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X-Men Classic y las portadas de Mike Mignola: Las ilustraciones perdidas

Classic X-Men fue «la» reedición. Creada en una época de la historia de Marvel en la que ni ellos ni DC solían reeditar sus cómics más que en ocasiones muy puntuales, Classic X-Men supuso una oportunidad única hasta entonces de recoger cómics de diez años antes y recuperarlos para un nuevo público que no podía acceder a leerlos sin pagar precios prohibitivos. Y no solo era eso, también era una edición con extras, con historias complementarias en las que Claremont trataba de perfilar detalles de aquellas historias para adecuarlas a cómics posteriores, llegando hasta a retocar los cómics originales para «restaurarlos» al más puro estilo George Lucas con sus ediciones especiales.

Mignola y P Craig Russell, con eso te lo digo todo.

Pero qué le íbamos a hacer, después de la que le habían liado con el asunto X-Factor, el editor en jefe de Marvel Jim Shooter se la debía a su guionista estrella; X-Factor había salido al mercado a principios de ese año, con lo que la salida de Classic X-Men reivindicando la etapa de Claremont y su papel en el éxito de los mutantes era todo un regalo y un reconocimiento. La serie era una edición cuidadísima que arrancó con bastante éxito de ventas, sobre todo por el reclamo de su material extra, las ya mencionadas historias de complemento a cargo del propio Claremont y John Bolton, un dibujante británico que no se prodigaba mucho por los superhéroes pero que tenía un estilo más introspectivo, que permitía ahondar más en la psique de los personajes y sus motivaciones, llegando aquellos relatos cortos en ocasiones a alcanzar el surrealismo.

¡Que no le gusta a Mignola ni nada una buena escena de posesión!

Y sin embargo, por esto de que a Claremont a finales de los 80 le empezaban a dar palos por todos los frentes y no daba a basto, Classic X-Men empezó a tener historias de complemento en las que no solo ya no estaba Bolton, si no que empezaron a asomar los nombres de Ann Nocenti o hasta de Jim Lee, llegando a desaparecer hasta las contraportadas. Las portadas de Arthur Adams, el dibujante de moda durante el arranque de la serie, habían sido las primeras en desaparecer, con lo que para cuando enero de 1990 la serie llega al final de la Saga de Fénix Oscura la portada la hace el mismísimo John Byrne y la historia de complemento va a cargo del propio Claremont -menos mal- y ni siquiera hay ya contraportada. El siguiente número, con portada de Steve Lightle, tiene la última historia de complemento a cargo de Ann Nocenti y Kieron Dwyer, sirviendo ya el número posterior, el 45, como el último que mantiene el nombre original, porque el siguiente sería ya X-Men Classic, reordenando el nombre de la serie como para indicar que aquello ya no era lo mismo.

¿A alguien le parece raro que Mignola se encargara de la adaptación del Drácula de Coppola?

En España no se editaría esta etapa, porque la serie se canceló con la muerte de Jean Grey para pasar directamente a reeditar el volumen uno de Cómics Forum en lo que se llamó La Patrulla X Segunda Edición. Dicha reedición no duraría mucho y prescindiría de las portadas de X-Men Classic, con lo que por estos lares nos dejaron a dos velas durante años, a pesar de que esas portadas venían a cargo de dibujantazos como Mike Mignola, Paul Smith o Adam Hughes, además de futuras estrellitas como Joe Madureira.

Y esto ya es Hellboy puro, con sus nazis y sus doncellas a rescatar y todo.

Pero como lo que siempre me llamó la atención fue el trabajo de Mignola para ilustrar una de las etapas más sombrías de la serie con El Nido y todo aquello, he decidido ilustrar este articulo con esas portadas, desde el Cuento de Hadas de Kitty en el número 57 hasta la batalla final contra el Nido en el 70; Mignola ya era uno de los mejores dibujantes de la época y ya era el expresionista definitivo, a cinco minutos de arrancar su Hellboy, con lo que la trama le venía al pelo.

 

Otra pequeña joya en la que el minimalismo lo dice todo.

Curiosamente X-Men Classic cerró en el número 110, con la reedición del número 206 de la serie, publicado originalmente a escasos meses (tres o cuatro) de la publicación del primer número de Classic X-Men. Habría sido bonito cerrar el círculo y haber llegado hasta el 210, y también habría sido bonito traer de vuelta a Claremont para una pequeña historia de complemento, hacer algo especial. Pero el cómic se cerró con una portada de Jae Lee coloreada con el torpe color informático de los 90, con el membrete de la oficina mutante de la Marvelution y una pequeña nota de Jaye Gardner, editora de reediciones, comunicándole a los lectores el cierre de la serie y que seguirían reeditando mutantes con X-Men Archives y X-Men Rarities.

Aquí un Adam Hughes que todavía tenía mucha influencia de Kevin Maguire, su referente en la Liga de la Justicia. Portadón.

Ilustrando la nota teníamos una ilustración de Terry Dodson que tiene toda la pinta de que iba a ser la portada de un hipotético 111, porque mostraba precisamente el enfrentamiento entre Logan y Rachel del número 207 de la serie original. Y así es como murió Classic X-Men, por decretazo editorial y sin ninguna ceremonia, como si no hubiera sido una de las reediciones más importantes de la historia del cómic.

Simplemente la serie acabó siendo una víctima más del estallido de la burbuja de especulación del año anterior. Triste, pero es lo que hay.
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