Por fin ha llegado el día, como ningún otro, en el que los héroes mas poderosos de la tierra (algunos de ellos al menos) han unido sus fuerzas de nuevo contra una amenaza común y han renacido los Vengadores. Y es que tras estos últimos años de infausto recuerdo, encadenando etapas cada cual mas soporífera, este primer numero de los Vengadores de Jed Mackay y C.F. Villa han sido mucho mas que un soplo de aire fresco, han sido algo tremendamente necesario. Y es que este primer numero, pese a que ha sido apenas una presentación de la no tan nueva alineación del grupo, me ha devuelto la fe en la serie y me ha dejado con ganas de mas, lo que no es una mala forma de comenzar una serie.
Un comienzo en el que nos encontramos con que tras los eventos del final de la anterior etapa (por los que se pasa un poco por encima) el grupo se reestructura bajo el liderazgo de la Capitana Marvel y regresando a Nueva York con una misión bien clara, salvar vidas. Y este es un punto que aunque un tanto obvio, me encanta como esta enfocado, los Vengadores no deben ser policías, no deben estar ahí sintiéndose por encima de la humanidad tomando decisiones sobre como deben ser las cosas (no son Authority por suerte) sino lanzarse de cabeza al peligro porque son quienes pueden y deben hacerlo. Y es un momento de caracterización aparentemente pequeño pero que dice mucho de las intenciones de esta etapa. (Aparte de que viendo como escribe a Carol aquí espero que Mackay en el futuro pueda encargarse de una etapa de su serie)
Y caracterización es algo que sobra en este cómic en el mejor de los sentidos. Como ha demostrado a menudo en tiempos recientes, Jed Mackay es un escritor que transmite un profundo cariño y respeto por los personajes a los que escribe (incluso cuando se toma ciertas libertades como con esa Clea mas guerrera que nunca) y estos parecen ellos mismos, con la historia al servicio de estos y no al contrario, como sucede mas a menudo de lo que me gustaría. Y da gusto poder leer un cómic en el que cada personaje es reconocible no solo por su aspecto, que actúan como uno espera que actúen, siendo Mackay al mismo tiempo respetuoso con las circunstancias actuales de cada uno y lo que están viviendo en sus series regulares.
Un aspecto en el que también se agradece que aunque el cómic en la superficie tiene mucho de nostalgia, la evolución sufrida por los personajes esta ahí, y Mackay ni los trata como si hubiesen quedado congelados en la época en la que el les leyó por primera vez ni perpetuando una vez mas las historias mas recordadas de cada uno, algo que se aprecia especialmente en dos de mis personajes favoritos, la Visión y la Bruja Escarlata. Mackay aquí no recurre a lo tópico y repetitivo de que Visión no se siente humano o que la Bruja busca redención por sus actos del pasado, todo eso ha quedado atrás, los personajes han seguido con sus vidas, y así es como nos encontramos con Carol recordándole a Visión que el ya no tiene que demostrarle a nadie que esta vivo porque eso es algo que ya ha hecho, y Wanda regresa al grupo no por su conciencia culpable, sino porque los Vengadores han sido algo muy importante en su vida y siempre que necesiten su ayuda la tendrán.
Son detalles aparentemente nimios, pero que en estos tiempos que corren en los que parece que se prima la presunta espectacularidad de la historia sobre la coherencia interna de quienes la protagonizan, se agradece muchísimo que sigan existiendo guionistas como Jed Mackay que combinan un cariño y respeto por el pasado de los personajes con un enfoque que sabe aunar la modernidad con un sabor muy clásico. Y el resultado de todo eso es un numero de presentación que da gusto leer y que deja con ganas de mas.
Un primer numero que comienza con el espectáculo de ver a los Vengadores enfrentarse a un villano como Terminus, que quizás no sea de los mas memorables del grupo, pero que visualmente da mucho juego a la hora de empezar la etapa a lo grande, para dar paso a continuación a la verdadera amenaza. Una de la que advierte a los Vengadores un personaje ciertamente bastante mas clásico. y memorable, continuando la trama que se inicio hace mas de un año en un especial escrito por el propio Jed Mackay y que aunque se ha hecho de rogar (tanto que yo lo había olvidado ya) promete ser interesante.
Y para la ocasión Mackay se reencuentra con un viejo compañero de fatigas, C.F. Villa, con quien ya trabajó en la serie de la Gata Negra y quien no ha dejado de mejorar desde entonces. Aquí demuestra que los Vengadores van a estar en buenas manos, ya que Villa no solo se maneja muy bien en los momentos mas épicos de la historia, sino que también se desenvuelve como quiere en esos momentos mas íntimos que un cómic como este necesita y mucho para no acabar convertido en un espectáculo de mamporros vacío de contenido. Y aunque es cierto que en alguna viñeta que otra se le nota cierto apresuramiento en las caras, yo creo que nos lo vamos a pasar bien con su trabajo.
Con este buen comienzo de etapa y los precedentes por parte de Mackay yo me siento bastante seguro de que estamos ante una nueva era de los Vengadores cuya evolución valdrá mucho la pena seguir. Especialmente porque pro primera vez en mucho tiempo (proyectos especiales aparte) me he leído un cómic de los Vengadores que me ha hecho sentir que efectivamente estaba leyendo un cómic de los Vengadores.