El lunes cuando hablaba de su Historia del Universo DC me lamentaba de que George Pérez, pese a haber tenido una larga carrera en la que pudo dibujarlo prácticamente todo en Marvel y DC, no hubiese podido dibujar mas aun. Todos hemos podido disfrutar de sus Titanes, su Wonder Woman, Vengadores, 4 Fantásticos, JLA, y un larguísimo etcétera, series en las que no siempre tuvo largas etapas pero en las que dejo huella. Pero aun así hubo incontables grupos y personajes que estuvieron huérfanos de su talento, a los que jamás dibujo excepto como cameo en algún gran evento. Y entre ellos casi se encuentra un grupo mítico como la Patrulla-X, grupo al que exceptuando alguna portada variante o pin-ups aquí y allá, solo dibujó en una ocasión, en el tercer anual de la serie escrito por un Chris Claremont que hizo una historia a la medida de este grandísimo artista y que hoy vamos a recordar.
La premisa de este anual es bien simple, los anillos de energía que proporcionan a Polemachus, el mundo de Arkon, luz y calor están fallando una vez mas, y como en ocasiones anteriores este viaja a la tierra para buscar allí algo o alguien que revitalice dichos anillos. Y dado que en esas ocasiones anteriores ya se había enfrentado a los Vengadores y a los 4 Fantásticos, ahora le tocaba chocar con la Patrulla-X. Y ya que para variar el orgullo de Arkon le impide una vez mas limitarse a pedir ayuda y sigue usando mas la fuerza que la diplomacia, ante la ausencia de Thor (muy ocupado con la llegada de los Celestiales) Arkon decidió secuestrar a Tormenta con la esperanza de que su control sobre los elementos fuese tan poderoso como el del Dios del Trueno.
Pero la historia no necesitaba ser mas que lo que es, una aventurilla autoconclusiva que leyéndola da la impresión de que Claremont escribió para que George Pérez pudiese lucirse a gusto. Así es como pasamos de momentos tan clásicos como una sesión de entrenamiento en la Sala de Peligro que se sale de madre, una gran pelea provocada por malentendidos y la estupidez y cabezonería de Arkon, y un viaje a Polemachus en el que Pérez pudiese dar rienda suelta a todo su talento dibujando mundos exóticos, grandes ejércitos y criaturas monstruosas. Un trabajo en el que el dibujo de Pérez, al ser entintado por Terry Austin, el entintador habitual de John Byrne en aquella época, se asemeja tanto al de este ultimo (algo sin duda buscado por Marvel) que a mi personalmente me da algo de pena que Pérez no reemplazase a Byrne cuando este dejó la serie un par de años después (aunque nunca me quejare de que regresase Dave Cockrum).
Y aunque es cierto que acostumbrado a verle entintado por auténticos clásicos como Dick Giordano, Jerry Ordway o Romeo Thangal entre otros, el Pérez que vemos aquí resulta un poco diferente, no por ello es menos espectacular de lo que fue siempre. En sus manos en esa sesión en la Sala de Peligro se aprecia ese talento y minuciosidad de Pérez a la hora de reflejar la destrucción en todo su esplendor, esa atención al detalle a la hora de dibujar cada pequeño trozo de escombro que fue una de sus principales marcas de fabrica.
Tan espectacular si cabe como ese momento posterior en el que la Patrulla-X, creyendo que su compañera Tormenta ha sido asesinada ante sus ojos, deja salir toda su rabia ejemplificada a la perfección en Coloso, quien pese a ser durante mucho tiempo uno de los miembros del grupo mas amigable e inocente, en su enfrentamiento contra Arkon no tiene mucho que envidiar a Lobezno.
Pero es cuando el grupo viaja a Polemachus para rescatar a Tormenta cuando Pérez lo da todo. Un viaje que comienza con una viñeta a toda pagina en la que la Patrulla-X aparece en medio del impresionante palacio de Arkon rodeados por su ejercito en un escenario digno de cualquier cómic de Conan en el que es difícil no detenerse un momento para contemplar cada detalle. Pérez podría haber tirado por lo fácil, abusar de primeros planos, mostrar solo lo justo de ese lugar, pero eso no iba con el. La arquitectura del palacio esta cuidadísima y llena de detalles enrevesados del mismo modo que las armaduras de los guerreros de Polemachus, elementos que le aportan una gran autenticidad a ese escenario que no es mas que un simple respiro para la batalla que se avecina.
Batalla que como no podía ser menos es tan multitudinaria como espectacular (pocos dibujantes se sintieron tan cómodos como el dibujando cantidades ingentes de personajes), con la Patrulla-X abriéndose camino entre interminables hordas de guerreros mientras se nos descubrían nuevos lugares de ese palacio tan detallados o mas que lo que ya habíamos visto.
Mientras el combate se recrudece Coloso roba una montura alada a uno de sus adversarios para poder simplemente porque la escena queda de miedo. Criatura que con ese color verde que le dio Glynis Wein/Oliver (quien también esta espectacular en este cómic) es difícil no acordarse de Gar Logan, a quien Pérez comenzaría a dibujar un año mas tarde en The New Teen Titans transformado alguna que otra vez en criaturas similares. Algo de lo mas apropiado teniendo en cuenta lo muchisimo que le debían los Titanes a la Patrulla-X.
Y como era de esperar el malentendido se aclara, Arkon por fin explica la precaria situación de su mundo y siguiendo el ejemplo de Tormenta, quien había aceptado sacrificar su vida para salvar a los habitantes de Polemachus, sus compañeros deciden ayudar a este mundo con la esperanza de que combinando sus habilidades nadie tenga que morir, algo que para sorpresa de nadie consiguieron.
Este anual de la Patrulla-X no pasará a la historia como uno de los momentos claves o memorables de la historia del grupo (si exceptuamos que fue aquí, “fuera de plano” cuando Arkon le regaló a Cíclope algunos de sus relámpagos que años después el grupo utilizo para viajar a Asgard para rescatar a los Nuevos Mutantes de las intrigas de Loki), es simplemente una entretenida nota a pie de pagina con la que pasar un buen rato pero que nos permitió soñar con lo que podría haber sido una Patrulla-X dibujada por George Pérez. Pero aunque nos tengamos que conformar con este simple cómic, seguimos teniendo otros miles en los que Pérez demostró una y otra vez porque siempre será uno de los mas grandes del cómic.