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Tim Sheridan y Cian Tormey y el nuevo origen de Alan Scott el Green Lantern

Tras haber hablado de las miniseries de Sandman/Wesley Dodds y Flash/Jay Garrick, ya le tocaba el turno al primero de los Green Lanterns, Alan Scott. Una miniserie en la que Tim Sheridan y Cian Tormey recuentan el origen del veterano héroe introduciendo en su pasado los polémicos retconeos que ha sufrido el personaje en esta pasada década y pico. Una tarea algo complicada pero de la que han salido airosos, consiguiendo que estos cambios funcionen de una forma bastante natural sin alterar en lo esencial a Alan Scott y tocando temas que no se suelen ver en el cómic superheroico, para hacer de este cómic una lectura bastante interesante.

Ya iba siendo hora de darle un poco de protagonismo

Green Lantern es uno de los mas poderosos y brillantes héroes enmascarados que han surgido en el Estados Unidos de los años cuarenta para utilizar sus habilidades en la lucha contra el mal. Pero bajo su mascara se oculta Alan Scott, un hombre lleno de secretos y traumas que pese a todas las dificultades que se ha encontrado a lo largo de su vida siempre ha tratado de hacer lo correcto. Pero cuando un misterioso villano comienza a escarbar en su pasado, atacando a aquellos que fueron importantes para Alan, es posible que todos esos secretos acaben saliendo a la luz…

Pero suceda lo que suceda Green Lantern estará ahí para proteger a los inocentes

Ya lo he dicho en otras ocasiones cuando ha surgido el tema y lo sigo manteniendo, nunca he sido demasiado fan del retconeo sobre la sexualidad de Alan Scott, quien paso de ser heterosexual a ser gay, introducido primero por James Robinson en su versión del New52 y que Geoff Johns trasladó al autentico Alan tras su regreso junto el resto de la JSA tras Doomsday Clock. Cambios en la continuidad y pasado de personajes con tantísima historia detrás suelen acabar siendo un dolor de cabeza porque siempre suelen tener repercusiones en las que nadie pensó demasiado en un principio, y en este caso concreto si en lugar de hacerle Gay le hubiesen hecho Bi se hubiesen evitado muchas de esas complicaciones. Y aunque estoy completamente a favor de que tanto Marvel como DC introduzcan mas personajes no LGTBI, estos retconeos deberían reservarlos para personajes que han sido menos visibles o desarrollados como sucedió con el hijo de Alan, Obsidian, en el pasado o personajes como Jon Kent que en muchos aspectos era aun un lienzo en blanco.

Pero bueno, el cambio esta aquí y toca esperar a que hagan lo mejor posible con el

Aunque dicho esto, tengo que reconocer que lo que han estado contando hasta ahora Tim Sheridan y Cian Tormey me esta sorprendiendo muy agradablemente. La historia va alternando entre los años cuarenta, en los que Alan ya es Green Lantern y aun no se atreve a confiar en sus compañeros de la recién formada JSA, y su época como ingeniero militar a mediados de los años treinta en la que tenia que mantener oculta su relación sentimental con su compañero Johnny, con quien trabajaba en un proyecto que prometía darle la victoria a su país en cualquier guerra. Un proyecto que fue clave tanto en su origen superheroico como en el de esa nueva némesis tan poca imaginativa que Geoff Johns se saco de la manga, el Red Lantern de la Edad de Oro.

Y de ahí sin duda dirán que saco Alan la idea de crear un anillo a partir del metal de su linterna

Sheridan y Tormey aquí se mueven sobre una fina linea entre contar el nuevo origen de Alan y hacer un interesante cómic de superhéroes y tratar de forma directa y honesta su nueva sexualidad sin que ninguno de estos aspectos pise al otro. Una tarea con la que al menos de momento, tras dos números publicados, están consiguiendo mantener un buen equilibrio. Es cierto que de momento el lado personal del personaje cuenta con mas peso, algo por otra parte lógico ya que eso es lo que a la mayoría siempre nos ha llamado la atención de este genero, los personajes detrás de los disfraces, lo que hay mas allá de los rayos de colores y las peleas.

Encontrarse con escoria como Hoover es otro de los aspectos de este nuevo origen

Aquí nos encontramos con un Alan que en los años treinta aun tiene dudas acerca de en que le convierte su sexualidad, que aun tiene momentos en los que no se siente normal y en los que incluso desearía “curarse” ya que considera que lo que siente es un pecado, sin que esas dudas que le corroen le impida perseguir lo que quiere. Y aunque esto es un retconeo reciente hay que reconocer que Sheridan y Tormey lo manejan de tal forma que no resulta inconsistente con el Alan que ya conocíamos, aquel que en la Golden Age de James Robinson y Paul Smith dudaba en si volver a utilizar su anillo, o el que en la JSA de los setenta se sentía perdido tras arruinarse su compañía y no sabia si aceptar la ayuda que le ofrecía su amigo Jay Garrick, así que al menos por ese lado este retconeo no esta funcionando mal.

Para tener una voluntad de hierro Alan solía dudar mucho de si mismo en lo referido a su vida personal

Un retconeo que esta dando muchísimo juego en esta miniserie sobre la forma en la que la sexualidad de Alan afecta a su relación con quienes le rodean. Después de todo la miniserie comienza con un muy hipócrita John Edgard Hoover chantajeando a Alan con revelar su secreto, todos sus secretos, a no ser que acepte a ser su peón dentro de la JSA. Mientras que en el otro extremo nos encontramos con el viejo amigo y sidekick de Alan, Doiby Dickles, rebautizado aqui como Derby, quien sabes perfectamente no solo que Alan es Green Lantern, sino también que es gay, y aunque eso es algo que no acaba de entender del todo, algo lógico siendo la época que era, le acepta y respeta plenamente, siendo aquí el mismo amigo fiel que ha sido siempre. Aunque si que espero que esta desconfianza que Alan siente hacia sus compañeros de la JSA se solucione en esta miniserie, porque no me gustaría nada que acabasen contando que Alan les oculto la verdad sobre si mismo a sus compañeros hasta el momento en el presente en el que decidió salir del armario ante sus hijos.

Doiby, o Derby, era un tipo bastante adelantado a su epoca

Y otro aspecto bastante bien llevado a la hora de entrelazar la antigua y la nueva historia de Alan, se encuentra a su vez entrelazado con uno de los aspectos mas duros y atrevidos de la serie. En la vieja continuidad se sabia que un paciente de una institución mental era quien había dado forma de linterna de tren al Starheart (la fuente del poder de Alan) y que esta de algún modo había acabado en sus manos. Un elemento que aquí se mantiene, pero añadiendo que ese paciente era una mujer trans internada en el Asilo Arkham donde el propio Alan había ingresado en el ala de “desviados” para someterse a terapia de conversión y “curarse” de su homosexualidad tras descubrir el ejercito su secreto.

Y en este caso es literal que linterna le hablo, y no seria la única vez que lo hiciese

Un aspecto que no se suele tocar en el cómic superheroico cuando se ha tratado de personajes LGTBI, y con el que Sheridan y Tormey no se han mordido la lengua a la hora de mostrar con toda su crudeza las atrocidades que se cometían, y se siguen cometiendo en cierto modo hasta nuestros días, bajo la excusa de curar una inexistente enfermedad y que en nuestro propio país políticos miserables siguen permitiendo. El comic es directísimo en este sentido, y muestra sin disimulo las terribles secuelas que provocaban aquellos tratamientos, convirtiéndose en un buen recordatorio de que no son solo los supervillanos quienes cometen actos de una maldad enorme.

Lo triste es que a dia de hoy sigue siendo muy necesario el contar historias asi de duras

Pero además de hilar de momento bastante bien el retconeo con la continuidad clásica y tocar temas importantes, este cómic cuenta también con un apartado gráfico notable. Cian Tormey probablemente le resulte familiar al publico por haber sido uno de los dibujantes de la reciente Superman: Son of Kal-El, aunque su trabajo aquí supone una mejora importante con respecto a aquel cómic. Ya sea por haber dispuesto de mas tiempo o por interesarle mas este proyecto, el Cian Tormey que nos encontramos aquí tiene un acabado mucho mas detallado y pulido y se desenvuelve muy bien en la faceta mas humana de la historia, siendo uno de esos dibujantes capaces de conseguir que incluso sin prestar atención a los diálogos sus personajes transmiten todo lo necesario. Y aunque tampoco se desenvuelve mal en las escenas de acción, espero que se vaya soltando mas a la hora de manejarse en la composición, ya que aun peca de cierta rigidez y monotonía en muchas de sus paginas.

Y finalmente llego el día mas brillante de Alan

Queda ver si los cuatro números que restan de esta miniserie mantendrán el nivel y si Sheridan y Tormey conseguirán salir airosos a la hora de establecer esta “nueva” relación entre Alan Scott y sus compañeros de la JSA. Aunque por lo que realmente siento curiosidad es por si serán capaces de hacer interesante esa idea tan poco imaginativa de Johns del Red Lantern de los años cuarenta. Pero mientras esperamos a ver como termina esto, reitero mi deseo de que estas miniseries funcionen lo bastante bien como para que DC siga apostando con ellas y podamos disfrutar de mas aventuras en solitario del resto de la JSA, que no seria mala forma de compensar todos los años que sufrimos sin poder leerles.

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