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Spiderman contra Lobezno: El Spiderman de Christopher Priest (VII)

Louise Simonson y Ann Nocenti habían escrito algunos números de Web of Spider-Man, por lo que supongo que tocaba devolverles el favor y por eso fue Nocenti la que editaría Spider-Man VS Wolverine, un cómic que en el apartado mutante poca cosa hacía -venía a decir que el «mejor amigo» de Lobezno hace unos años era un tal Charlemagne, ya ves tú- pero con bastante juguillo lo que toca a nuestro amigo y vecino porque después de todo no dejaba de ser un cómic hecho, en las propias palabras de su guionista Christopher Priest, «para joder a Tom DeFalco». Y bueno, ya me conocéis, soy una persona educada que respeta a los demás, pero… ¡Yo a eso me apunto encantado!

¡A por Defalcooooooooooooo!

Puede que ya hayamos repasado el contexto arácnido de este cómic en artículos anteriores -leedlos, que hay salseo de ese que os gusta- pero también hay que valorar la parte mutante; en aquel momento Logan era el personaje sin serie propia más demandado de la editorial y contaba con dos series limitadas, la primera a cargo de Don Chris Claremont y Frank Miller mientras que la segunda estaría otra vez a cargo del primero con Al Milgrom en los lápices, finalizando su publicación a principios de 1985. Y no volvimos a tener un Wolverine en la cabecera de ninguna serie o especial hasta finales de 1986 con la publicación de este especial, el primero que no venía firmado por Chris Claremont. Todo un honor un privilegio, ¿no? Que no es por buscar conexiones raras, pero perfectamente podría ser que la tirria a DeFalco no era algo que solo tuviera Priest, pero sin tener ninguna prueba que confirme o desmienta posibles teorías, yo me callo y mejor paso a otras cosas mientras dejo que eche a volar vuestra imaginación…

No, a Peter Parker no le deben de gustar las pelis de Charles Bronson.

Y en el apartado de los lápices tenemos a Mark D Bright, un dibujante que en aquel momento solo ha tenido una colaboración muy puntual en Spiderman -el número 10 de Web of Spider-Man, en una de las primeras apariciones del Entomólogo- y que tras años de proyectos ocasionales, por fin acaba de conseguir su primer puesto regular en una serie en el Iron Man de David Michelinie y Bob Layton, en la época aquella de la armadura rojiblanca conocida por la época como «transformer» y que hoy en día, vete a saber el porqué, se la conoce como la Silver Centurion, sin que tenga el más mínimo parecido con un centurión. La cuestión es que Bright ya había colaborado con Priest con anterioridad y estaba en la órbita de Michelinie y Layton, por la época muy amigos del editor en jefe Jim Shooter (luego con Valiant ya se les rompió el amor) y así es como no era de extrañar que Bright acabara en un proyecto tan ultrasecreto y que a su vez tenía un perfil tan alto… ¿Y la historia? Bueno, se toma su tiempo para colocar a Spiderman en cierto estado de ánimo; desde su secuencia inicial con el asesinato aparentemente gratuito de dos tenderos del barrio hasta la aparición de un misterioso francotirador en Times Square que no consigue ni vislumbrar, Peter está cada vez más desquiciado. Y tal vez, más allá de joder a DeFalco de todas las formas posibles, ésa sea la excusa narrativa para que tengamos esta escena:

A kiss is just a kiss…

A ver, a nadie le amarga un dulce. Y a generaciones de lectores que velaron armas por el gran conflicto de nuestro tiempo de la rubia contra la pelirroja en favor de la segunda -conflicto que en realidad se dió tras la muerte de Gwen Stacy, porque antes de aquello ella era la novia oficial y punto- aquello era un «hurra» en toda regla, porque llevaban cosa de ocho años desde que los dos cortaron y Peter había estado perdiendo el tiempo con gatas y gente de peor vivir mientras Mary Jane llegaba hasta a desaparecer de la serie durante años. Que nadie se lleve a engaño, desde los tiempos de Gerry Conway todo el mundo sabía que Peter Parker y Mary Jane Watson estaban hechos el uno para la otra, pero todos los editores y guionistas que habían pasado por la serie eran conscientes de que en el momento en el que ambos volvieran a estar juntos la serie iba a volverse mucho más complicada de escribir. Tener a los dos siendo solo amigos, dependiendo el uno del otro y sin dar el último paso para volver a estar juntos era una herramienta estupenda para mantener la llama viva sin mucho esfuerzo, hasta el punto de que muchos nos cuestionamos si es necesario que los dos estén juntos cuando Mary Jane es un personaje que nunca ha funcionado dentro del noviazgo/matrimonio.

MEFISTO WAS RIGHT!

Pero, fuera ya de estas polémicas, lo cierto es que pasara lo que pasase, este beso después de ocho años de incertidumbre tenía que haber sido ganado de alguna forma. Que Peter Parker en ese momento estaba saliendo con la Gata Negra -déjà vú- y que Priest en la propia página desdiga todo esto afirmando que todo era mentira, y que la verdadera novia de Peter era MJ… No hace falta que lo diga señor editor, llevaban años mostrándolo. Sí, ésto iba a cabrear mucho a DeFalco porque no dejaba de ser mearse y cagarse en su propio jardín, pero para colmo de males es el típico gesto gratuito y vacio sin ningún tipo de recorrido posterior, lo que se dice en inglés un «wish-fulfillment», cumplir el deseo de todos sin saber que hacer después con todo ello. Que luego llegara Jim Shooter perdiendo por completo la cabeza y los casara ya es caso aparte, pero lo cierto es que si digo que la saga del Comepecados en particular y la etapa de Priest como editor son la raíz de muchos de los problemas que tendrá Spiderman en décadas posteriores es precisamente por escenas como esta, el querer tener la escena impactante sin saber que vas a hacer con ese cambio de status quo a posteriori. Eso sí, antes de que alguien lo pregunte lo confirmo: sí, éste cómic tiene más escenas de este tipo.

Pues si crees que Spiderman te jode la vida espera a ver lo que te pasa en el resto del cómic…

Y mientras Peter Parker decide dejar de ser Spiderman porque yo que sé, leed el cómic y explicádmelo, porque yo no entiendo nada, Ned Leeds reaparece en Spiderman tras años desde su última aparición con más de dos líneas de diálogo y le explica a J Jameson que los dos tenderos de barrio y todas las víctimas del francotirador de Times Square eran agentes del KGB, y que el tal Carlomagno y su firma dejando un llavero con un corazoncito -chapuza de explicación para que los personajes identifiquen al asesino, por cierto- es el responsable. Leeds quiere hacer un reportaje y Jameson tiene el fotógrafo adecuado para ese trabajo, un muchacho que acaba de decidir que va a dejar de ser Spiderman porque ha besado a cierta pelirroja… Y así es como acaba Peter Parker en alemania, algo que debería haber sido mucho más sencillo que las razones por las que lo está Lobezno.

En mitad de la Masacre Mutante, hace falta ser desgraciado.

Porque lo de Logan es tremendo; en el momento en el que sale este cómic en Uncanny se está publicando la Masacre Mutante, por lo que es imposible que el personaje abandone a su grupo. Priest lo justifica mostrando al personaje meses después de la Masacre de marras, con lo que mientras Tormenta le echa en cara que les deje colgados podemos ver de fondo a uno de los «nuevos» miembros del grupo, Kaos, que resulta que no se uniría al grupo hasta el 219 de Uncanny, publicado unos seis meses después. Aun así, la cronología no acaba de funcionar, porque cuando Kaos se une Logan está en uno de sus retiros en la naturaleza y solo vuelve cuando Tormenta lo obliga a tomar el liderazgo del grupo porque ella tiene que recuperar sus poderes… Cosa que tampoco cuadra con el Annual 11 de X-Men, con la historia aquella de Horda y el cristal aquel de los deseos dibujada por Alan Davis. En fin, que visto lo visto podemos aceptar barco y decir que esto ocurrió durante el «retiro espiritual» de Logan y que Kaos sale en esa viñeta porque estaba de visita o algo. Yo que sé.

Peter dice que ha dejado de ser Spiderman pero se lleva los lanzarredes a Berlín. Chaval, así no se deja la droga…

La escena es completamente gratuita y rara, Lobezno obliga a Peter a salir a saltar por los tejados sin su traje solo para decirle que se largue de Berlín cuanto antes porque la cosa está peligrosísima, y para cuando Peter vuelve a su hotel Ned está muerto, asesinado por unos rusos. No se cuenta por qué lo han matado y la escena enseguida se convierte en una pelea de Lobezno trinchando matones del KGB mientras Peter lo mira todo horrorizado. A Priest no le importa dar razones, salta de una situación a otra y las excusas que da para los cambios, cuando las da, siguen siendo de lo más peregrinas; es un guionista novato y como tal se le nota lo verde que está, pero Ann Nocenti debería haber sido mucho mejor que esto. En cualquier caso tenemos a Peter decidiendo en el último momento que se queda en Berlín para esclarecer el asesinato de Ned, para lo cual acaba comprando un traje de Spiderman en una tienda de disfraces.

Uh, porque mola mucho más el traje negro, ¿no? meterse con un clásico de Steve Ditko, hace falta ser desgraciado Priest!

Tras burlar al rastreador de Spiderman, Logan por fin se reune con su amigo Carlomagno… Que resulta ser una exnovia suya con un casoplón tremendo, pero que como se pasó años trabajando para todos los servicios secretos del mundo, ahora sabe demasiado sobre todos ellos y se la quieren cargar. Él cree que puede salvarla, pero ella es bastante más pesimista, y mientras presumiblemente trata de demostrarle a ella que si está con él puede vivir tranquilamente aunque esté completamente rodeada de gente intentando matarla, aparece Spiderman como un elefante en una cacharrería y provoca una pelea del copón durante la que Charlie desaparece. Para entendernos, aunque el KGB (y la CIA, y el MI5, y hasta el CESID) le envenene la comida lo que quiere en realidad es torturarla en un gulag, cosa que a ella le aterra y por eso prefiere que Lobezno la mate directamente. Y así es como empieza la pelea del cementerio, con Logan tratando de matarla limpiamente y Spiderman interfiriendo porque no le cabe en la cabeza algo así. Para Priest esta pelea es importantísima porque en el planteamiento original de la misma y tras tantas dudas y tortura mental de Peter, Lobezno acababa pegándole una paliza a Spiderman. Pero Shooter «arruinó todo el cómic» dejando claro que la gracia de Spiderman es que era intocable, que Logan no debería conseguir alcanzarle con ninguno de sus golpes. Tanto da, lo importante es que los dos se pegan hasta que Charlie intercepta uno de los puñetazos de Peter y muere… Asesinada por Spiderman.

Directed by Zack Snyder.

Ésta es la paradoja de Snyder, esa escena en la que los apologistas afirman tajantemente que está justificada porque el personaje no tiene otro remedio y los detractores tienen claro que el problema no es tanto que no esté justificada esa muerte, ese accidente, como el hecho de que es el guionista el que lo ha querido llevar a esa situación. A lo largo del cómic hemos tenido a Peter hablando de lo asustado que está ante la violencia de Lobezno, de lo acojonado que está ante tanto asesino queriendo matarlo -como si fuera nuevo- y sobre cómo le cuesta controlar su superfuerza para no matar a alguien. Ya fuera para joder a DeFalco o no, Priest quería esta escena, la buscó desde que empezó a escribir la historia, y la única pregunta que nos queda es si realmente quiere hacer algo con ella. Y es cierto, a lo largo del resto del cómic la usa, Peter es incapaz de pensar en otra cosa hasta la última página. Vale, tiene tiempo para mandarle a Jameson las fotos de la gran pelea, pero que no, que está embajonado y ni siquiera es capaz de decirle que han asesinado a Ned Leeds, al cual mata literalmente para -recordémoslo- joder a Tom DeFalco.

Originalmente el Forastero mató a Ned mientras estaba disfrazado del Duende, pero luego lo vistieron con ropa de calle porque les apetecía o algo.

Las últimas seis viñetas son para Peter y Mary Jane. Siguen siendo amigos y se abrazan. Fin.
Algunos me habéis dicho en los comentarios que os gusta todo el cómic. Otros que os gustan algunas escenas. Lo entiendo. Pero es un cómic la mar de chapucero, el ego del autor se nota en cada página y, en general, marca en gran parte una tendencia que tristemente luego se haría la mar de popular a lo largo de los años posteriores, la de contar la historia que me de la gana y que luego se encarguen los demás. Es cierto que, en el caso de Priest, esto no es cagarse en el convento porque él era el editor y no pensaba dejarlo -aunque tengo todas mis sospechas de que sabía que lo iban a despedir más pronto que tarde- y hasta escribió una secuela a esta historia en Web of Spider-Man 29, en un cómic en el que Peter está otra vez a punto de dejar de ser Spiderman culpándose de la muerte de Charlie y Ned para acabar metido en otra pelea «de bar» con Lobezno en una historia que toma buena nota de Claremont. Por supuesto, a posteriori se explicaría entre Priest y Peter David que Ned Leeds fue asesinado por ser el Duende y el resto ya os lo sabéis.

¡A la rica chapuzaca guapa!

¿Estamos hablando de la peor etapa editorial de Spiderman de la historia? Bueno, otros vendrían que bueno le harían, pero está claro que a Christopher Priest le dejaron la mar de vendido. Iba a ser el jovencito al que el Editor en Jefe iba a proteger y sus guionistas mangonear, vino con ganas de hacer grandes cosas en la serie y acabó haciendo algunas de ellas de manera torpe y chapucera. Spider-Man vs Wolverine es un resumen de lo bueno, lo malo, lo regular y lo peor de esa etapa, una etapa que fue un punto y aparte en la historia de Spiderman. Después vendría el matrimonio, McFarlane, Veneno, los padres robot, los clones, alguna que otra muerte de la Tía May y la destrucción minuciosa y sistemática de todos los secundarios de la serie. La vida de Peter Parker dejó de sentirse como una «vida normal» que contrastaba con las fantásticas aventuras del superhéroe y para muchas generaciones posteriores las grandes historias de Spiderman son Matanza Máxima, Morlun y demás personajes y situaciones que no acababan de cuadrar demasiado en el antiguo Peter Parker, ése que lo más raro que había hecho en su vida es tener cuatro brazos.

Pero desengañémonos, los últimos treinta años de Spiderman son tan Spiderman como los treinta años posteriores…

 

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