento y uno al que me encantaría ver al frente de todos mis personajes favoritos, por lo que al menos es un consuelo poder contar con su inmenso talento en series como estas donde tiene la oportunidad de dibujar a todo el mundo. Y su trabajo aquí, embellecido por el coloreado de Alejandro Sánchez, resulta tan espectacular como siempre. Mora domina como quiere las escenas de acción y la naturalidad de unos personajes que se sienten vivos, además de ofrecernos composiciones de página y elección de planos bastante interesantes, por lo que en el peor de los casos Absolute Power será un festín para la vista.
Aunque espero que el cómic acabe siendo bueno, o como poco entretenido, en todos los frentes, que de vez en cuando nos tiene que tocar algún evento que merezca la pena. Y si nos atenemos a los antecedentes recientes de Waid y Mora, yo al menos me atrevo a esperar un mínimo de calidad, especialmente tras este primer número con bastantes elementos que, si bien no son especialmente originales, al menos sí parecen ser prometedores. Por ello, de momento estoy decidido al menos a leer el segundo número y ver cómo evoluciona la cosa, aunque solo sea para disfrutar del arte de Dan Mora mientras espero que un día le dejen poner sus manos sobre la Legión de Superhéroes.