Después de lo mucho que disfrute con la anterior miniserie de los Defensores que realizaron Al Ewing y Javier Rodríguez esperaba con unas ganas enormes su segunda incursión en las aventuras del no-grupo mas famoso de Marvel. Una segunda miniserie que ha comenzado su publicación esta misma semana y que ya en su primer numero queda mas que claro que Ewing y Rodríguez siguen en forma en esta suerte de continuación que nos ofrece un reparto (casi) radicalmente diferente de personajes embarcados muy a su pesar en una misión de la que de nuevo depende todo lo que existe. ¿Qué mas se puede pedir?
Stephen Extraño sigue muerto, pero antes de morir dejo preparadas toda una serie de contingencias para hacerse cargo de todo aquello que no había tenido tiempo de resolver en vida. Por eso Adam Brashear, tambien conocido como Blue Marvel, acaba de recibir la visita del ultimo de los hechizos del Hechicero Supremo junto con una serie de objetos que incluye el tarot místico que le permitiría convocar a los Defensores y una advertencia sobre una amenaza inminente en el horizonte. Pero Brashear es un hombre de ciencia, no de magia, y se niega a responder a dicha amenaza con métodos que no domina. Aunque como no tardara en descubrir la magia sigue sus propias reglas y le guste o no los Defensores se han reunido de nuevo y se disponen a embarcarse en un viaje hacia lo desconocido para encontrarse con algo tan peligroso como familiar…
Tener a un equipo como Al Ewing y Javier Rodríguez al frente de un cómic ya es sinónimo de que podemos estar ante algo muy grande, mas si como en este caso estamos ante la secuela de la divertida miniserie que realizaron juntos el año pasado. Y si este primer numero es una buena muestra de lo que esta por llegar creo que de nuevo estamos de enhorabuena porque el comienzo de esta segunda miniserie es de lo mas prometedor.
Pero para no repetirse Ewing y Rodríguez han optado por una alineación radicalmente diferente a la que vimos en la miniserie anterior, y en lugar de un montón de caras familiares de la larga y convulsa historia del grupo, nos encontramos con un puñado de heroes y antioheroes que nunca han sido Defensores pero que conservan ese espíritu del no-grupo de juntar a quienes estén disponibles en ese momento y sean los mas indicados para la misión en curso. Pero aunque nueva, esta alineación es muy familiar para los que llevamos siguiendo la carrera de Ewing ya que aquí nos reencontramos con unos cuantos personajes con los que este ha trabajado en el pasado.
Taaia repite de la anterior miniserie, siendo un personaje creado por Ewing y Rodríguez y que para quienes no la conozcan es la madre de alguien bastante importante. De los Ultimates de Ewing tenemos al propio Brashear y a America Chavez, y Loki es otro viejo conocido suyo a quien escribió en Agent of Asgard, siendo precisamente esta versión del personaje una escapada vía viaje temporal de aquella época concreta. Siendo Tigra y ese personaje que aparece en la ultima pagina los únicos con los que no recuerdo que ninguno de los autores haya trabajado en el pasado pero que probablemente sean de los favoritos de algunos de ellos y que sin duda despertaran la nostalgia de mas de uno.
Aunque este primer numero es solo de presentación, con los personajes reuniéndose a su pesar, algún reencuentro poco amistoso que otro y el encuentro con alguien que podría ser una amenaza o un aliado, Ewing y Rodríguez son tan buenos que consiguen que esto cunda mas que muchos otros cómics con un arco argumental entero. Poco mas de veinte paginas les dan para introducir a los personajes a la perfección para quienes no les conozcan, desde la natural desconfianza de Brashear hacia los grandes poderes y la magia, su lealtad y amistad hacia America Chavez y la actual y compleja situación de esta, al entusiasmo de Loki por crear el caos a su paso pese a intentar hacer el bien y su tensa relación con Chavez. Los personajes están perfectamente definidos y caracterizados, se atan pequeños cabos sueltos en la continuidad que habían quedado colgados y parece que se va a explorar las situaciones de algunos personajes que carecen de serie propia y cuyas tramas igualmente habían quedado en suspenso. Ojala todos los cómics diesen tanto de si como este.
Y luego claro esta, tenemos el espectacular trabajo de Javier Rodríguez. Cualquiera que haya leído en el pasado alguno de sus cómics sabe que estamos ante todo un despliegue visual de primer orden y que de alguna forma, casi mágica, parece ser mejor cada día. Este cómic por supuesto no es una excepción y Rodríguez consigue que incluso momentos cotidianos se conviertan en todo un espectáculo y que nos recreemos en cada pequeño detalle, pisando el acelerador cuando de lo cotidiano nos lleva hacia lo espectacular y lo cósmico y encima coloreándose a si mismo. Por si todo eso fuese poco Rodríguez además sigue poseyendo esa habilidad extraordinaria de “canalizar” la esencia y el sentido del espectáculo de Jack Kirby pero sin copiar a este y siendo fiel a su propio estilo. Así que aunque solo sea por lo visualmente espectacular que es esta miniserie ya valdría la pena darle una oportunidad, pero es encima estamos ante un comic que como ya he dicho se lee muy bien.
Si, es solo el primer numero y Diógenes revoloteara por los comentarios como una cotorra a repetir lo de siempre, pero estamos ante un cómic de Al Ewing y Javier Rodríguez y estos se han ganado con creces que confiemos en ellos, especialmente con un comienzo tan prometedor como el de esta segunda miniserie. Dos autores que espero que sigan colaborando juntos en el futuro ya sea en nuevas entregas de los Defensores o en otros proyectos en Marvel, DC o propios, porque la combinación del talento de ambos es demasiada buena como para no desear que se mantenga durante una muy larga temporada.