La pregunta no es si Stan Lee creó el Universo Marvel, la pregunta es si Ditko y Kirby hubieran podido crearlo con, yo que sé, Arnold Drake. O Joe Simon, o Roy Thomas, o hasta con Denny O’Neil. Algunos de estos guionistas reconocen la influencia de Lee, otros son influencia directa en el propio Lee y otros ni siquiera han tenido nada que ver con el. Stan Lee estuvo en el lugar adecuado en el momento adecuado, y lo estuvo a costa de más de veinticinco años de frustraciones y soportar a un jefe incompetente que solo tuvo una decisión inteligente en su vida: vender Marvel en el momento en el que le pudo dar más dinero. Porque no, con Martin Goodman Marvel nunca se habría convertido en el gigante potencial que fue adquirido por Disney.
Stan Lee es, probablemente, el editor más influyente de la historia del género de superhéroes. Y ésto es fuerte decirlo, porque tenemos a gente como Julie Schwartz o Mort Weisinger de por medio, pero mientras los inicios del género estuvieron marcados por autores y editores que publicaban lo que fuera, Stan Lee estuvo varios años sacando adelante proyectos que funcionaban que fueron echados por tierra por un jefe completamente inepto. Porque Marvel, Timely, Atlas o como se llamara esa semana, consiguió sacar varios proyectos exitososo durante la administración de Lee, y aunque solo dieran el pelotazo en los 60, lo cierto es que de haber tenido el apoyo de sus jefes habría sido un editor exitoso muchísimo antes. Y sin embargo, en su cara oscura, seguimos teniendo el hecho de que la costumbre de «dejar hacer» a sus autores venía aparejada una lamentable manía por atribuirse el crédito de guionista de casi todos los cómics que editaba, emolumentos incluídos. Y éso es lo que ensombrecerá siempre su figura.
Porque nadie puede negarlo, Stan Lee sabía escribir. Era capaz de caracterizar personajes como casi nadie de sus contemporáneos, las creaciones de Kirby brillaban mucho más bajo sus diálogos y supo ir creciendo con su público, virtud de la que carecen muchos guionistas. Hasta en el Cuarto Mundo de Jack Kirby podemos ver pinceladas de Lee en series como Mister Miracle, que de haber sido publicada en los 50 no tendría el mismo estilo ni por asomo. Stan Lee, el Hombre, cometió el pecado de ser devorado por el personaje, de convertirse en una mascota corporativa que puso por delante los intereses de la empresa. Sí, me creo que él pensase realmente que Spiderman lo creó él «porque la idea era mía», pero no debemos olvidarnos de aquello que le dijo Mark Evanier; «Stan, si a ti se te ocurre una idea para una serie de TV te ganas el crédito como creador, pero primero tienes que guionizar por completo el primer episodio». Y lo cierto es que, siguiendo el método Marvel, Stan Lee nunca guionizó realmente un primer episodio.
Tal vez el único «primer episodio» sea el de series como Hulka o Ravage 2099, pero seguían estando escritas por el método Marvel y eran más un trámite que otra cosa. Desconozco si Ravage 2099, su última serie regular en Marvel, estaba escrita por él en solitario, no he encontrado ninguna evidencia de lo contrario, con lo que podemos tener claro que buena parte de sus deficiencias dependen mucho de que era un cómic para otra época y, sobre todo, que no estaba dibujado por Jack Kirby. Ravage no era un buen cómic ni mucho menos, Lee contaba ya con 70 primaveras y se notaba que había dejado tras de sí sus mejores cómics, pero probablemente a Paul Ryan el método Marvel no debía de venirle del todo bien. ¿Habría sido mejor que la historia la hubiera dibujado John Byrne y su monstruoso ego? ¿O mejor todavía el mismísimo Steve Ditko, al que el propio Tom DeFalco consiguió meter en la misma habitación que Stan Lee para discutir el proyecto y hasta le dió un abrazo, pero que aun así rechazó el proyecto? Stan Lee y Steve Ditko, treinta años después haciendo Ravage 2099. Desde luego, la serie no sé si habría sido el colmo de la posmodernidad, pero habría merecido la pena verla.
Sí, el mejor trabajo de Stan Lee está a finales de los 60/principios de los 70, cuando estaba intentando impresionar a Alain Resnais y demás gente del cine, de los «de la cultura de arriba». Luego ya no, luego ya estaba a otra cosa y parecía estar solo pasándoselo bien, pero hay un proyecto especial entre esa época y Ravage, su última serie regular, que me llama poderosamente la atención: Parábola, con Moebius. Era Stan Lee de vuelta con Estela Plateada -ya lo había hecho otras veces- pero esta vez con un icono cultural del otro lado del atlántico, un artista respetado como Jean Giraud. Stan tenía que currárselo, tenía que ponerse guapo y dar lo mejor de sí, y supongo que lo hizo con Giraud. Dibujada a partir de un tratamiento de seis páginas, Parábola seguramente sea el cómic más moderno de Stan Lee, destilando el aspecto filosófico del personaje y haciéndolo más humano, menos angelical (algo ayudaba que no estuviera Mefisto de por medio) y mostrándonos a un Galactus mezquino que vuelve a la Tierra décadas después con el único objetivo de vengarse de ella, buscando que los humanos se autodestruyan en vez de devorarla. Tremendamente apreciada en su época, Parábola es Stan Lee dejándole hacer a Moebius, con unos diálogos espesos (después de todo es Estela Plateada) pero a la vez naturalistas en cuanto nos vamos a un personaje humano. Lamentablemente es su canto del cisne como guionista.
Stan Lee escribiría más cómics -siguiendo el método Marvel, por supuesto- pero ya no tendrían tanta relevancia. Para cuando a principios de siglo publica en DC su «Just Imagine Stan Lee…» haciendo sus propias versiones de los personajes de la Distinguida Competencia, ya se siente más como una curiosidad puntual que como un cómic serio. Una historia corta en cada aniversario de Spiderman, otra cosita por allá… El personaje ya es más importante que el escritor, y para entonces ya tiene 80 años y ya debería estar jubilado. Sus últimos años no son precisamente agradables, hay mucha mierda de por medio que ni la acabo de entender ni me importa, porque lo que a mi me preocupa es que Stan Lee sí creó el Universo Marvel, y fue mucho más que el simple vendedor de aceite de serpiente que le acusan algunos de ser. El mayor punto negro fue su firme creencia de que el hecho de que escribiera los diálogos se traducia en tener crédito completo como guionista, un vicio adquirido durante sus tiempos de Timely en los que autores como Al Jaffee dibujaban lo que les venía en gana y Stan reescribía cuatro cosas y «nadie» se lo tenía en cuenta, fundamentalmente porque Jaffee siempre reconocío que tenía demasiado miedo para protestar, para defender sus derechos. Si Jaffee y otros tantos hubieran tenido garantías y derechos laborales reconocidos, tal vez Stan Lee hubiera entendido mucho antes que eso que estaba haciendo estaba mal, y tal vez la relación entre Stan Lee, Jack Kirby y Steve Ditko hubiera terminado de otra forma. Y hoy en día podríamos celebrar la vida de Stan Lee sin tener que preocuparnos de las sombras.
Preguntado por el periodista Larry King pocos años antes de su muerte si creía en la vida después de la muerte, Stan dijo «no creo que haya absolutamente nada. Pero lo que no me cabe en la cabeza es que la nada dure para siempre.» ‘nuff said!