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Alpha Flight y el desparrame mutante

Pues si M’Rabo habla de números uno, yo también. Porque la semana pasada salió en EEUU el primer número de la nueva (vieja) Alpha Flight y vaya, me he quedado un tanto confundido. No tanto porque Guardián esté vivo (a ese ya lo han resucitado nisecuantas veces y sigo sin entender cómo lo ponen a él al frente, cuando desde el minuto uno ya se vió que a Byrne le interesaba más Heather que Mac) si no porque se les ha ocurrido que el gran giro del primer número y sustento principal de la miniserie de 5 números -lo que probablemente dure Fall of X- sea… Bueno, supongo que es un spoiler y algunos os queréis hacer a la idea de que va la serie, así que de momento me morderé la lengua.

Con lo bonito que sería recuperar las «corner boxes» en vez de ponerles el logo feo ese…

Alpha Flight un cómic con guión de Ed Brisson -que tuvo sus momentos, aunque lo que hizo en Lobezno en los últimos tiempos me puso muy nervioso- y dibujado por Scott Godlewski, un habitual de la Distinguida Competencia que hasta donde recuerdo todavía no había asomado por Marvel. La premisa principal de la serie (en principio) es la de que tras el fregao de Fall of X y que Orchis le haya echado la culpa de todo a los krakoanos, hay varios mutantes desperdigados por todo el mundo tratando de sobrevivir como pueden, porque gracias al ultimatum de Orchis ya no pueden vivir en la Tierra y tienen que esconderse. Para enfrentarse a esta situación Canadá cuenta con Roger Bochs Jr, el hijo del Box original, y sus «Centinelas Box», androides cazadores de mutantes basados en el trabajo de su padre que él mismo puede controlar a través de un casco y que por supuesto que no se van a rebelar en ningún momento aunque tengan código de Orchis en su interior y se puedan comportar de forma autónoma sin ningún problema.

Estos centinelas son tan feos que parecen Nimrod rediseñado por Portaccio.

Más allá de esto, por supuesto, el Departamento H cuenta con Alpha Flight como encargada de llevar a cabo el primer contacto con cualquier mutante que asome y llevarlo a un centro de detención en el que harán con él… Vete a saber qué. El caso es que en esto de que está Alpha Flight (compuesta del ya mencionado Guardián, Puck, Shaman y Ave Nevada) enfrentándose a su primer contacto mutante, cuando aparecen Aurora, Estrella del Norte, Daken (que ahora se llama Fang, y va vestido tal cual como aquel miembro de la Guardia Imperial Shi’ar al que Lobezno le arrebató el traje) y Némesis. Sí, otra Némesis. Algunos de vosotros os acordaréis de que Némesis es un enemigo del grupo que ha tenido varias encarnaciones, a cual más irrelevante y dejando claro que la idea original de John Byrne para el personaje tenía que haberse quedado en donde estaba. Alpha Flight se enfrenta a sus excompañeros y pierde cuando consiguen rescatar al mutante en cuestión, con lo que acaban soportando un broncazo de su jefa del Departamento H y descubriendo que gracias a su fracaso el gobierno canadiense va a empezar a desplegar inmediatamente los dichosos centinelas. Y hasta ahi el primer episodio, pero omitiendo lo más gordo que son los SPOILERS….

Éticamente el comportamiento de Alpha Flight es dudoso, pero el de los mutantes tampoco ha sido muy pulcro que digamos.

Porque al final del cómic se descubre que los exmiembros de Alpha Flight están compinchados con los del actual Alpha Flight, repitiendo la terrible idea de «mutantes cazadores de mutantes» de Factor X. Para que nos hagamos a la idea, ante la estúpida premisa con la que se encontró Louise Simonson, la única solución que se le ocurrió a la guionista para no dejar claro que los protagonistas de la serie eran unos perfectos imbéciles fue decir que habían sido manipulados por los tejemanejes de Cameron Hodge, el más mejor amigo de Warren Worthington III, el Ángel. Con esto no dejaba de reafirmar que eran idiotas al hacerse pasar por cazadores de mutantes que con sus anuncios no dejaban de avivar el fuego antimutante, pero por lo menos le introducía un triste atenuante. Aunque no deja de ser cierto que el que Alpha Flight esté haciendo eso mismo haciéndose pasar por «colaboracionistas» para llevar a cabo una operación de rescate no deja de ser exactamente eso mismo, colaboracionismo, porque aunque saboteen los esfuerzos del Departamento H, al no mostrar oposición directa están permitiendo que el discurso hacia la opinión pública sea el de Orchis. No tiene ni pies ni cabeza, pero ellos sabrán.

Treinta y seis años después, la historia se repite.

Por otro lado, pues sí, curiosamente los miembros del «equipo clandestino» son todos mutantes y se complementan perfectamente con los del «equipo legal», que son todos humanos. Por supuesto, está la excepción de Heather McNeil Hudson -que estoy convencido de que es Némesis- pero lo importante al final es que estamos ante la misma idea de Factor X, solo que esta vez en lugar de entrenar a los rescatados en secreto, los mandan directamente al Imperio Shi’ar a vivir felices nosedonde. No, ni siquiera me molesto en fingirlo, me parece una idea nefasta y tremendamente preocupante, porque quieras que no no solo Brisson está transformando un grupo con su propia identidad (grupo sosainas, sí, lo admito) en otro basado en una premisa nefasta, si no que ahora en vez de «copiar» las historias buenas estamos haciendo remakes de las malas. Unas historias tan malas que ni siquiera sus propios creadores supieron como terminar y por eso pegaron la espantada, porque se notó muchísimo que Michelinie y Layton iban improvisando por el camino sin saber muy bien hacia dónde iban. Alpha Flight puede que vaya en alguna dirección -insisto, solo son cinco números- pero lo que tengo claro es que el viaje es demasiado corto como para que la justificación de la premisa merezca la pena. Que ojalá me equivoque, pero con cinco entregas me da que solo se puede sacar a los centinelas de orchis, desmadrarlos, pegarse con ellos y poco más.

En fin, que seguimos estando en verano y aguantando más de lo necesario…

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