El año pasado hable por aquí de lo mucho que estaba disfrutando con el World’s Finest de Mark Waid y Dan Mora por su forma de contar historias de superhéroes de toda la vida y sin complejos, recordando que la acción y el drama no están reñidos con la aventura y la diversión (A Diógenes no le gustaba pero porque es un soso) Y sin duda a raíz de aquella serie hoy contamos con un nuevo cómic de lo que en la editorial han llamado “Dawn of DC” a cargo de este mismo equipo creativo en el que ambos autores relanzan a un héroe que encaja muy bien con su forma de contar historias y que andaba muy necesitado de un lavado de cara, Shazam (sigh).
Este personaje creado por C.C. Beck hace mas de ochenta años lleva una larga temporada un poco en tierra de nadie en DC Comics, alternando entre un Geoff Johns poco inspirado empeñado en ser casi el único que se encargase de el y su familia y otros equipos creativos que parecía que no sabían que hacer con el ni que lugar darle dentro del Universo DC. Por el camino perdió su nombre (algo que entiendo) y se decidió que debía llamarse Shazam a secas, provocando que en muchas versiones no fuese capaz de decir en voz alta su nombre en código ya que volvería a transformarse en Billy Batson. Y se ve que nadie pensó en recuperar nombres como Captain Thunder (el que originalmente iba a darle Beck en los años 30 y que se ha recuperado de forma puntual en alguna que otra ocasión) o incluso llamarle Capitán Shazam, que suena tan ridículo como apropiado para un personaje como este.
El caso es que entre unas cosas y otras ni siquiera el estreno de sus dos películas consiguió que en la editorial hiciesen algo realmente relevante con el personaje, que pese a tener bastante potencial ha estado languideciendo durante mucho tiempo. Por suerte ahora ha caído en manos de un equipo creativo que casi parece hecho a medida para el personaje, un Mark Waid que es fan suyo desde hace mucho (aunque a veces no lo parezca especialmente si uno lee Kingdom Come) y cuyo estilo clásico le viene que ni pintado, y un Dan Mora que cada día dibuja mejor y cuyo estilo tan moderno y clásico al mismo tiempo, parece haber nacido para dibujar historias como esta.
Lo que nos encontramos aquí es uno de esos regreso a lo básico de manual en el que aunque se respeta la continuidad presente del personaje, (Billy y Mary son los únicos que conservan sus poderes y han recuperado sus trajes clásicos, y los poderes de ella, que vuelve a hacerse llamar Mary Marvel, ahora derivan de diferentes Diosas y no Dioses como sucedía en sus orígenes en la Edad de Oro) este nuevo/viejo Billy vuelve a sentirse como el de antes. Waid y Mora han dejado atrás esas versiones que en ocasiones han querido convertirle en un adolescente excesivamente serio y cargado de traumas (que todavía hay gente que se cree que seriedad es sinónimo de calidad) para que vuelva a ser aquel crio repleto de optimismo y que se divertía siendo un superhéroe.
Un superhéroe al que no se han resistido a cambiarle el nombre una vez mas, aduciendo los propios personajes que hacerse llamar Shazam era absurdo y adoptando ahora el “nuevo” nombre de Capitán (a secas). Un mote surgido como broma por parte de sus hermanos y que ha acabado adoptando de forma mas o menos oficial. Aunque espero que esto sea solo el primer paso y aunque se que no volverán a llamarle Capitán Marvel (aunque para mi ese siempre sera su nombre) confío en que le acabaran añadiendo algo mas, ya sea como los mencionados anteriormente Capitán Thunder o Capitán Shazam o cualquier otra cosa que suene a la clase de idea ridícula que se le ocurriría a un niño.
Y ridículo, en el mejor sentido de la palabra, es lo que nos encontramos aquí, con un Capitán envuelto en aventuras absurdas dignas de su pasado, como esos dinosaurios alienígenas e inteligentes con los que toma el te antes de ayudarles a regresar a su hogar a bordo de su platillo volante. Toda una declaración de intenciones sobre lo que nos vamos a encontrar aquí, un cómic divertido repleto de aventuras y con personajes absurdos que no desentonan con lo que jamás debió dejar de ser el personaje. En definitiva un cómic casi como los de antes y repleto de nostalgia pero para el publico actual que no necesita de conocimientos enciclopédicos para disfrutar de lo que nos están contando.
Pero aunque Waid aquí se encuentra inspirado (que el hombre cuando es bueno es muy bueno, pero cuando no lo es, mejor mantenerle bien lejos) es Dan Mora quien conquista al lector con su espectacular trabajo. Ya hemos hablado a menudo de el por aquí y sin duda lo seguiremos haciendo en el futuro, ya que se trata de uno de esos dibujantes que no dejan de mejorar cómic a cómic. Sus personajes siguen pareciendo casi vivos, dotados de una expresividad digna de Kevin Maguire, su forma de narrar la acción es detallada y emocionante, y de vez en cuando nos regala con composiciones de pagina imaginativas de esas que dan ganas de convertir en posters. Definitivamente Dan Mora es uno de mis dibujantes favoritos del momento y al que espero poder ver algún día encargándose de la JSA o de la Legión de Superhéroes.
Hay que reconocer que DC Comics se encuentra ahora mismo en un gran momento a nivel creativo y que este relanzamiento ligero que han hecho con lo de Dawn of DC de momento esta resultando de lo mas interesante, con cómics alejados de esa tendencia horrible de querer ser “edgies” a cualquier precio y recuperando aquel sentido de la maravilla y el espectáculo que ha solido caracterizar a buena parte de los mejores cómics del genero. Así que crucemos los dedos para que esta buena racha se mantenga y se vayan añadiendo nuevos títulos a esta iniciativa (yo espero con muchísimas ganas la nueva serie de Green Lantern) que buena falta nos hace.