Tras su extraña y pintoresca segunda vida en Marvel que comenzó siendo de lo mas tradicional y que para cuando terminó solo falto contar que se había convertido en un Guardián de la Galaxia o que se había mudado a Krakoa tras descubrir que era mutante, los derechos de Conan el Bárbaro han vuelto a cambiar de manos y ha comenzado una nueva etapa en Titan Comics a cargo de Jim Zub y Rob de la Torre que promete ser bastante mas clásica. Y tanto es así que en el apartado visual uno casi tiene la sensación de estar leyéndose un cómic de Conan de hace décadas gracias a un De la Torre que ha canalizado de tal forma aquellos cómics que casi da miedo. Así que vamos a comprobar que nos ofrece este reinicio del bárbaro mas famoso de todos los tiempos.
El joven Conan hace mucho que hizo algo que pocos de sus compatriotas se habían atrevido a hacer, abandonar Cimmeria buscando descubrir que había mas allá de sus fronteras. Un largo y tortuoso camino a lo largo del cual este se ha convertido en mercenario, ladrón y por encima de todo un guerrero prodigioso que se ha enfrentado a todo tipo de amenazas tanto humanas como inhumanas. Pero ahora Conan ha emprendido el regreso a su hogar buscando algo de calma y soledad, pero el destino o los dioses parecen tener otros planes para el…
Jim Zub no es precisamente un guionista de esos cuyo nombre me impulse a leer una nueva serie, siempre ha sido mas alguien que esta ahí de fondo y que ni ha escrito nada que me haya ofendido pero tampoco nada especialmente memorable, por lo que al leer este cómic no tenia ninguna expectativa en un sentido o en otro. Y lo que me he encontrado en este primer numero es que Zub no se ha complicado demasiado y ha ido a lo seguro, presentándonos a un Conan que tras abandonar la compañía de mercenarios para la que trabajaba solo busca un lugar donde dormir, comida caliente, algo de beber y quizás una hermosa mujer que le haga compañía, hasta que sucede lo de siempre y Conan tiene que volver empuñar su espada.
Tras el delirio que fue su anterior etapa en Marvel estoy seguro de que los fans mas tradicionales de Conan estarán mas que encantados con este regreso a lo básico que supone esta nueva etapa y que aunque de momento no ha comenzado mal tocara esperar para ver como sigue desarrollándose y si Zub consigue hacer algo memorable. Y en condiciones normales yo probablemente no le habría prestado mucha mas atención a este cómic, ya que aunque he leído unas cuantas historias del personaje con las que he disfrutado mucho, este genero de espada y brujería no suele ser lo mío y suele hacer falta mucho mas que esto para atrapar mi atención. Pero este cómic si tiene ese algo extra en la forma de Rob de la Torre.
Supongo que a estas alturas no hace falta señalarlo porque ha quedado patentemente obvio en las imágenes que han acompañado los párrafos anteriores, pero si, Rob de la Torre ha conseguido darnos un Conan de lo mas clásico a base de parecer estar poseído por el espíritu de John Buscema. En todas mis décadas leyendo cómics son muchísimos los dibujantes que he conocido que estilísticamente le debían mucho a alguno de sus predecesores, la lista de gente inspirada en clásicos de los de antes como Alex Toth o Wally Wood o modernos como Carlos Pacheco o Stuart Immonen es casi interminable, Bill Sienkiewicz comenzó su carrera siendo un clon de Neal Adams y Bryan Hitch trato de hacer lo mismo con Alan Davis, y citar lo influyente que fue Carlos Ezquerra para los autores británicos daría casi para un libro. Pero tengo que reconocer que casos como el que hoy nos ocupa no recuerdo ninguno ahora mismo.
Recuerdo que cuando vi el primer avance de esta nueva serie creí que estas paginas pertenecían a alguna vieja historia de Buscema que habían incluido en el primer numero a modo de flashback para continuar algún elemento de ella o algo así, pero no, se trataba del trabajo de este veterano dibujante madrileño que ha sufrido una evolución espectacular que provoca que cueste creer que sea el mismo que hace década y pico trabajo junto con Brian Reed en la serie de Ms. Marvel cuando Carol Danvers aun portaba ese titulo, y si uno repasa sus anteriores trabajos se encuentra con un autor camaleónico que casi en cada nuevo trabajo parecía ser un dibujante diferente.
Una evolución que hace un par de años ya se veía en dirección iba, tanto en aquel Tarzán que realizó para el mercado francés como especialmente en el especial King-Size Conan que publicó Marvel y donde aparecía una historia suya escrita nada mas y nada menos que por Chris Claremont, la dirección de convertirse en uno de los mejores discípulos de John Buscema, al menos por el momento. Historia esta ultima que no me cabe ninguna duda de que fue uno de los principales motivos por el que de la Torre se ganó el convertirse en el nuevo dibujante de Conan, ya que si vas a hacer un “back to basics” con el personaje nada mejor que hacerlo a lo grande.
Un trabajo por el que probablemente muchos podrían acusar a de la Torre de ser un dibujante sin personalidad propia, pero aunque yo admito que en este caso ese mimetismo con Buscema es exageradísimo , repasando sus anteriores trabajos a mi me da la impresión de que de la Torre simplemente adapta su estilo a lo que mejor encaja con cada proyecto. Aunque también es cierto que si uno repasa sus trabajos mas recientes y sus redes sociales se le nota muy a gusto con este estilo actual, algo de lo que no le puedo culpar ya que si vas a copiar a alguien mejor copiar a los grandes y pocos han habido tan grandes como John Buscema.
Y ese sentirse a gusto del dibujante es algo que se aprecia en cada pagina de este primer numero con un sabor tan clásico, con ese Conan que parece haber surgido del pasado y que tanto en los momentos en los que le encontramos meditabundo tratando de disfrutar de un buen plato de comida en alguna taberna o derramando la sangre de incontables enemigos con su espada, aquí parece mas vivo de lo que lo ha estado en mucho tiempo. De la Torre se luce no solo a un nivel puramente estético, sino a la hora de escoger planos para retratar la acción, recurriendo a aquel viejo recurso de prescindir por completo de los fondos cuando estos no son necesarios y especialmente de de mostrar con toda su brutal crudeza que Conan es un enemigo a temer.
Es por ello que al menos por el momento voy a seguir esta serie muy de cerca, porque Rob de la Torre esta consiguiendo devolver a Conan a la que para mi es su mejor época y porque resulta fascinante disfrutar de este trabajo visual que desprende admiración y respeto hacia John Buscema por los cuatro costados. Un trabajo con el que de la Torre se ha ganado que piense seguir su carrera muy de cerca y que tenga muchas ganas de ver donde aterrizara después, porque me muero de curiosidad por ver si seguirá con este estilo actual adaptándolo a sus próximos encargos o si una vez mas volverá a dar un giro radical “convirtiéndose” de nuevo en un dibujante diferente. Y debo añadir que me encantaría ver como quedaría su estilo actual aplicado a unos personajes como los Vengadores, porque eso podría ser muy grande.