Cuando se publico el primer numero de la actual serie de Strange ya comente la grata sorpresa que habían sido tanto la miniserie que la había precedido, The Death of Doctor Strange, como ese debut de su secuela protagonizado por Clea. Una opinión que durante los meses que han transcurrido desde entonces no ha hecho mas que reafirmarse gracias al extraordinario trabajo de Jed Mackay y Marcelo Ferreira, quienes han conseguido numero a numero realizar una de mis series superheroicas favoritas del momento. Algo que con el quinto numero de la serie, publicado esta misma semana, han llevado un paso mas allá probándome de nuevo que estamos ante una de esas series que hay que leer.
Desde el comienzo de la serie Mackay y Ferreira se han dedicado a establecer el nuevo estatus de Clea Strange como nueva Hechicera Suprema de la Tierra (compaginándolo con sus tareas de Hechicera Suprema de la Dimensión Oscura) y mostrándonos en que aspectos se asemeja y en cuales difiere de su predecesor, antiguo maestro y esposo. En ese territorio han cuidado mucho la caracterización de Clea y su evolución a lo largo de las décadas, viendo como cuando se encuentra entre amigos o ante quienes ha jurado proteger es la misma mujer amable y compasiva que acompañaba a Extraño en sus aventuras, pero ante sus enemigos es una fiera señora de la guerra mucho mas terrorifica de lo que ha sido jamás Stephen.
En ningún momento nadie que conozca al personaje desde hace años (como en mi caso que la descubrí en un Pocket de Ases de Bruguera) puede sentir que esta Clea no es la de siempre, es mas veterana, ha vivido muchas experiencias que la han hecho madurar, pero en esencia es simplemente Clea. y aunque esto es algo obvio que se debería poder esperar de cualquier equipo creativo, sabemos que no siempre es así y que hay demasiados personajes que han tenido la desgracia de caer en manos de alguien que había llegado para contar “SU” historia y que no tenia reparos algunos en dejar al personaje de turno irreconocible para que encaje con lo que quería contar. Por suerte aquí contamos al frente con Jed Mackay, quien en lo puesto de esa mentalidad y que en muy poco tiempo se ha convertido en uno de los guionistas mas interesantes de Marvel (tengo que leerme de una vez su Black Cat). Alguien que ha probado numero a numero que además de ser muy buen escritor es uno de esos que si se toma la molestia de conocer y entender a los personajes que escribe, y que le encanta bucear en su larga historia para rescatar elementos casi olvidados de esta.
Aparte de eso, y como ya señale en su día, se agradece y mucho que por fin Clea disfrute de un protagonismo que se merecía desde hacia mucho, tras décadas siendo relegada a ser una simple secundaria ocasional o en el peor de los casos ser olvidada por completo. Un protagonismo que “tristemente” ahora sabemos que no se debía del todo a que en Marvel (la división de cómics al menos) alguien por fin se hubiese dado cuenta de todo el potencial desaprovechado que tenia Clea, sino a que había planes para utilizar al personaje en el MCU, habiendo debutado por fin en la escena postcreditos de Doctor Strange in the Multiverse of Madness interpretada por Charlize Theron. Otro de esos casos en los que de nuevo el cómic va a remolque del cine (cuando al menos desde un punto de vista creativo debería ser al contrario, pero que en este caso ha sido para mejor ya que nos han devuelto al primer plano a un personaje que hacia mucho que se merecía estar ahí.
Pero dejando a un lado ese merecido protagonismo y el gran trabajo de caracterización y del uso de la continuidad (eso de lo que solo se quejan quienes no saben utilizarla) no podemos olvidar el otro gran eje en torno al cual esta girando esta serie aparte del de establecer a Clea como un personaje de primera linea, ya que aunque esta es la protagonista absoluta de esta serie, su difunto esposo nunca ha dejado de estar presente. Desde el primer numero la nueva Hechicera Suprema ha dejado claro que aparte de proteger la dimensión de la Tierra su principal prioridad es devolver a la vida a Stephen Extraño. Algo que todos los lectores sabemos que sucederá tarde o temprano y que se agradece que por una vez no se juegue a aparentar que es algo definitivo, sino que Mackay juega activamente con la idea de que la muerte en Marvel tiene puertas giratorias por las que todo el mundo acaba pasando. Durante estos cinco números (y en algunas otras series también) hemos visto a Clea investigar cada posibilidad, buscando los métodos por los que tantos miembros de la comunidad superheroica han regresado a la vida.
Y todo mientras irónicamente hacia frente a héroes resucitados como zombies sin mente llamados Revenants, consistentes en multitud de fantasmas desesperados por volver a la vida amalgamados en torno a héroes y villanos igualmente muertos y que parecen trabajar para una organización criminal místico-mafiosa a la que Clea se ha estado enfrentando. Unos enfrentamientos en los que se ha encontrado con el nuevo heraldo de la mismísima Muerte, Harvestman, alguien que no solo estaba encargado de devolver a su lugar a esas almas en pena que trataban de escapar a su destino sino que se había opuesto activamente a la misión de Clea de resucitar a su esposo y que en el ultimo numero de la serie hemos conocido un poco mejor las motivaciones de este. Y a partir de aquí hay SPOILERS del ultimo numero de la serie.
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Tras un enfrentamiento contra el Revenant creado en torno a Randall Spector, el fallecido hermano del Caballero Luna, un Harvestman algo mas amistoso (no todos los servidores de la Muerte van a ser como Thanos) aseguro a Clea que investigaría la conexión entre esos seres y la organización criminal como parte de la misión impuesta por su ama, tras lo cual de nuevo le dejo claro a Clea que aunque tengan ciertos objetivos en común seguirá impidiéndole devolver a la vida a su esposo.
Pero la historia era mas complicada de lo que parecía, ya que al final de este numero nos encontramos de nuevo con Harvestman informando a su señora de sus avances sobre su misión y de como Clea se le adelanto a la hora de ocuparse del ultimo Revenant escapado de su reino. Algo que la Muerte no se toma muy bien ya que considera que Clea se esta sobrepasando en su autoridad y que debe ser corregida, a lo que Harvestmanr le responde que su esposa no debe ser castigada por seguir su naturaleza y que puede haber reclamado reclamado su alma, pero su corazón, el corazón de Stephen Extraño, le pertenece solo a Clea. Si, Harvestman no es otro que el mismísimo Doctor Extraño, quien ha estado presente en la serie desde el primer numero, protagonizando un giro argumental que me tendría que haber visto venir y con el que Jed Mackay ha jugado hasta el extremo con la idea evidente de que Extraño no iba a estar muerto mucho tiempo.
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Por detalles como este estoy disfrutando tanto de esta serie que espero que tenga una larga vida, ya que se trata de esos cómics que prueban que aun se pueden hacer cosas interesantes y divertidas con el genero superheroico, que solo hace falta gente con ideas interesantes y editores que les dejen llevarlas a cabo y que no hace falta reciclar eternamente las mismas cuatro ideas o enlazar un evento tras otro para contar historias que valgan la pena, algo que por desgracia no siempre sucede. Un cómic que ademas nos sirve también de recordatorio de que Jed Mackay es un guionista a tener muy en cuenta y cuya carrera hay que seguir de cerca (y si, me voy a leer ya su Gata Negra, que ya es hora).