Aprovechando que hoy termina Wandavision nada mas apropiado que reseñar un cómic que ha salido esta misma semana en el que podemos disfrutar de las aventuras de uno de sus protagonistas, el pequeño Billy Maximoff en su versión reencarnada/adulta de Wiccan. Un cómic que es además un tie-in con el crossover del momento, King in Black, aunque como sucede con muchos de estos especiales su relación con el mismo es tangencial, por no decir irrelevante para el mismo, pero como he aprendido después de décadas siendo fan de Hawkman, uno acaba por aceptar cualquier pequeña aparición que tus personajes favoritos tengan, y a falta de serie regular de los Young Avengers, esto sirve para apaciguar un poco esa ausencia. Así que vámonos a una galaxia muy lejana para acompañar al Rey del Espacio y a su Mago de la corte y esposo en una luna de miel muy ajetreada y llena de simbiontes.
Después de salvar el Universo de la amenaza de los Cotati la vida en la corte real de la Alianza Kree-Skrull se ha vuelto algo monótona y aburrida para el Emperador Hulkling y su marido y Mago Real Wiccan. Por eso cuando el Imperio Shi’ar les ofrece, para fortalecer los lazos diplomáticos entre sus imperios, una semana de vacaciones para celebrar su luna de miel en uno de los complejos turísticos mas lujosos de Chandilar no se lo piensan demasiado antes de aceptar. Pero cuando Knull decide que en el universo no puede haber mas rey que el y envía un ejercito de simbiontes para acabar con la pareja estos tendrán que asumir una vez sus facetas de superhéroes para proteger a los inocentes y evitar el avance del Rey de Negro.
Cuando uno es fan de personajes de los inmensamente populares como Spiderman o Batman tiene garantizado tener como mínimo una serie regular mensual (ocasionalmente mas de una) mas constantes apariciones en las series de otros personajes, miniseries paralelas o apariciones de cierta importancia en buena parte de los eventos de la editorial de turno, una oferta abundante en la que suele haber para todos los gustos. Pero cuando uno es fan de personajes un tanto oscuros como me suele suceder con Hawkman, la cosa ya se complica y uno acaba por aceptar conformarse con apariciones puntuales aquí y allá y muy de vez en cuando, y no en todos los casos, incluso una serie regular de corta duración. Una situación en la que se encuentran Wiccan, Hulkling y buena parte de los Young Avengers y por la que especiales como este King in Black: Wiccan and Hulkling los recibo con bastante ilusión porque es literalmente mejor que nada.
Y tras leerme el especial se puede decir que mis expectativas sobre el mismo se han cumplido a medias. La historia es divertida, es una secuela directa de lo sucedido en Empyre y supongo que enlazara con el papel de los personajes en la nueva etapa de los Guardianes d la Galaxia donde se unirán al grupo, el dibujo de Luciano Vecchio es muy bueno (aunque puedo entender que no para todos los gustos) y como todo tie-in que se precie no solo es bastante irrelevante para el evento principal sino que este a su vez tampoco afecta demasiado a lo que se cuenta aquí (si uno cambia a los Simbiontes de Knull por Eslizoides del Nido por ejemplo la historia se quedaría prácticamente igual). Aunque si que es cierto que por culpa de esa participación en el evento (y la nula importancia que tienen Wiccan y Hulkling en el mismo) hay una escena al final del especial que no resulta demasiado coherente y que va muy en contra de la caracterización de los personajes, un problema este ultimo que se deja notar un poco en otros aspectos del cómic.
El cómic en si es bastante directo y en el Tini Howard no se ha complicado demasiado la vida (como para hacerlo con estos tie-ins de relleno sacacuartos) Wiccan y Hulkling se van de luna de miel, Knull se cabrea porque no quiere que haya otro “Rey del Espacio” (cuanto se parecen el y Diógenes en eso) y envía a un ejercito de simbiontes, incluidos unos cuantos soldados del Imperio que han sido poseídos, para acabar con Hulkling y todo el que se ponga por delante. Que teniendo en cuenta que Knull ya iba arrasando cada mundo que se cruzaba en su camino esto parece un poco redundante, pero no soy yo quien para discutir los métodos de genocidio de dioses primigenios. El resto discurre por los caminos habituales de este tipo de historias, los simbiontes atacan a todo lo que se mueve, Wiccan y Hulkling hacen gala de su faceta de superhéroes para proteger a los inocentes y Lauri-Ell, la nueva Acusadora (y medio hermana de Carol Danvers), tiene que dividir su atención entre proteger a su Emperador y ayudar a este a salvar vidas. Acción superheroica bastante clásica donde los malos son derrotados y los héroes salvan el día sin que se pierdan vidas inocentes, sencillo, directo y divertido aunque algo insustancial.
Mi único problema con este cómic reside en ciertos aspectos de la caracterización de Wiccan y en cierto elemento del final que estropean un tanto el disfrute de este especial. Y es que tras años de evolución en los distintos volúmenes de los Young Avengers, New Avengers y Empyre, Wiccan se había convertido poco a poco en alguien serio y seguro de si mismo y bastante maduro, mientras que aquí en mas de una ocasión es retratado casi como un adolescente salido que solo quiere quedarse a solas con su marido para llevárselo a la cama, algo que no había sido ni en los primerísimos tiempos de los YA de Alan Heinberg y Jim Cheung (que vale, en aquellos años Marvel no les hubiese dejado mostrarle salido, pero no actuaba tan crio como aquí) Llegando la cosa al extremo de mostrárnoslos incluso tomándose un descanso en medio de la batalla para beber champan en su habitación como si no estuviesen sufriendo un ataque a gran escala. Una imagen de los personajes que contrasta demasiado con otro especial que pudimos leer el año pasado, Lords of Empyre: Emperor Hulkling, en el que Anthony Oliveira (con una ayudita de Chip Zdarsky) nos ofrecieron unas versiones de ellos bastante mas coherentes con ellos mismos y con todo lo que habían vivido.
Aunque peor es ese final en el que tras derrotar a los simbiontes que Knull había enviado para acabar con ellos, salvar a los turistas y personal del complejo de vacaciones y regresar a la capital de su imperio, Hulkling y Wiccan son informados de que Knull se dirige a la Tierra y que esta sigue en peligro, su reacción es… aprovechar que Lauri-Ell por fin ha pillado que quieren quedarse a solas y empezar a quitarse la ropa. Wiccan tiene en la tierra a sus padres, a Wanda, su hermano Tommy, ambos tienen multitud de amigos y seres queridos que se enfrentan a la invasión de un dios tan antiguo como el universo y un ejercito inagotable de simbiontes, y parece que les da igual, y eso no tiene sentido. Que yo puedo entender que si Donny Cates no tiene planes para utilizar a los personajes en el evento principal no sepan bien que hace con ellos aquí, pero Tini Howard ni se molesta en hacer que ambos héroes muestren algo interés, que menciones que se van a teletransportar allí para echar una mano, o enviar la flota, algo, lo que sea, pero no hacer que los personajes actúen como si les diese igual solo porque están cachondos.
Pero problemas de caracterización a un lado, en este cómic sin duda lo que mas destaca es el trabajo de Luciano Vecchio (junto con el colorista Espen Grundetjern), un dibujante con un estilo muy personal deudor del manga y los dibujos animados, que aunque puedo entender que no sea de gusto de todo el mundo yo he ido apreciándole cada vez mas y da gusto ve su trabajo cada vez mas (y que ya se había encargado de estos personajes en una entrañable historia publicada en el especial Marvel’s Voices del año pasado) Vecchio parece que ha nacido para dibujar alienigenas grotescos y ciencia ficción y es todo un placer ver de lo que es capaz con estos personajes y escenarios.
Sus simbiontes casi parecen líquidos y viscosos, tiene mucho arte a la hora de diseñar alienigenas extraños y naves espaciales, siendo una autentica lastima que no tuviese mas espacio para explayarse en esos aspectos (ya están tardando en darle una serie regular donde pueda explotar esa faceta suya). Pero estilismos a un lado Vecchio también se desenvuelve como quiere a la hora de retratar la acción, peleas bastante dinámicas, acción que puede seguirse casi sin necesidad de diálogos gracias a un manejo del lenguaje corporal y la expresividad que no se ve entorpecido en ningún momento por ese acercamiento suyo a un estilo tan “cartoon”. Y aunque a partir del mes que viene podremos disfrutar de su talento en la nueva etapa de Champions, espero que no tardemos demasiado en verle de nuevo dándonos su visión del lado mas cósmico del Universo Marvel porque ahí encaja muy bien.
Así que aunque el cómic flojea un poco en ese final (algo hasta cierto punto comprensible dada la naturaleza intrascendente de estos tie-ins) no deja de ser una lectura entretenida con la que pasar un buen rato si uno es fan de los personajes (motivo por el que Diógenes no se lo ha leído ni se lo piensa leer) y con un dibujo cojonudo. Un especial que también es un poco un clavo ardiendo al que agarrarme con la esperanza de que Marvel no se olvide de los personajes y los utilice mas a menudo, que ya han pasado siete años desde que los Young Avengers tuvieron serie propia y es frustrante tener que ir conformándose con apariciones sueltas aquí y allá de sus protagonistas. Aunque por suerte Al Ewing se esta ocupando de eso y en sus Guardianes de la Galaxia vamos a poder disfrutar dentro de nada de la presencia de Wiccan, Hulkling y Noh-Var en el grupo, que no es lo mismo pero es un buen primer paso (tocara esperar a que les den su serie de televisión en Disney+ para que recuperen su cabecera propia)