Ya he comentado por aquí lo poco que me había gustado el comienzo de la Legión de Superhéroes de Brian Bendis, y pese a que me había prometido a mi mismo ignorar esta etapa hasta que esta llegue a su fin y pase a manos mas competentes (con lo que molaba Bendis antes) y con suerte sea reseteada de nuevo. Una etapa que desde sus inicios se había caracterizado por una aparente improvisación, caracterizaciones genéricas y un cambio tan radical en las personalidades y relaciones existentes entre los Legionarios que casi parecían obedecer mas a un afán de no tener que molestarse en documentarse que en tratar de aportar algo de interés a esta nueva versión. Pero pese a todo he picado, he leído los últimos números y me he encontrado con que Bendis ya no es que no tenga en cuenta el trabajo de sus predecesores, es que ya no tiene ni en cuenta el suyo propio y eso es un poco mas grave.
Ya a finales del año pasado comentamos por aquí esa extraña improvisación que parecía existir en la Legión de Bendis en la que nos encontrábamos con personajes que cambiaban de color de piel de forma inconsistente entre los diferentes materiales promocionales que proporcionaba DC, los avances de los propios cómics y estos, como si hasta el ultimo minuto Bendis no tuviese claro que era lo que quería hacer con los personajes. Algo que empeoro tras leer los primeros números y tener claro que Bendis no parecía querer molestarse en documentarse y que estos Legionarios se parecían a sus versiones anteriores (que han sido unas cuantas) en el nombre en código y poco mas, cambiando orígenes, relaciones y dándoles a la mayoría de ellos una personalidad genérica intercambiable que no ayudaba mucho a interesarse por los personajes. Eso si, no le faltaba tiempo para comentar que había convertido a algunos amigos suyos en personajes de la Legión.
Pero la Legión es un grupo que me gusta demasiado y al final la curiosidad fue mas fuerte que el sentido común, por lo que acabe leyéndome unos cuantos números de los que me había perdido y me encontré con la desagradable sorpresa de que no solo los problemas de los primeros números seguían ahí, sino que ademas Bendis había llevado esa improvisación hasta el extremo de empezar a contradecirse a si mismo en menos de un año, dando la impresión de ir cambiando cosas a lo loco a medida que se le ocurrían ideas mejores y tomando por el camino alguna decisión que otra un poco cuestionable.
Voy a pasar por alto (de momento) como Bendis se ha dedicado a romper parejas en el grupo con décadas de historia para entremezclar a los personajes a lo loco como si fuesen cartas de una baraja que agrupa sin ton ni son para centrarme en lo absurdo que resulta encontrar como ya no es que contradiga a los sus predecesores (que aunque personalmente no me gusta puedo entenderlo ya que se trata de un reseteo) para empezar a contradecir lo que el mismo había escrito unos meses antes. Para empezar vamos a ver el caso de Jacques Foccart, Invisible Kid II (aunque el Insiste en el que le llamen Invisible Gentleman), a quien vimos brevemente en el numero 5 de la serie y que pese a llevar un traje feo y que le habían rapado casi toda la cabeza dejándole solo su característica linea de pelo blanco, parecía ser mas o menos el de siempre y en esa chapa holografica que todos los Legionarios llevan (una de las “geniales” ideas de Bendis) podíamos leer ademas de su nombre real, su nombre en codigo que era nativo de la Tierra.
Pero tan solo cuatro números después nos encontramos con que Foccart ahora no solo se hace llamar Invisible Kid sin problemas, sino que ahora es originario de un planeta llamado Kit-Son (¿Extraño homenaje a Barry Kitson?) y que ahora afirma que su raza tiene problemas para ser visible, lo que reafirma el propio cómic mostrándonos que nadie puede verle. ¿A que se debe esto? Pues es muy probable que simplemente se deba a que Bendis pensó que esta nueva idea era mejor y le dio igual contradecir lo que el mismo había dicho cuatro números antes.
Un caso similar es el del veterano Mon-El, de quien en el numero 2 de la serie veíamos en su chapa holografica que parecía ser el de siempre, Lar-Gand del planeta Daxam. Pero de pronto en el numero 7 su chapa con su información personal ha desaparecido, algo que le echa en cara Jon Kent ya que sin ella no sabe como se llama (porque preguntar esta sobrevalorado) y en el numero 8 nos llevamos la sorpresa de que ahora Mon-El es su nombre real, no su nombre en código, que es de Nuevo Krypton y que si se apellida El es porque se trata de un descendiente lejano del propio Jon. Así que de nuevo parece que nos encontramos ante otra idea de Bendis que aun no había tenido unos meses antes de escribir este cómic.
Pero sin duda lo mas problemático es el caso de la Bruja Blanca. Un personaje del que durante los primeros números habíamos visto poco pero que en el numero 2 de la serie habíamos visto una vez mas en su chapita holografica que se trataba de Mysa Nal del planeta Naltor, tal y como había sido originalmente. Solo que para variar en el numero 9 de la serie (el numero donde Bendis decidió cambiar de idea muchas veces) de pronto su nombre es Xola Aq, no parece tener ninguna relación con el planeta Naltor (se menciona el planeta Zerox pero solo como el lugar donde aprendió artes místicas) y que en realidad es la hija del Vilano Mordru.
Es cierto que menciona que todo eso se lo esta ocultando a sus compañeros y podría ser que el nombre real y origen que vimos en el numero 2 sean parte de ese engaño, aunque viendo los precedentes ya citados me da a mi que no es así y que estamos ante otro cambio de idea de ultima hora. En honor al a verdad lo de que La Bruja Blanca sea hija de Mordru no es una idea original de Bendis, eso es algo que ya introdujeron en el reseteo Post Hora Zero, pero fue una mala idea y ahora debería serlo mas (en los 90 metian mujeres en las neveras y esas cosas, no habia tanta sensibilidad) porque la relación entre la Bruja Blanca y Mordru es bastante escabrosa. Si nos remontamos al famoso relanzamiento del “Five Years Later” de finales de los 80, alli veiamos que la Bruja Blanca se había casado con Mordru creyendo que podía redimirlo, pero en lugar de eso había entrado en una relación abusiva en la que Mordru la había maltratado física y psicologicamente.
Una idea que se recupero décadas mas tarde en la Legión de Tres Mundos en en 2008, donde vimos que la Bruja Blanca era de nuevo prisionera de Mordru, que este la había torturado y que amenazaba con utilizar sus poderes para obligarla a mantener relaciones sexuales con el bañados en la sangre de sus compañeros Legionarios. Unas historias que me pregunto si Bendis conoce o si simplemente les ha convertido en padre e hija por su larga rivalidad mágica sin tener en cuenta nada mas, que es lo mas probable. Pero tanto si las conoce como si no el convertir a la Bruja en la hija del que fue su maltratador, aunque sea una versión. alternativa, da muy mal rollo y es una idea pésima.
Y por cosas como estas me reafirmo de nuevo (y espero cumplirlo en esta ocasión) que no me vuelvo a acercar a la Legión de Bendis ni con un palo, esperare pacientemente a que se marche y alguien arregle la serie (a ser posible recuperando a la Legión de verdad) y mientras tanto me dedicar a releer y descubrir todo ese material clásico del grupo cuando estaba en manos de gente que como poco eran capaces de recordar lo que ellos mismos habían hecho con los personajes.