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El Ultimate Spiderman de Jonathan Hickman y Marco Checchetto

Lo primero de todo: en este tebeo Hickman no hace cosas raras. No hay páginas en blanco, no hay tocharrales de texto, nada. Solo hay tebeo. Se hace raro que un Spiderman «definitivo», que se supone que está a la última de las tendencias sea tan «retro», pero claro, igual es que estamos entrando en otro periodo neoclásico y lo viejo vuelve a ser nuevo. Porque claro, hay un sector del público que ve ésto como algo más que una simple nueva versión de las aventuras de Peter Parker, otro spiderverso más, lo ven como… Deshacer One More Day. Y sí, la cosa ya roza lo patológico. Pero vamos a explicarnos.

Una de las cosas que más me ha gustado es el aspecto gráfico del cómic por parte de Marco Checchetto y Matt Wilson, que mantienen el cómic bastante sobrio y están muy lejos de los excesos de sus antecesores.

Marvel se cargó el lastimosamente agonizante Universo Ultimate hace unos años, y desde entonces siempre hemos tenido un sector de lectores que lo echaba de menos. Algunos lectores que crecieron leyendo Ultimate y Marvel Knights ahora son profesionales, y la idea siempre asomaba, aunque ya no significara de forma directa Bendis o Millar. Ultimate había sido una especie de Universo Marvel para novatos, reiniciado de cero y enmarcado en la actualidad, pero quince años después la continuidad de todas sus series estaba tanto o más enmarañada que las del Universo Marvel y por eso tenía sentido pegarle el cierre. El experimento se tradujo en algunos cambios en las series regulares, y muchos piensan que el exitazo de cómics como Ultimates tuvo una tremendísima influencia en Los Vengadores de Bendis, aunque no fueran de Millar, ya que Civil War sí que la escribió este último. Por eso se me hace tan raro que Marvel decidiera que el encargado de resucitar el Universo Ultimate fuera Jonathan Hickman, un guionista que cuenta ya con quince años de experiencia y cierta edad, junto a Bryan Hitch, uno de los dibujantes estrella del Ultimate original; lo suyo habría sido encargárselo a gente completamente nueva, pero sí esto es un guiño nostálgico a los que crecieron leyendo tebeos durante finales de los dos miles… Tiene todo el sentido del mundo.

Lo que os digo, nostalgia de los dos miles; ésto es un guiño tremendo a los fans del Duende Verde Power Ranger de las de Raimi.

Ultimate Invasion fue una serie limitada que nos daba mucha pereza y por eso no le hicimos mucho caso, porque en ella quieras que no veíamos al pesado del Maker -el Reed Richards del Universo Ultimate original, que se volvió muy loco- editar una variante del Universo Marvel a su medida, impidiendo la creación de casi todos los superhéroes y villanos con el único objetivo de hacerse con el control de todo. Así, el nuevo Ultimate de Hickman lo que nos ofrece es un Universo Marvel que empieza más de diez años más tarde de la cuenta, con lo que por eso este Ultimate Spiderman no es más joven si no hasta más viejo que el del Universo Marvel tradicional. Y ahí está la clave de que tanta gente se haya emocionado con este Spiderman, porque nos lo plantea casado con Mary Jane y con dos hijos. Lógicamente nadie piensa realmente que ésto sea deshacer la infame historia de Quesada y Straczynski, pero sí que les da más o menos lo que querían, un Spiderman pureta, mayor, con barba, con hijos, con hipoteca, como ellos. El problema es que Spiderman dejó de crecer allá por 1970, y no tenía sentido que el personal se esperara que siguiera haciéndolo. Ésto no es un libro, no es una película, ni siquiera es una serie de televisión, sabemos que al comprar un cómic de Batman queremos leer a Bruce Wayne, y si nos encontramos a Jean-Paul Valley gritando San Dumas se nos hace raro. De la misma forma, el que se enganche a Batman leyendo cómics en los que Batman es un perturbado en armadura adicto a la violencia va a querer que Batman siga siendo así y nunca vuelva a ser Bruce Wayne, porque para él Bruce es el pasado (aunque pensándolo mejor ésto explicaría la visión distorsionada de Zack Snyder sobre el universo DC, pero supongo que éso es tema para otro día). Sólo hay una cosa que es sagrada: Peter Parker es Spiderman, es fotógrafó del Daily Bugle y hasta ésto último ha terminado cambiando. Todo lo demás ha ido cambiando, girando, permutando constantemente, porque éso es lo que hace que se pueda mantener en el mercado una serie del personaje o cuatro.

Ben y JJJ son todo un hallazgo, aunque se podría haber hecho lo mismo con Robbie en lugar de Ben.

Puedes contar una historia de Sherlock Holmes dedicándose a la apicultura, pero Sherlock Holmes seguirá siendo un detective igual que Peter Parker es Spiderman y tiene tiene que tener problemas económicos, no vivir en un pisazo, ser un desastre en sus relaciones y al final salvar el día. Peter Parker no es un vividor, ni un fucker, ni tampoco el padre modelo del año que vive en un duplex en un rascacielos de Manhattan, éso no es Spiderman. Ése fue un error que cometieron muchos guionistas a lo largo de la serie y acabaron pagándolo a corto o largo plazo (Michelinie, Slott) aun a pesar de que fueran plenamente conscientes en algunos casos de que el cambio era solo temporal y que se iba a revertir más pronto que tarde para que pudieran contar su «gran historia». El Ultimate Spiderman de Hickman vive en un pisazo con su familia, tiene un trabajo estable y el gran cambio en su vida -aparte de que no es Spiderman, pero dale tiempo- reside en que la que murió fue la Tía May, mientras que el que vive es el Tío Ben que ahora es el director del Daily Bugle junto a su amigo J Jonah Jameson. Hay una calidez en este cómic entre el Tío Ben, Jameson y Peter que no son normales en Hickman y que me alegro un montón de ver. Sí, son unas cuarenta páginas de un Hickman que echábamos de menos, el de las historias más pequeñas y directas, el que no se hace la picha un lío constantemente con un millón de personajes y tramas cruzadas que no sabe como terminar; un Hickman que parece que quiere mimar a sus personajes, y creo que por ello deberíamos felicitarnos por poco que dure.

Lo dicho, pisazo. Que por cierto, lo de un Peter casado con hijos ya lo hicieron Slott y Conway hace no tanto en Renew Your Vows…

Por supuesto, hay puntos clave de la personalidad de Spiderman que lo hacen Spiderman y que no podemos dejar de pasar por alto: el motor principal del cómic reside en que, pese a que Peter vive una vida plena y feliz, él no está satisfecho porque siente que le falta algo. Cuando para el final del cómic aparece un holograma de Tony Stark revelándole todos los tejemanejes del Maker y que él estaba destinado a ser Spiderman, dándole la opción a conseguir sus poderes una vez más y llevar una vida de superhéroe, Peter no parece ni siquiera dudar y se pone la araña en el dorso de su mano, dispuesto a ser Spiderman; todo parece indicar que tendrá sus poderes en la segunda parte, pero a la vez no dejas de pensar en que el potencial de una historia de Peter Parker teniendo la elección de ser o no ser Spiderman en un mundo en el que aparentemente no es necesario; no me lo creo ni yo mismo lo que voy a escribir, pero creo que ésto se podría haber alargado un poco más. Un Peter Parker viendo como Spiderman es muy necesario mientras el mundo se viene abajo, y no solo un Peter Parker que se pasa 40 años dudando porque «le falta algo»; aquí lo único que vemos es que Kingpin se hace con el control del Daily Bugle, ¡precisamente el jodido periódico es lo que más echo de menos de los tebeos actuales de Spiderman, y me lo van a aquitar hasta en Ultimate!
Pero en fin, sí, es un buen tebeo. Peter no es precisamente la alegría de la huerta, pero la humanidad de otros personajes hace que tenga cierta esperanza de pasarmelo bien una temporada, lejos de las macrosagas que Hickman nunca acaba de terminar. Veremos.

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