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La venganza de Tom DeFalco: El Spiderman de Christopher Priest (III)

Continuamos con nuestro Rashomon particular sobre el Spiderman de Christopher Priest, y si bien las dos entregas anteriores nos habían acercado a la versión de los hechos del editor de Spiderman allá por mediados de los 80, ahora nos toca escuchar la versión del ganador absoluto de todo este juego de tronos, el tipo que acabó de editor jefe de Marvel, Tom DeFalco.

Algunas de las tramas de DeFalco venían de Stern y no se resolverían hasta Michelinie. Y sí, os odio.

La versión de DeFalco es muy directa: lejos de «dejarles hacer en paz», afirma que Christopher Priest fue el editor más maniático y controlador que se haya encontrado en toda su carrera. El ejemplo más claro de esto lo tenemos en la identidad del Duende, uno de los mayores secretos de la serie que venía siendo guardado desde su creación a finales de 1982; mientras que en la administración DeFalco solo el guionista Roger Stern conocía la verdad del secreto, Priest exigió conocerlo desde el minuto uno. Para entonces, DeFalco ya era el guionista y había heredado el secreto de manos de Stern, pero había decidido cambiar su identidad porque, tras tres años de marear la perdiz, la identidad original había quedado un tanto perjudicada (otro día hablamos de Roderick Kingsley y la serie limitada que hizo Stern más de diez años después restaurando la identidad original que él había pensado) por lo que, con todas las bendiciones de Stern, se inventó una nueva… Tomándoselo con mucha calma.

Supuestamente Stern planeaba explicar a posteriori esta escena como que Roderick Kingsley y su hermano Dan compartían la identidad del Duende, aunque Dan lo hacía bajo el influjo de las drogas o algo así.

Porque claro, justo antes de dejarlo por no acabar llegando a las manos con su nuevo editor Danny Fingeroth, Stern había terminado su etapa prácticamente dando por muerto al Duende. No había cadaver de por medio y todo el mundo sabía lo que eso quería decir, por lo que DeFalco muy sabiamente sacó al personaje del tablero unos seis meses que aprovechó para colocar las piezas para la nueva identidad del personaje: Richard Fisk, el hijo del mismísimo Wilson Fisk, Kingpin… Pero por supuesto y continuando la tradición, no se lo contó a absolutamente a nadie, por lo que siguió utilizando al Duende a placer durante los meses posteriores, haciendo que estableciera una alianza con el enigmático jefe mafioso «La Rosa». Ya, ya sé lo que estáis pensando, «¿pero La Rosa no era en realidad Richard Fisk, el hijo del mismísimo…?» y tenéis razón, vaya que sí. Lo que pasa es que el plan original de DeFalco era que La Rosa fuera Roderick Kingsley, justificando así las pistas que Stern había dejado originalmente de la identidad del Duende. El sabrá lo que hacía, lo importante es que mientras hacía todo esto DeFalco ni se planteó por un momento el revelar que el retoño de los Fisk iba por ahi imitando a Norman Osborn, su plan era mantener el misterio el máximo de tiempo posible, con lo que empezó a alargar y alargar la historia del Duende… Y en esto llegó Christopher Priest, sí.

Si esto no es estirar el chicle…

Priest y DeFalco se llevaron hasta peor que yo con M’Rabo. De entrada, el flamante nuevo editor de Spiderman había sido entrenado por propio Jim Shooter y no se andaba con tonterías, por lo que nada más llegar exigió conocer la identidad del Duende. Pero DeFalco no se fiaba del nuevo, por lo que le fue dando largas hasta que lo acorraló en mitad de una charla creativa y, delante de un montón de gente, le ordenó que le contara quién era realmente el Duende, a lo que DeFalco le avisó de que había periodistas delante (Peter David, también presente en esa reunión, no recuerda la presencia de ellos y hasta le parece contradictoria), pero Priest seguía cerril porque él era el editor y blablabla, por lo que DeFalco, una vez consiguió que echaran a los periodistas, acabó dándole un nombre falso: Ned Leeds. Un nombre en absoluto aleatorio, porque DeFalco llevaba un tiempo regateando a su editor y por eso hacía días que se había inventado esa identidad falsa al que llamaba «el Duende de Owsley», por el nombre de Priest en aquel momento, James Owsley. Y así se quedó la cosa también ante los demás guionistas de Spiderman, David y Michelinie, dando por hecho que el Duende era una trama de DeFalco que solo él debía de avanzar o finalizar a su criterio.

La Rosa, que supuestamente «no iba a ser nadie».

Sin embargo, la paz entre DeFalco y Frenz con Priest estaba muy lejos de firmarse del todo; y es que el hecho de que DeFalco le hubiera mentido a Priest provocó que el editor viera todas las escenas en las que salía Richard Fisk como completamente superfluas; ¿para qué carajo estaba sacando al Richard este cuando lo suyo sería sacar a Ned Leeds? Y éso por no hablar de que, siempre según DeFalco, Priest era el pionero del decompressive storytelling y le ordenaba hacer tres números con cada guión que entregaba, además de machacarlos constantemente con fechas de entrega que modificaba a su gusto para hacerlos sentir que estaban siempre entregando tarde, que no llegaban, por lo que acababa contratando montones de números de relleno a cargo de otros autores para llenar los supuestos huecos que dejaban los «retrasos» de DeFalco y Frenz… A pesar de que contaba con unas cuantas historias de ellos ya terminadas. El propio Frenz habla de que la historia en dos partes de Spiderman contra el Señor del Fuego Priest la quiso apartar de la serie regular para convertirla en una novela gráfica o un especial, por lo que mientras tanto publicó una serie de números de relleno… Y en esto último, las fechas coinciden.

Uno de los mejores cómics de Tom DeFalco.

Porque es cierto que tras varios meses con Fingeroth en los que el tandem creativo de DeFalco/Frenz/Rubinstein no falló un solo mes, el primer número editado por Priest es el 264, un número de relleno o fill-in a cargo de Craig Anderson y Paty Cockrum. El 265 sí es un número de ellos, pero el siguiente (266) ya es uno a cargo de Peter David y Sal Buscema, con el 267 a cargo otra vez de David pero con Bob McLeod y el 268 con el tandem creativo de DeFalco y Frenz de vuelta, siendo publicada la historia del Señor del juego en el número 269 y el 270, que no estaría entintado por Joe Rubinstein si no por McLeod. Rubinstein seguiría siendo el entintador habitual de la serie hasta el número 275, que lo dejaría según Priest «por estar cansado de los retrasos de DeFalco y Frenz», no volviendo a la serie hasta el 284, el primero de la etapa Salicrup. Más que cansarse de DeFalco y Frenz, Rubinstein parece que se cansó de Priest y por eso no quiso volver…

Spider-Man VS Wolverine, cómic realizado según David para «cabrear a DeFalco». Y sí, esta escena es el primer beso de Peter y MJ en muchos años, si DeFalco pensaba hacer que estos dos volvieran a estar juntos (que en ello andaba) le había hecho un roto de narices.

Aun así y a pesar de lo que dicen DeFalco y Frenz, más allá del mareo de fill-ins de los primeros meses, no hay más números de relleno en Amazing Spider-Man, por lo que no se entiende que se hable de los retrasos como razón de su despido. Lo lógico sería que todo este embrollo se hubiera producido justo antes del despido de ambos en septiembre de 1986, porque DeFalco -que no Frenz- no falló una sola fecha de entrega en todo ese tiempo. Pero claro, aquí viene otra contradicción entre Priest y DeFalco; mientras el primero afirma que solo se puso a guionizar Spider-Man vs Wolverine después de ser despedido como editor, DeFalco afirma tajantemente que ellos fueron despedidos por Priest una semana antes de que el cómic saliera a la venta. Cómic del que, dicho sea de paso, tanto DeFalco como Frenz no habían oido hablar en ningún momento y supuso toda una sorpresa para ellos cuando se encontraron que en él Ned Leeds moría asesinado. Frenz, por supuesto, considera que todo ese secretismo era un plan de Priest para sacarlos de quicio. Pero aun así pasa lo dicho, que Spider-Man vs Wolverine se puso a la venta en noviembre de 1986, dos meses después de que se publicara el 284, el primer número de la etapa Salicrup, por lo que veo complicado que fueran despedidos «una semana antes de la publicación de Spider-Man vs Wolverine».

Un cómic editado por la oficina mutante de Ann Nocenti y dibujado por un autor que no había trabajado en Spiderman pero que en aquel momento sí que lo estaba haciendo con Michelinie, Mark Bright.

Que también es posible que les estén bailando las fechas, que vieran pruebas de imprenta o algo parecido, pero lo normal en aquellos años era que los cómics fueran enviados a imprenta un mes antes y no tres o cuatro, porque el primer número de Salicrup indica tanto el despido de DeFalco/Frenz como el del propio Priest. Es más, el despido de Priest no fue inmediato, porque según cuenta Peter David antes se lo llevó a comer para discutir una posible nueva identidad para el Duende una vez ya se había sacado a DeFalco de encima… Revelándole que en el especial Spider-Man vs Wolverine se iba a asesinar a Ned Leeds. David, completamente confundido, le preguntó por qué se metía en semejante berenjenal matando a Leeds, y Priest le contestó que todo era para «molestar a DeFalco». Visto así, Priest estaba siendo un pelín bastante niñato, sobre todo teniendo en cuenta que DeFalco no quería que Leeds fuera el Duende y la situación lo único que hizo fue demostrarle lo que había venido pensando desde el principio, que no se podía fiar de Christopher Priest.

Ned Leeds apareció muerto sin ninguna razón aparente, completamente fuera de cámara. Anticlimático es decir poco.

A todo esto, Jim Shooter jura y perjura que no se enteró de nada. Años después, cuando le contaron toda esta historia, se sorprendió como el que más, y niega haberle pedido a Priest que despidiera a DeFalco en ningún momento. Va más allá y afirma que DeFalco era un editor estupendo a la hora de mantener sus fechas de entrega y que por eso lo convirtió en su ayudante, para que entrenara a sus demás editores a llevar bien las fechas de entrega. Aun así, DeFalco le guarda cierto rencor a Shooter por no haber intervenido en el asunto y haberse limitado a mantenerse a un lado y decir que le estaba dando a Priest «suficiente cuerda para ahorcarse», pero también recuerda como Shooter le pidió explicaciones cuando se enteró de que Priest lo había despedido de Amazing… Y acto seguido despidió a Priest; que ojo, aquí Shooter coincide con Priest, el despido ambos lo vieron con alivio, y el contrato que obtuvo el segundo como escritor le supuso alejarse del bullpen y un buen aumento de sueldo. Aun así, en todo esto nos queda un pequeño fleco, porque Priest niega haber tenido nada que ver en la decisión de que Ned Leeds fuera el Duende… A pesar de que todos los demás interfectos afirman que un cuerno, includo el escritor del 289 de Amazing Peter David, el cómic en el que se zanjan todos los interrogantes desde casi la etapa de Denny O’Neil y se revela por fin la identidad del Duende… Con catastróficos resultados. Pero aun así y aunque David diga que seguía los designios de Priest, ése cómic ya es completamente de Salicrup.

El último número de DeFalco y Frenz, el primero de Salicrup y el que da inicio a la guerra de bandas, lleva diálogos de Priest.

Ya lo único que me queda por contaros es que durante años Priest pensó que una mano negra -del flamante nuevo editor jefe Tom DeFalco- estuvo interfiriendo sus guiones de Web of Spider-Man y canceló su Conan Rey a pesar de que la serie iba bien de ventas, y que por eso dejó Marvel. Admite haber hablado con DeFalco quince años después y que le negó esa interferencia, cosa que él cree y que por eso lo ha dejado estar, pero aun así… Web of Spider-Man 30 sale a la venta en septiembre de 1987, cinco meses después de que Shooter fuera despedido y sin que DeFalco tuviera mucho tiempo para meter mano. Conan The King es cancelada en su número 55 con salida en julio de 1989, con lo que si alguien le tenía tanta inquina a Priest como para querer cargárselo se esperó lo suyo. Puede que Priest fuera un grano en el culo de DeFalco y DeFalco en el culo de Priest, pero, a pesar de que el peso de la mayoría está en contra de Priest, lo cierto es que el baile de datos y fechas de ambas versiones hace que todas ellas pierdan verosimilitud. Aun así, tenemos que recordar que tanto DeFalco como Frenz o David eran bastante más mayores que Priest, que contaba con 23 años cuando se desplegó toda esta bronca y su inmadurez debía haber sido supervisada por su editor ejecutivo Tom DeFalco y, por supuesto, por su editor jefe Jim Shooter. El haber dejado que el conflicto se alargase hasta el punto de ruptura le da cierta razón a Priest -y a DeFalco, no lo olvidemos- cuando mantiene que en realidad todos estaban deseando ver como se estrellaba…

Hombre, tanto como «una mujer que me importaba un montón» no diría yo, ¡que pasabas de ella lo más grande!

Pero bueno, tampoco seamos tan negativos. La semana que viene vamos a enfrentarnos -esta vez sí- con la gran obra de la etapa Priest, con la Muerte de Jean DeWolff. Y Stan Winston no va a ser el único que vaya con la escopeta cargada…

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