Se que hay mucha gente que en estos tiempos que corren solo buscan alejarse de la realidad y buscan un pequeño respiro en la ficción, yo para eso soy un poco mas raro y si vamos hacia el abismo prefiero mirar a este a la cara y retarle a que me devuelva la mirada. Por eso estos días mis lecturas y visionados se han ido enfocando a cosas que no se alejan demasiado de la situación actual pero que nos recuerdan que por mal que estén las cosas siempre hay algún autor o autores que se han imaginado un escenario similar pero aun peor. Y eso es lo que nos encontramos en Sin City, una historia del Juez Dredd en la que hace doce años todo un clásico como John Wagner y el dibujante Kev Walker pusieron a Mega-City One al borde de la pandemia. Así que vámonos a ese lejano futuro que tantas veces se adelanto al presente y consolémonos pensando en que dentro de lo que cabe las cosas podrían ir aun peor.
Sin City acaba de atracar en el puerto de Mega-City One, una isla flotante en la que todo esta permitido y en la que cada vicio y perversión que el ser humano pueda imaginar son posibles allí por el precio adecuado. Oficialmente el Departamento de Justicia ha autorizado el atraque y la visita de sus ciudadanos a ese antro de depravación a cambio de un porcentaje de los beneficios, pero la realidad es bien distinta, ya que una peligrosa terrorista cuya misión consiste en destruir las mega ciudades, se encuentra a bordo y amenaza con desatar sobre la ciudad un peligroso ataque biológico. El Juez Dredd y su equipo tendrán que embarcarse en una misión contra reloj para detener el ataque, pero localizar a una persona entre millones de ansiosos ciudadanos dando rienda suelta a su desenfreno no se lo pondrán nada fácil…
Obviamente he escogido reseñar esta historia publicada en 2002, saltándome el orden mas o menos cronológico que llevaba hablando del personaje por la ligera similitud entre la cuarentena en la que nos encontramos y la que viven los habitantes de Mega-City One y los visitantes de Sin City, que como ya digo, estas cosas mejor tomárselas de frente y si es con algo de humor mejor aun. Y es que en circunstancias mas normales probablemente no hubiese reseñado esta historia, ya que pese a que esta escrita por John Wagner, quien tiene mas experiencia que nadie escribiendo al Juez Dredd (con permiso de Alan Grant) y es sin duda uno de los autores que mejor maneja al personaje, no estamos ante una de las mejores historias de Dredd.
El problema que tiene Sin City es que pese a que la idea tiene potencial (aunque no es la primera vez ni fue la ultima en la que Mega-City One se enfrento a un ataque biológico./epidemia/etc) Wagner abre demasiados frentes sin centrarse demasiado en ninguno, y aunque con tiempo y espacio suficiente se podrían haber desarrollado todos esos frentes, las apenas 80 paginas de las que consta Sin City se hacen pocas y se pasa demasiado por encima de todas las tramas. La propia ciudad flotante con toda su amplia y depravada oferta de actividades podría haber dado para toda una saga centrándose simplemente en satirizar la sociedad del momento y volcándose en el humor negro que Wagner maneja tan bien.
Pero el problema es que a esto hay que añadirle los problemas familiares de uno de los Jueces del escuadrón de Dredd, la nueva vida de un ex-Juez expulsado del cuerpo y convertido ahora en gladiador en Sin City y esa trama de la terrorista que parecía que iba a ser el hilo principal de la historia y sobre la que se pasa de puntillas durante buena parte de la mitad de la historia para intercalarla hacia el final con la de un viejo adversario que también pasaba por allí (si es que solo faltaban los Jueces Oscuros). Tantos hilos abiertos en una historia relativamente corta al final provocan que Sin City resulte demasiado dispersa y no todo lo satisfactoria que podría haber sido (que sabemos que Wagner es realmente bueno cuando quiere) quedando esta mini saga muy lejos de los grandes clásicos anteriores y posteriores.
En el apartado gráfico contamos con un viejo conocido de este blog, Kevin “Kev” Walker, el dibujante actual de la serie del Doctor Extraño, serie gracias a la cual podemos observar su evolución artística. Para cuando se encargo de esta historia Walker no era ningún novato, llevando ya quince años en la profesión y su profesionalidad es probablemente lo mejor de esta Sin City. Lo que mas me ha llamado la atención es su dominio de las manchas y las sombras, asemejándose mucho su estilo aquí al de otros grandes como Mike Mignola o Michael Oeming y proporcionándonos algún momento que otro de esos en los que uno no sabe si apartar la mirada o admirarle por su dominio también a la hora de representar lo mas grotesco.
Pero aunque no estemos ante una de las mejores historias del Juez Dredd, es una historia entretenida (que se puede leer en The Complete Case Files 35 o en el Judge Dredd: Satan Island) con la que uno puede pasar un rato divertido en estos momentos en los que las distracciones son tan necesarias, aunque claro, no para los que necesitan desconectar del todo del momento. Y yo ya aviso que para disgusto de Diógenes y sin duda del de muchos de nuestros lectores, muchos de mis artículos de los próximos días seguirán poco mas o menos esta linea, que con los años me he convertido en uno de esos bichos raros que prefiere reírse de la realidad antes que rehuir de ella.