Por aquí somos muy fans de Garth Ennis, por lo que siempre nos alegramos cuando saca algún nuevo cómic, especialmente si como en este caso se reúne con tres viejos conocidos, su viejo compañero de batallas el dibujante Jacen Burrows, y dos viejos soldados de ficción como son Frank Castle y Nick Furia. En Get Fury Ennis y Burrows nos devuelven a la guerra de Vietnam para contarnos otro capítulo de la particular relación entre estos dos personajes, un capítulo que como no podía ser menos dado quienes están implicados a un lado y otro de la página está repleto de violencia, sangre y muerte.
El Coronel Nicholas Furia ha sido capturado por el ejército norvietnamita mientras realizaba una misión para la CIA, y temerosos de lo que pueda revelar bajo tortura, ya que Furia está al corriente de todas las misiones y agentes de la agencia en la zona, la CIA y el ejército Estadounidense han llegado a la conclusión de que si no se le puede rescatar hay que asesinarle para que no hable. Una misión para la que han reclutado a un joven Capitán de los marines, experto francotirador con amplia experiencia en la zona y que, habiendo trabajado en el pasado con Furia, confían en que prefiera darle un final misericordioso a este antes que dejarle morir de forma horrible a manos de sus interrogadores. Así Frank Castle tendrá que infiltrarse en lo más profundo del territorio enemigo para alcanzar a Furia y de una forma u otra evitar que hable…
En Get Fury nos encontramos con una especie de secuela espiritual de otras dos obras anteriores de Garth Ennis, la miniserie Punisher: Born que realizó junto con Darick Robertson en la que Castle daba los primeros pasos para acabar convirtiéndose en el Castigador, y Fury MAX: My War Gone By junto con Goran Parlov, donde asistimos al primer encuentro entre Furia y Castle en las junglas de Vietnam. Siguiendo la estela de estas, y en general la de buena parte de la carrera de Ennis, lo que tenemos entre manos es uno de esos cómics bélicos que se le da tan bien hacer a este, una historia dura, extremadamente violenta y oscura con personajes envueltos en situaciones moralmente comprometidas en las que la muerte acecha en cada esquina.
Un cómic que además responde a la faceta más seria de Ennis, con un cómic que huye de la parodia que también suele ser habitual en él para mostrarnos la guerra con toda su crudeza y brutalidad, con personajes que dejan de lado su humanidad para cometer toda clase de atrocidades en nombre de una bandera u otra. También nos encontramos aquí una de esas historias en las que pese a estar protagonizadas por personajes pertenecientes al cómic superheroico se ven envueltos en escenarios y situaciones históricas, todo lo trata con la misma seriedad que emplearía si estuviese contando algo que sucedió realmente. Un aspecto de Ennis que siempre me ha fascinado por lo radicalmente diferente que es de ese otro Ennis cafre y gamberro que nos dio cosas como la Brigada de los Fusileros junto con el añoradísimo Carlos Ezquera, y que demuestran su versatilidad como escritor.
Y del mismo modo que este cómic es en sus páginas un reencuentro entre dos viejos conocidos, también tenemos un reencuentro, mucho más amistoso, al frente de la serie, con el dibujante Jacen Burrows. La relación entre ambos se remonta hasta algo más de dos décadas atrás, cuando ambos colaboraron juntos por primera vez en el cómic 303 para Avatar, otra historia bélica muy violenta, y a lo largo de los años han seguido colaborando en múltiples ocasiones en títulos como Chronicles of Wormwood, varias series de la perturbadoramente violenta Crossed y están a punto de publicar con AHOY Comics una sátira del genero de espada y brujera titulada Babs a través de la cual van a atacar con saña el estado actual del mundo. Una serie de trabajos conjuntos entre los que no podemos olvidarnos de Punisher: Soviet, donde ambos autores ya dieron rienda suelta a la violencia y gore más extremos del que es capaz el Castigador.
Un Jacen Burrows a quien como ya había comentado por aquí en el pasado los años y la experiencia le han sentado muy bien. Cuando lo descubrí era otro de aquellos dibujantes muy verdes de Avatar que no entendía cómo estaban trabajando con guionistas tan potentes (que Burrows ha llegado a dibujar cómics de Alan Moore), aunque también es cierto que ya entonces era bastante mejor que otros dibujantes de la editorial cuyos nombres ya he olvidado y que tenía potencial. Algo que ha demostrado con creces a lo largo de su carrera, no estancándose en ningún momento y refinando su estilo hasta convertirse en un dibujante muy atractivo y eficaz.
Aquí este deja claro además que es el dibujante perfecto para trabajar con alguien como Ennis. No solo porque su estilo gráfico con los años ha ido evolucionando hasta ser casi un heredero del añorado Steve Dillon, sino porque Burrows es un dibujante que domina las escenas de conversaciones que tanto le gustan a Ennis, que es capaz de realizar varias páginas con personajes que simplemente están sentados en un despacho hablando y que no resulten monótonas.
Algo a lo que hay que sumarle que no solo se le da igual de bien, sino incluso mejor, su forma de manejar la violencia. En este cómic podemos verle de nuevo soltarse y ser todo lo explícitamente violento que le dejan, demostrar que no ha dejado atrás sus años de Crossed y que cuando es necesario ser gráficamente desagradable puede serlo como el que más, pese a que tampoco se le da nada mal el crear angustia al lector con lo que no nos muestra.
Todo esto hace de Get Fury una lectura imprescindible tanto para los aficionados a cualquiera de sus dos protagonistas, que no está mal de paso el recuperar al Nick Furia clásico aunque no sea en su faceta de superespía de ciencia ficción, a los de Ennis y Burrows o a los del cómic bélico en general. Por delante nos quedan otros cuatro números en los que sin duda el nivel de violencia y cadáveres aumentará exponencialmente y en el que aunque sepamos que ninguno de sus protagonistas va a morir, va a ser todo un placer descubrir de qué forma grotesca y sangrienta van a salir de esta.