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Von Hoffman’s Invasion: Tom Tully, Eric Bradbury científicos locos nazis y animales gigantes

Si, hoy toca hablar de nuevo de uno de esos cómics británicos locos de los setenta, aunque en este caso es quizás uno mas loco que nunca. Porque la premisa del Von Hoffman’s Invasion es cualquier cosa menos convencional, con ese científico loco nazi de protagonista y esos planes que oscilan entre lo diabólico y lo ridículo. Pero si algo he aprendido a base de sumergirme en este mundo del cómic británico infantil/juvenil de aquellas décadas es que en manos de los autores adecuados incluso la premisa mas absurda puede dar grandísimos resultados, y desde luego las manos de Tom Tully y Eric Bradbury fueron mas que adecuadas para hacer de este cómic una grandísima lectura.

Jamas me cansare de leer estos comics locos británicos de los 70

Antaño uno de los mayores genios de la Alemania nazi, el Doctor Von Hoffman se ha pasado veinticinco años en prisión por crímenes de guerra. Pero ese prisionero modelo que jamas había dado problemas a sus captores se había limitado a esperar pacientemente el final de su condena mientras planificaba su temible venganza contra Inglaterra, el país responsable de su captura. Y una vez libre de nuevo y armado con su mas temible invención, un gas que permite aumentar el tamaño de cualquier criatura viviente y ponerla a sus ordenes, Von Hoffman parte hacia las islas británicas para poner en marcha su diabólico plan, destruir por completo a su odiado enemigo con el ejercito mas fantástico jamas imaginado por el ser humano…

Putos nazis

En el cómic británico no es nada raro encontrarse con protagonistas que cuando no eran moralmente ambiguos como The Spider, Zarpa de Acero y Harry Ex eran directamente villanos como en Mytek (que vale, el robot en si no era ni bueno ni malo, pero su primer piloto era un cabrón) Black Max o el Dr Mesmer. Y el profesor Von Hoffman entra de lleno en esta tradición, siendo un autentico villano de los pies a la cabeza. Nazi, con un odio patológico contra los aliados que derrotaron a Alemania durante la guerra y sin la mas mínima cualidad que le redima, decidido a aplastar a todo aquel que se le oponga incluso si estos son niños.

Si, esa es su cara de satisfacción al creer que ha matado a unos niños

Unos niños, Joey y Barry, que se encontraron por casualidad con Von Hoffman y descubrieron por accidente que el insecticida casero de su padre era lo único que podía anular los efectos del gas del científico nazi, convirtiéndose en sus antagonistas ocasionales a quienes nadie creía cuando trataban de advertirles de la amenaza que suponía Von Hoffman. Unos críos que pese a no ser los protagonistas y aparecer solo ocasionalmente en la serie, sin duda se encontraban ahí para que los jóvenes lectores de Von Hoffman’s Invasion (que tengamos en cuenta que pese a la extrema violencia esta serie se publicaba dentro de la revista Jet, otra de las múltiples cabeceras infantiles/juveniles de IPC) pudiesen identificarse con alguien que no fuese el nazi loco, de ahí su caracterización de valerosos héroes que tratan de moverse en un mundo de adultos que les menosprecian e infravaloran.

Escenas así nos recuerdan que esto efectivamente se suponía que era un comic para niños

Pero como decía al comienzo, para que una premisa tan loca funcionase hacia falta tener detrás autores solventes capaces de llevar esta historia a buen puerto, y por suerte Von Hoffman’s Invasion contó con dos de los mejores. Por un lado tenemos a Tom Tully, todo un todoterreno del cómic que trabajó en serie tan conocidas en España como Zarpa de Acero, Kelly Ojo Mágico o Mytek, la delirante parodia/homenaje a los superhéroes estadounidenses que fue The Leopard from Lime Street (que reseñare dentro de poco) o el cómic futbolero como Roy of The Rovers. Y lo que nos ofrece aquí Tully es una vertiginosa aventura con un ritmo frenético (fruto de tratarse de episodios cortisimos semanales) en los que Von Hoffman daba rienda suelta a toda su maldad con un plan diabólico detrás de otro en los que cualquier inofensiva criatura se convertía en un arma que blandir contra los odiados ingleses en lo que parece un homenaje al clásico de H.G. Wells “El Alimento de los Dioses”. Planes tan violentos como disparatados y que iban desde hundir barcos de pasajeros a secuestrar al delantero estrella de la selección británica para que Alemania pudiese ganar la final del mundial.

Es lo que yo digo siempre, los futboleros son muy fanáticos

 

La otra mitad del equipo creativo estaba formada por otro veteranisimo profesional, Eric Bradbury, de quien ya hable en su día cuando reseñé Invasion 1984 y cuyo trabajo también podemos encontrar en el ya mencionado The Leopard from Lime Street (como entintador), Mytek, Hook Jaw y la versión en cómic de ese Doomlord que tantos recuerdos trae a Diógenes. Su estilo realista con un punto siniestro le hicieron el dibujante perfecto para esta historia. En sus manos Von Hoffman se era un autentico maníaco siempre con una siniestra mueca en el rostro, la mas inocente de las criaturas a las que este transformaba en gigantes se convertían en auténticos monstruos y la habilidad de Bradbury en las escenas de acción hacían que cada ataque de Von Hoffman tuviese poco que envidiar a cualquier gran superproducción.

Este es un buen momento como cualquier otro para mencionar que Bradbury fue artillero de bombarderos con la RAF durante la 2GM y que debió disparar contra muchos nazis…

Y tras esta recomendación (la penúltima de muchas mas) y mientras espero a que publiquen el segundo tomo con el resto de la disparatada historia de venganzas de este nazi loco, tocará seguir escarbando en este aparente pozo sin fondo de historias clásicas, sin complejos y tremendamente divertidas que formaron parte del cómic británico de hace varias décadas y que por suerte se están reeditando (la gente de Rebellion se merece un monumento) para que todos podamos disfrutar ahora de estas pequeñas joyas que de otro modo no serian mas que vagos recuerdos entre los lectores mas veteranos.

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