Como nunca me cansare de decir por aquí, cualquier cómic que escriba Al Ewing debería ser una lectura casi obligada y mas si como en este caso trabaja junto con alguien como Javier Rodríguez que también se ha ganado con creces la misma condición. Dos enormes autores que nos han traído de regreso el concepto de los Defensores clásicos como ese no-grupo de casi desconocidos a los que el Doctor Extraño recluta para detener alguna amenaza ante la que ni sus poderes son suficientes. Y eso es lo que nos encontramos en esta miniserie que de momento esta resultando apasionante y visualmente espectacular. Así que no me enrollo mas y dejare que el trabajo de estos dos grandes hable por si solo (en realidad tengo que seguir escribiendo un poco mas porque Diógenes no me deja hacer artículos de ciento y pico palabras).
Cuando un villano utiliza la mas oscura y peligrosa de las artes místicas para retroceder en el tiempo, corregir sus errores y regresar triunfante, el Masked Raider se ve obligado a recurrir a un experto en esos temas, Stephen Extraño. Y es tan grande esta amenaza que el Hechicero Supremo, sin tiempo para buscar a los aliados apropiados para esta misión se ve obligado a tomar medidas desesperadas y dejar que su magia reclute a unos nuevos Defensores y juntos impedir que desaparezca todo lo que existe…
Lo dije al principio y lo volveré a decir, cualquier aficionado al genero superheroico debería leer todo lo que escriba Al Ewing, ya que a día de hoy es de lo mejor que tienen en Marvel (hasta que se dedique en exclusiva a eso del substack), por su capacidad de modernizar conceptos clásicos y su habilidad para utilizar esa herramienta tan denostada por muchos llamada continuidad. Y si encima hablamos de un cómic como este en el que contamos con un Javier Rodríguez mas espectacular que nunca, que ya es decir, estos Defensores son el mejor ejemplo de que ha día de hoy se siguen haciendo grandes cómics incluso en las “dos grandes”.
Un cómic en el que como decía arriba Ewing juega con sus principales armas, rescatar elementos semi olvidados de la continuidad y actualizarlos. Así nos encontramos no solo con la idea clásica de que Extraño tienen que reunir a un grupo de héroes para formar unos nuevos Defensores para ayudarle en su misión, sino que lo hace utilizando el mismo tarot que utilizaba en sus tiempos de los Secret Defenders (solo que con héroes menos urbanos que en los 90). Y aquí nos encontramos con una alineación de lo mas peculiar en la que nos encontramos desde auténticos clásicos como Estela Plateada, a personajes como Betty Ross/Harpía ocupando el lugar que antaño ocupaba su ex-marido, Nube, quien perteneció ya en el pasado a una encarnación de los Defensores (los de Dematteis) o misteriosos personajes como el nuevo y extremadamente misterioso Masked Raider, creado entre el propio Ewing y Mike Deodato Jr, y de quien quizás por fin podamos saber algo mas, mas un peculiar y sorprendente sexto miembro que es mejor conocer leyendo el cómic.
Y entre Defensores que aúnan elementos de casi todas sus eras y una multitud de amenazas que nos remiten a etapas clásicas de series como las del Doctor Extraño, los propios Defensores de los setenta o incluso trabajos relativamente recientes del propio Ewing, nos encontramos con un divertido cómic con sus raíces firmemente enraizadas en la Marvel mas clásica pero enfocado a los tiempos modernos. Amenazas mas grandes que la vida, un viaje a lo largo y ancho de todo lo que existe, ha existido y existirá, misterios, sorprendentes revelaciones, personajes que parecen ellos mismos (como se echa eso de menos demasiado a menudo en muchos cómics actuales) y el convencimiento de que a Al Ewing y a Javier Rodriguez deberían encargarles hacer una serie regular del Doctor Extraño.
Aunque nada de esto seria posible si no fuese por el enorme trabajo de Javier Rodríguez, quien se reúne de nuevo con Ewing tras su trabajo juntos en Royals (protagonizada por la Familia Real de los Inhumanos). Decir que Rodríguez aquí está espectacular es quedarse muy corto, y eso que hablamos de un dibujante que ya se ha puesto a si mismo el listón muy alto y aun así es capaz de superarse con cada nuevo trabajo. Y es que este es uno de esos cómics en los que me gustaría saber mas de dibujo para poder expresar adecuadamente lo que es capaz de transmitir aquí Rodríguez, un dibujante que a día de hoy es de los que mejor han sabido seguir la estela de grandes como Jack Kirby o Steve Ditko a la hora de plasmar sobre la pagina mundos y conceptos imposibles.
No hay una pagina en la que uno no sienta el impulso de quedarse un buen rato contemplándola, dejándose maravillar por cada detalle. Y es que la imaginación y el talento de este son tan grandes que es imposible no quedarse embobado por como maneja la composición de sus paginas sin que la narrativa sea confusa en ningún momento, por como juega con esas onomatopeyas que algunos consideran que deberían desaparecer de los cómics modernos o por conseguir incluso que un par de paginas de dos personajes simplemente bebiendo te mientras conversan sean apasionantes. Y cuando a todo eso, que no es poco, le añadimos esa habilidad para crear lo imposible y que resulte creíble y ser además un colorista excepcional, esta claro que Javier Rodríguez es otro de esos creadores cuyos trabajos deberían ser lectura obligada.
Un cómic que además de servir para dejarnos con la boca abierta, sirva también para desvelarnos un poco mas sobre las motivaciones e identidad del misterioso Masked Raider. Un personaje que desde que fue introducido en el especial Marvel Comics #1000 hace dos años y pico, como si fuese a ser un personaje fundamental en el Universo Marvel, ha brillado por su ausencia hasta ahora que su co-creador Al Ewing le ha recuperado en esta miniserie y seguimos sabiendo tan poco sobre el como entonces. Así que espero que Ewing tenga aquí, o en algún próximo proyecto, la oportunidad de revelarnos la verdad sobre este personaje y no se quede en una de esas ideas curiosas que nunca llegan a desarrollarse por culpa de los designios editoriales o de las pandemias mundiales. Que se suponía que el año pasado era cuando se iba a revelar la verdad sobre este, pero con tanta serie cancelada o pospuesta se ve que no había prisa por poner el foco en este personaje.
Creo que poco mas me queda por añadir sobre esta miniserie de la que sus cinco números se me van a hacer muy cortos, así que crucemos los dedos para que a esta la siga una segunda miniserie, serie regular o cualquier otro trabajo conjunto de estos dos grandes, que aunque suene un tanto egoísta nos merecemos disfrutar de cómics así. Así que lo que toca es disfrutar de este gran cómic y desear que mas series sigan este modelo, que el genero superheroico necesita menos portadas variantes o sagas interminables con infinidad de ramificaciones y mas cómics inteligentes y espectaculares que puedan leerse por si mismos.